William Henry Harrison, marzo-abril de 1841 - William Henry Harrison luchó con dispepsia e indigestión. Antes de que tuviera un mes en el cargo, él contrajo un resfriado que se convirtió en neumonía. El 4 de abril de 1841, se convirtió en el primer presidente en morir mientras desempeñaba el cargo.

(CNN)– En 1986, cuando Ronald Reagan cumplió 75 años, Dennis Miller, presentador del informe del fin de semana de Saturday Night Live, se estaba divirtiendo un poco a costa del presidente, quien fue electo a los 69 años de edad.

“Me gustaría desearle un feliz cumpleaños atrasado al presidente, quien cumplirá 7… ¿75? Setenta y cinco, ¿cierto? Setenta y cinco y ¿tiene acceso al (fútbol nuclear)?”, bromeó el comediante. “Sabes, mi abuelo tiene 75 años. ¡No lo dejamos usar el control remoto del televisor! “

Si el senador de Vermont, Bernie Sanders, tiene éxito en su candidatura a la presidencia, él tendría 75 años y fácilmente eclipsaría a “The Gipper” para convertirse en la persona de mayor edad en ser elegida presidente. Donald Trump, con 70 años de edad, también sería mayor que Reagan en el día de las elecciones, junto con Jim Webb, quien cumpliría 70, y George Pataki, quien tendría 71. A la edad de 69 años, Hillary Clinton sería solo unos meses más joven que Reagan al momento que fue elegido.

Mientras tanto, tres candidatos presidenciales republicanos tienen la oportunidad de convertirse en el segundo comandante en jefe más joven en ser electo: Ted Cruz, Bobby Jindal y Marco Rubio tendrían 45 años de edad. Serían solamente un par de años mayores que John F. Kennedy, quien fue juramentado en su cargo a los 43 años. Teddy Roosevelt fue la persona más joven que alguna vez ocupara la Oficina Oval, quien, a sus 42 años, se convirtió en presidente tras el asesinato de William McKinley en 1901.

Una persona debe tener por lo menos 35 años de edad para postularse para el cargo más alto del país, pero pocos podrían argumentar que la edad es uno de los criterios más importantes en la elección. Mucho más importante es la postura que los candidatos tienen frente a temas como la economía, la inmigración ilegal y el terrorismo.

Pero, después de todo, ¿cuánto importa realmente la edad de un candidato?

La edad solo es un número

“La edad es importante políticamente, pero quizás no es la forma correcta de pensar”, dijo Julian Zelizer, colaborador de CNN. “Una persona joven podría estar enferma. Una persona mayor podría ser más fuerte y superar todo eso”.

En cambio, la edad de un candidato podría ser el símbolo de lo que los votantes desean, ya sea una voz (joven) más fresca o un líder sabio (mayor).

“La edad es un factor importante, ya sea consciente o inconscientemente”, dijo Zelizer, profesor de historia y asuntos públicos de la Universidad de Princeton. “Obama se benefició del deseo de algo nuevo. (Los votantes creen que) si eres joven, no quedarás atrapado en asuntos, debates o peleas ‘antiguas’… que irás más allá del status quo. No siempre es correcto, pero es la percepción”.

Sin embargo, previo a las elecciones del 2016, Sanders está atrayendo toda la atención de una voz enérgica y fresca.

“Él es el mayor de todo el grupo, pero podría tener el mayor vigor, tanto física como intelectualmente”, dijo Zelizer al referirse al candidato de 74 años de edad.

Elizabeth Siyuan Lee, estudiante de penúltimo año del Middlebury College y fundadora del College Students for Bernie, sostuvo en un reciente artículo de opinión del New York Times que “la edad pierde sentido cuando los candidatos hacen hincapié en los principios correctos”.

“Él cuenta con un fuerte apoyo por parte de los estudiantes, porque se centra en las cuestiones que a los jóvenes realmente les preocupan”, escribió ella al referirse a Sanders.

Médicamente, existe una diferencia entre ser viejo y sentirse viejo. Un estudio llevado a cabo en el 2014 por investigadores de la Universidad de Londres determinó que las personas que se sienten más jóvenes que la edad que realmente tienen, viven más tiempo que aquellas que se sienten según su edad o mayores.

“Lo que es más importante que la edad cronológica es lo que llamamos ‘edad fisiológica’”, dijo el Dr. Sanjay Gupta, principal corresponsal médico de CNN. “¿Cómo se ven realmente sus cuerpos? Tienen 90 años de edad, con cuerpos que parecen más de personas de 60 años y —francamente— sucede más lo contrario”.

La esperanza de vida estadounidense está en su máximo histórico, según las más recientes estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Ahora se espera que las mujeres estadounidenses vivan 81,2 años y los hombres, 76,4 años.

Envejecimiento en la Casa Blanca

Aun así, parece que hay pocos empleos más exigentes que llevar el peso del mundo libre. Tras la evaluación de los expedientes médicos de los presidentes, los cuales se remontan a la década de 1920, el Dr. Michael Roizen, de la Clínica Cleveland, planteó la hipótesis de que los presidentes efectivamente envejecen dos años por cada año en el cargo.

Otros investigadores han señalado que si bien los presidentes enfrentan una gran cantidad de estrés, se benefician por estar en control de las situaciones, a diferencia de los que están en puestos de trabajo de menor estatus. También son propensos a ser personas que prosperan cuando las apuestas son altas y tienen subordinados que los ayudan a sobrellevar los tiempos difíciles, dijo Eileen Crimmins, de la Escuela de Gerontología Davis de la Universidad del Sur de California.

De hecho, un estudio de diciembre del 2011 llegó a la conclusión de que los presidentes simplemente envejecen más rápido que la población general.

“Este estudio no encontró ninguna evidencia de que los presidentes estadounidenses murieran antes, en promedio, que otros hombres estadounidenses”, concluyó su autor, S. Jay Olshansky. “Por el contrario, 23 de los 34 presidentes que murieron por causas naturales vivieron más allá de la esperanza media de vida en comparación que los hombres que tenían la misma edad cuando fueron investidos…”.

Olshansky dijo que los presidentes viven más tiempo “porque la edad promedio cuando son investidos es de 55,1 años y cada uno de los presidentes primero tuvo que sobrevivir sus primeros años de vida más arriesgados. Además, todos, a excepción de 10 presidentes, recibieron educación universitaria, gozaban de una considerable riqueza y contaban con la mejor atención médica de su época. El nivel educativo alcanzado y sus correlaciones de estatus social y económico han documentado efectos poderosos sobre la longevidad…”.

Pero, ¿qué pasa con el cabello que se torna rápidamente canoso y las arrugas prematuras que parecen acosar a los presidentes?

Podría ser algo más obvio: los presidentes de Estados Unidos son mayores cuando salen de la Casa Blanca que cuando entran. Muchos asumen el cargo a la mitad de sus 50 y esa es una etapa de la vida cuando las señales externas del envejecimiento tienden a ser más pronunciadas en los hombres.

“Se cuenta con suficiente literatura convincente que sugiere que el estrés puede conducir al envejecimiento acelerado del cabello”, le dijo Olshansky a Health.com en el 2011. Pero, “nadie muere a causa de las canas y las arrugas”.

Enfermos mientras ocupan el cargo

Más que enfocarse en cuándo un candidato es demasiado viejo, los expertos sugieren que los electores indaguen si un candidato es mental y físicamente apto para el cargo.

“El público… quiere asegurarse de que son aptos para el trabajo”, dijo el historiador presidencial de CNN, Douglas Brinkley. “Hasta hace pocos años, los presidentes trataban de ocultar sus enfermedades. Ahora, tienen que ser un libro abierto en cuanto a su salud”.

Brinkley dijo que publicar los registros médicos completos posiblemente habría significado algo muy diferente en los libros de historia de los presidentes como Abraham Lincoln, quien se cree que sufría de depresión; Woodrow Wilson, quien sufrió ataques cardiovasculares; y, Franklin Roosevelt, quien tenía polio. Incluso los registros médicos del joven Kennedy, en el archivo de la librería presidencial de Boston, revelaron que tenía la enfermedad de Addison, una enfermedad degenerativa de los huesos, y una larga lista de medicinas que iban desde antibióticos hasta antihistamínicos, antiespasmódicos y, brevemente, antipsicóticos.

Un diálogo más reciente sobre la salud presidencial tuvo lugar en enero del 2011 cuando Ron Reagan, el hijo del presidente Reagan, dijo que comenzó a preocuparse por la salud de su padre durante un debate que tuvo en 1984 con Walter Mondale… tres años del mandato de ocho que tuvo Reagan.

“Mi corazón se acongojó cuando se quedó sin saber qué decir en sus respuestas, titubeando con sus notas y extrañamente sin palabras”, escribió Ron Reagan en My Father at 100: A Memoir (Mi padre a los 100: una autobiografía). Reagan fue diagnosticado con la enfermedad de Alzheimer, un trastorno cerebral progresivo e irreversible que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento, en 1994.

Otros miembros de la familia dijeron que Reagan no mostró señales de Alzheimer mientras estuvo en el cargo. Incluso Ron Reagan escribió: “No he visto ninguna prueba de que mi padre (o cualquier otra persona) fuera consciente de su condición médica mientras estuvo en el poder”. Luego pregunta: “Si el diagnóstico se hubiera hecho en, digamos, 1987, ¿habría renunciado? Creo que lo habría hecho.

Las acciones hablan más que palabras

Los expertos están de acuerdo: cualquiera que se esté postulando a la presidencia para el 2016 no debería esperar privacidad cuando se trata de registros personales… de hecho, deben buscar la transparencia.

Zelizer y Brinkley sugieren que los candidatos empiecen a considerar dar conocer su estado de salud, al igual que sus informes financieros.

“Actualmente, y a esta edad, mientras más digas ‘no tengo ningún problema’ o te niegas a dar a conocer tus registros, más parece que tienes algo que ocultar “, dijo Zelizer. “Divulgar tu historial médico completo es políticamente lo que deberías hacer. No hay manera de evitarlo. Si tienes un problema, puedes estar seguro que alguien lo descubrirá”.

Brinkley aconseja adelantarse a los hechos… incluso considerar esto como una oportunidad.

“Parte de la función de un presidente moderno es ser un defensor de la salud pública”, dijo Brinkley. “La gente no quiere saber de ello a través de un periodista. Entonces, se convierte en un escándalo”.

“Debes llevar la delantera, hablar con franqueza y educar al público en caso de que enfrentes algún problema en particular. Eso te humaniza”.

El presidente Barack Obama lo hizo al hablar abiertamente sobre su lucha por dejar de fumar.

Sin embargo, tal vez Joe Biden —quien aún está por anunciar su decisión sobre si se postulará— es quien lo ha hecho mejor que todos. El mes pasado, Biden dijo que no estaba seguro si él tiene la “energía emocional” para postularse nuevamente a la presidencia.

Luego, en un evento reciente, la gente empezó a gritar: “¡Postúlate, Joe, postúlate!” Y Biden corrió (por “run”, en inglés)… literalmente.

“Él demostró, en ese preciso momento clave, que estaba físicamente en forma”, dijo Brinkley.

El mensaje: incluso las personas de 70 años podrían ocupar el cargo.

Theresa Waldrop de CNN contribuyó con este reporte.