Nota del editor: Bruce Schneier es técnico de seguridad y director de tecnología de Resilient Systems Inc. Su último libro es “Data and Goliath: The Hidden Battles to Collect Your Data and Control Your World” (Los datos y Goliat: las batallas ocultas para recopilar tus datos y controlar tu mundo). Él bloguea en schneier.com y su Twitter es @schneierblog. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las del autor.
(CNN) – El mes pasado, un hombre de Kentucky derribó un drone que sobrevolaba cerca de su patio trasero.
WDRB News informó que los propietarios del drone cámara pronto se presentaron en la casa del pistolero, William H. Merideth: “Cuatro hombres llegaron a enfrentarme al respecto, y resultó que yo estaba armado, así que cambiaron de opinión”, dijo Merideth. “Me preguntaron: ‘¿Eres el hijo de p** que le disparó a mi drone?, y yo les respondí: “Sí, yo soy’”, dijo. “Tengo una Glock 40 mm y se me empezaron a acercar y les dije: ‘Si cruzan mi acera, va a haber otro tiroteo’”. La policía presentó cargos contra Merideth por conducta criminal y por poner en peligro a las personas.
Esta es una tendencia. La gente ha derribado drones en el sur de Nueva Jersey y también en California rural. Es ilegal y son arrestados por ello.
La tecnología cambia todo. En concreto, cambia drásticamente el equilibrio social de hace mucho tiempo en torno a temas como la seguridad y la privacidad. Cuando una capacidad se hace posible, más barata o más común, los cambios pueden ser trascendentales. Reequilibrar la seguridad y privacidad después de las capacidades por los cambios tecnológicos podría ser muy difícil y toma años. Y no somos muy buenos en eso.
Las amenazas a la seguridad por el uso de los drones son reales y el gobierno está tomándolo muy en serio. En enero, un hombre perdió el control de su drone, el cual se estrelló en el jardín de la Casa Blanca. En mayo, otro hombre fue arrestado por intentar volar su drone cerca de la Casa Blanca y otro la semana pasada por volar un drone dentro de la cancha donde se estaba llevando a cabo el Abierto de Estados Unidos.
Los drones han intentado entregar drogas en las prisiones de Maryland, Ohio y Carolina del Sur… hasta ahora.
Ha habido muchos cuasi accidentes entre drones y aviones. Muchas personas han escrito sobre el posible uso de drones por parte de terroristas.
Se están desarrollando las defensas. Tanto Lockheed Martin como Boeing venden armas láser anti-drones. Una empresa vende cartuchos de escopeta específicamente diseñados para derribar drones.
Otras compañías están trabajando en tecnologías para detectar y desactivar los mismos de forma segura. Algunas de esas tecnologías fueron utilizadas para proporcionar seguridad en el maratón de Boston de este año.
Los cuerpos de seguridad pueden implementar estas tecnologías, pero bajo la ley actual es ilegal derribar un drone, incluso si está sobrevolando encima de tu propiedad. Por lo general, en nuestra sociedad no está autorizado hacer justicia por tu propia mano. Se espera que llames a la policía y dejes que ellos se ocupen de ello.
Sin embargo, existe una teoría alternativa del profesor de derecho, Michael Froomkin. Él argumenta que la legítima defensa debe ser admisible contra drones simplemente porque desconoces sus capacidades. Por ejemplo, sabemos que la gente ha montado armas en drones, lo que significa que podrían representar una amenaza para la vida. Toma en cuenta que esta teoría legal no ha sido probada en los tribunales.
Cada vez más, el gobierno está regulando los drones y los vuelos de aviones no tripulados, tanto a nivel estatal y por la FAA. Existen propuestas para exigir que los drones cuenten con un transpondedor de identificación o que se programe en el software de los drones zonas en las que no pueden volar.
Aun así, un gran número de problemas de seguridad siguen sin resolverse. ¿Cómo nos sentimos sobre los drones con dispositivos de escucha de largo alcance, por ejemplo? ¿O drones que sobrevuelan afuera de nuestra propiedad y nos fotografían a través de nuestras ventanas?
Lo que está sucediendo es que los drones han cambiado nuestra forma de pensar sobre la seguridad y la privacidad dentro de nuestros hogares, al eliminar las protecciones que por lo general obtenemos de las vallas y muros. Por supuesto, que nos espíen y nos disparen desde arriba no es nada nuevo, pero el acceso a esas tecnologías era costoso y por lo general era el campo de los gobiernos y algunas empresas. Los drones les proporcionan estas capacidades a los aficionados y no sabemos qué hacer al respecto.
Las cuestiones en torno a los drones van a empeorar a medida que avancemos de aviones dirigidos por control remoto a verdaderos drones: un avión que opera de manera autónoma desde un programa de computadora. Por primera vez, los robots autónomos —con una inteligencia y capacidad cada vez mayor, a un costo cada vez menor— tendrán acceso a los espacios públicos. Esto creará graves problemas para la sociedad, ya que nuestro sistema legal está basado en gran medida en disuadir a los malhechores humanos y no a sus representantes.
Nuestro deseo de derribar un drone que sobrevuela cerca es comprensible, dada su amenaza potencial. La necesidad de la sociedad para que la gente no haga justicia por su propia cuenta —y sobre todo no disparar armas al aire— también es comprensible. Estas dos posiciones están causando cada vez más conflicto y requerirá incrementar la regulación gubernamental para resolverlo. Sin embargo, más importante aún, tenemos que repensar nuestras suposiciones de seguridad y privacidad en un mundo de drones autónomos, cámaras de largo alcance, reconocimiento de rostros y otras innumerables tecnologías que cada vez más están al alcance de todos.