Un oficial de policía intenta detener a un manifestante que quiere detener a miembros de la Cámara Alta del comité de proyectos de ley de seguridad del Parlamento japonés. Sectores japoneses quieren modificar la constitución para “reinterpretar” el artículo que obliga a ese país a no interferir en conflictos internacionales. Cientos de manifestantes han salido a las calles rechazando esta iniciativa.

Tokio (CNN) –  La cámara alta del parlamento japonés aprobó la primera reinterpretación importante de la constitución pacifista del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la feroz y vocal oposición.

La histórica decisión marca el cambio más dramático en la política militar en 70 años y ha provocado las más grandes protestas que se hayan visto en Tokio en décadas.

La controvertida legislación reinterpreta el Artículo 9 de la constitución japonesa que prohíbe la guerra como medio para solucionar disputas internacionales.

La reinterpretación permite que Japón pueda ejercer la legítima defensa colectiva, permitiendo que el ejército japonés, conocido como las Fuerzas de Autodefensa (SDF, por sus siglas en inglés), luchen en el extranjero y defiendan a los aliados con condiciones limitadas.

El argumento para aprobar dichas leyes

Los partidarios de la legislación, entre ellos altos funcionarios estadounidenses, dicen que Japón necesita ampliar la función de la SDF para contrarrestar las potenciales amenazas de naciones como China y Corea del Norte. Ambos continuan desarrollando sus programas militares y de armas nucleares.

A principios de este mes, China llevó a cabo el más grande desfile militar que alguna vez haya celebrado en 70 años desde la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial y mientras sigue envuelta en una disputa territorial con diversos vecinos asiáticos en los mares de China Oriental y Meridional.

El martes, Corea del Norte le advirtió a Estados Unidos y sus aliados de que está listo para usar armas nucleares “en cualquier momento” y que espera lanzar un nuevo satélite por medio de cohete de largo alcance en algún momento en las próximas semanas.

Tokio ha enfrentado una creciente presión internacional para ampliar el papel de su ejército a fin de defender los intereses de sus aliados clave, incluyendo a Estados Unidos. Estados Unidos está obligado por un tratado a defender a Japón, un acuerdo que ha estado en vigor desde 1960.

“Japón es como hijo de 42 años de edad que aún viven en el sótano de Estados Unidos”, dijo Keith Henry, estratega de Asia desde hace mucho tiempo.

La empresa de consultoría de Henry con sede en Tokio, Asia Strateguy, ofrece análisis de la política gubernamental. Henry compara las leyes de defensa de Japón como finalmente “está madurando” y yendo más allá de los conceptos vagos de la paz y la democracia que ya no son prácticos dado que el panorama geopolítico actual cambia rápidamente.

Henry dice que Japón está asumiendo un papel más proactivo en la seguridad regional, en parte para compensar el creciente poderío militar de China.

“Japón está saliendo de la casa de Estados Unidos, la cual fue construida esencialmente después de la Segunda Guerra Mundial”, dijo Henry. “Sin embargo, existen riesgos en proteger sus propios intereses nacionales”.

El argumento en contra

Esos riesgos potenciales han provocado indignación en las calles de Tokio. Los opositores de la legislación dicen que simplemente se están deshaciendo de siete décadas de pacifismo posguerra japonés sin el adecuado discurso o debate público. A ellos les preocupan las consecuencias de potencialmente enviar tropas a la batalla sin una verdadera experiencia de combate.

Decenas de miles de manifestantes que se oponen a la guerra se han estado reuniendo en las últimas semanas afuera del edificio del parlamento japonés… las mayores manifestaciones de ese que hayan tenido lugar en Japón en más de 50 años. Entre estos hay estudiantes y profesores, trabajadores y jubilados, nietos y abuelos.

Cientos de personas protestan contra el Primer Ministro Japonés Shinzo Abe por la propuesta en torno al programa de Defensa que se quiere reformar.

Algunos usan ropa de trabajo o uniformes escolares. Otros usan playeras, pañuelos, o carteles con lemas enérgicos como: “¡No a la guerra! ¡No Abe!” —un mensaje al primer ministro japonés, Shinzo Abe— quien se ha vuelto cada vez más impopular en los últimos meses por presionar obstinadamente para que el parlamento japonés apruebe los controvertidos proyectos de ley de seguridad.

El rostro de Abe aparece en los carteles con un bigote al estilo Hitler y una esvástica nazi dibujada en la frente. El simbolismo es claro. Algunos de estos manifestantes percibieron al primer ministro como un dictador.

Miembros del grupo cívico sostienen pancartas durante una manifestación antigubernamental en Tokio, el 23 de agosto de 2015.

¿Acaso esto le otorga amplio poder al gobierno?

Si bien la legislación de seguridad podría fortalecer los lazos de Japón con sus aliados, Koichi Nakano, profesor de la Universidad de Sophia, también advierte que eso le otorga un “amplio poder al gobierno”, lo cual podría dar lugar a apoyo logístico y asistencia a los países aliados en tiempos de guerra.

Él añadió que la administración de Abe ha apresurado las discusiones sobre la legislación de seguridad y que el público “le exige al gobierno que lo haga más despacio para que las personas puedan comprender mejor lo que está sucediendo”.

La oposición a la medida es totalmente evidente en las encuestas de opinión. Una reciente encuesta realizada por el diario japonés Asahi Shimbun indicó que 54% de los encuestados se oponía a la legislación, mientras que el 29% apoyaba los proyectos de ley. Tres cuartas partes de los encuestados dijeron que el debate parlamentario sobre las leyes de seguridad ha sido insuficiente.

Japón prohíbe la guerra como medio para solucionar disputas internacionales.

¿Cuál es el costo económico?

También existe preocupación en relación al posible impacto que dicha legislación tendría sobre el presupuesto de defensa de Japón, en un momento en que la nación está luchando con un agobiante déficit nacional y un crónico estancamiento económico.

Una alianza más fuerte de Estados Unidos y la expansión de las misiones de las SDF podrían obligar a hacer más gastos de defensa. El Ministerio de Defensa de Japón presentó una solicitud de 5,09 billones de yenes (41.700 millones de dólares) para las asignaciones presupuestarias del próximo año fiscal, un aumento del 2,2% en relación al 2015.

El aumento del gasto podría continuar reforzando la industria de defensa de Japón, la cual recibió un impulso luego de que Abe eliminara una prohibición autoimpuesta en relación a las exportaciones de armas y equipos militares que datan de la década de 1960.

Los cambios permiten que las empresas de defensa japonesa venda a nuevos mercados. Los analistas dicen que estos cambios también permiten que Japón sea más proactivo en su defensa propia, una medida bien recibida por Estados Unidos, pero muy criticada por los opositores políticos de Abe y sectores de la población en general.

Protestas públicas

Es poco común que el público japonés demuestre su insatisfacción pública con la política por medio de manifestaciones a gran escala. Sin embargo, las protestas masivas han sido algo habitual en los últimos meses.

El lunes por la noche, se presentaron alrededor de 45.000 manifestantes… superando por mucho en número a las autoridades encargadas de contenerlos. Ellos se abrieron paso a través de barricadas de la policía, llenando las calles y parando el tráfico en frente del parlamento japonés. A pesar del caos, lo cual es inusual en la capital japonesa normalmente ordenada, la policía no hizo uso de la fuerza contra los manifestantes. Los oficiales hicieron una sola detención y nadie resultó herido.

El número de protestas callejeras en Japón ha aumentado desde el terremoto, tsunami y crisis de Fukushima del 11 de marzo del 2011, ya que el público comenzó a cuestionar la seguridad de las centrales nucleares. Las protestas antinucleares también han atraído a decenas de miles a las calles, quienes se oponen a los planes del gobierno para reiniciar reactores en todo el país.

"¡No Abe!", le dicen cientos de japoneses al PM japonés.

Voces jóvenes

Los estudiantes japoneses han resurgido como una fuerza poderosa en la organización de las manifestaciones, después de años de apatía y ausentismo en el discurso político. En mayo, la Acción de Emergencia de Estudiantes para la Democracia Liberal (SEALDs) fue formada y ha crecido rápidamente.

Mana Shibata, una estudiante de antropología de 22 años de edad y organizadora de SEALDs, dijo que muchos jóvenes como ella están tratando de enviarle un mensaje a Abe y a los legisladores que Japón se está dirigiendo a “una ruta peligrosa”.

“Cuando dejemos de decirlo, [Abe] se convertirá en un dictador”, afirmó ella.

Shibata repartía walkie-talkies, botones e instrucciones a otros estudiantes que se reunieron antes de la protesta que se llevó a cabo el lunes por la noche. Los estudiantes activistas usaban el mismo tipo de playeras y portaban pancartas que ellos mismos habían creado.

Lo que distingue a las protestas de la actualidad con las del pasado es el papel de las redes sociales. Las personas de todas las edades están usando Twitter y Facebook para organizar y compartir información.

Nakano ha predicho que las protestas continuarán.

“Nadie simplemente se irá a casa y podrá dormir tranquilo… están despiertos. Ellos están tratando de construir sobre lo que hizo el gobierno y lo que las protestas han logrado”, dijo.