(CNN) – Un tribunal de Pakistán ha aplazado la ejecución de un preso parapléjico, después de que grupos de derechos humanos expresaran su preocupación de que su ahorcamiento constituiría “un trato cruel, inhumano y degradante”.
El ahorcamiento de Abdul Basit, quien está paralizado de la cintura para abajo, estaba programado para el martes.
“Las autoridades de la cárcel central de Faisalabad han pospuesto el ahorcamiento después de que el Tribunal Superior de Lahore concediera una suspensión del ahorcamiento de Basit el día de hoy”, dijo un funcionario policial.
El abogado de Basit, Wassam Waheed, confirmó la suspensión de la ejecución de última hora.
“Tanto los oficiales de la prisión así como el oficial judicial y el oficial de mantenimiento que llevarían a cabo la ejecución sintieron que la ejecución no sería llevada a cabo sin violar las reglas de la prisión”, dijo Waheed. “En este sentido, el magistrado judicial aprobó una orden (suspensión de la ejecución) con el fin de darle a las autoridades de la prisión tiempo para obtener la orientación del gobierno de Punjab sobre este asunto”.
Posibilidad de un ahorcamiento fallido
Grupos de derechos humanos dijeron que su condición, la cual lo hace incapaz de estar de pie, podría conducir a la posibilidad de un ahorcamiento fallido, y violaría los derechos fundamentales bajo la constitución de Pakistán y el derecho internacional.
El estatuto pakistaní que regula las ejecuciones especifica que la longitud de la cuerda debe ser medida de “la mandíbula inferior del prisionero condenado cuando el está de pie en el patíbulo”.
Una cuerda demasiado larga presenta el riesgo de someter al prisionero a una estrangulación prolongada. Una muy corta pone al prisionero en riesgo de ser decapitado.
Según el Proyecto de Justicia Pakistán (JPP, por sus siglas en inglés), una organización con sede en Lahore que provee representación gratuita a los prisioneros, Basit contrajo meningitis tuberculosa mientras estuvo en la prisión central de Faisalabad en julio del 2010, lo que le produjo parálisis.
“Aparte de eso, él sufre de una atrofia en la médula espinal y pérdida del control de esfínteres”, dijo JPP.
Segunda ejecución suspendida
Basit, un antiguo administrador de la facultad de medicina, fue condenado por asesinato y sentenciado a muerte en el 2009, aunque el siempre mantuvo su inocencia.
Esta es la segunda vez que su ejecución ha sido aplazada. Fue sentenciado a ser ahorcado el 29 de julio, pero la corte aceptó su petición el día anterior y aplazó la pena capital. Sin embargo, el 1 de septiembre, la Corte Suprema de Lahore desestimó su petición.
El domingo, Human Rights Watch hizo pública una declaración solicitándole al gobierno pakistaní que redujera la sentencia de Basit al subrayar la “inherente crueldad de la pena capital al ejecutar a una persona severamente discapacitada”.
“En lugar de confrontar la inherente crueldad de la pena capital, los oficiales pakistaníes cavilan acerca de cómo colgar a un hombre en una silla de ruedas”, dijo Brad Adams, director de Human Rights Watch en Asia. “El gobierno debería reducir urgentemente la sentencia de Abdul Basit”.
El número de ejecuciones más elevado del mundo
Según el grupo, el gobierno pakistaní ha ejecutado a 236 personas en este año, el mayor número de ejecuciones registrado en cualquier país del mundo.
El 17 de diciembre, un día después de que el grupo talibán disidente, Tehrik e Taliban Pakistan, atacara una escuela en Peshawar y matara a 145 personas, en su mayoría niños, Pakistán levantó una moratoria de siete años sobre la pena de muerte.
“A pesar de las afirmaciones del gobierno de que la pena de muerte es necesaria para hacerle frente al terrorismo, solo un pequeño porcentaje de los ejecutados estaban vinculados con la militancia”, dijo Human Rights Watch.