(CNN) – El mes pasado Corea del Sur acusó al Norte de ser responsable de la explosión de una mina terrestre que hirió a dos soldados surcoreanos a lo largo de la frontera fuertemente fortificada que separa a los dos vecinos.
El incidente desencadenó una serie de eventos que vieron que las tensiones en la zona desmilitarizada (ZDM) alcanzaban el punto de ebullición, y algunos temían una posible confrontación militar.
La respuesta inicial del Sur frente al incidente de la mina terrestre ha sido montar enormes altavoces en su lado de la zona desmilitarizada que resonaban con propaganda y música pop coreana hacia el Norte.
Puede haber parecido leve en comparación, pero produjo una reacción significativa… Pyongyang anunció que iba a movilizar su ejército y lo colocaría en un estado de preparación para la guerra. Luego le dispararon cohetes a una de las baterías de altavoces. Si bien no dieron en el blanco y no causaron heridas, el escenario estaba listo para un enfrentamiento serio.
Entonces, de repente, inesperadamente, el Norte propuso una reunión de alto nivel. Siguieron conversaciones maratonianas y al final Pyongyang apareció para pedir una disculpa. Se aliviaron las tensiones e incluso se llegó a un acuerdo para reanudar las reuniones este próximo octubre entre miembros de familias separadas por la guerra de Corea de hace más de 60 años.
Un incidente potencialmente explosivo de alguna manera acabó de forma positiva. El equipo de CNN que actualmente se encuentra en Corea del Norte, se reunió con Park Yong Chol, subdirector del Instituto para la Investigación de la Reunificación Nacional de la República Democrática Popular de Corea en Pyongyang para conocer la perspectiva norcoreana acerca de lo que en realidad sucedió.
No lo hicimos y no nos disculpamos
El Sur dijo que el Norte había colocado las minas deliberadamente en los días antes de la explosión, a lo largo de una ruta de patrullaje que se sabía que los soldados surcoreanos tomaban, en un intento calculado por causar daños. Los fragmentos de las minas terrestres muestran que eran de fabricación norcoreana. Pero Park desestimó sumariamente el reclamo.
“Lo hemos calificado como un incidente sospechoso, pero hemos dejado muy claro que no ha tenido nada que ver con nosotros”, dijo, antes de señalar que el hecho de expresar que lamentan que haya soldados heridos no era un reconocimiento de responsabilidad. Sin embargo, no explicó cómo las minas realmente habían llegado allí en primer lugar.
“Es por eso que lo calificamos como sospechoso”.
Guerra de propaganda
Las guerras de propaganda entre las dos Coreas no son nada nuevo. Las armas usadas son enormes baterías de altavoces ubicadas de cada lado de la zona desmilitarizada, las cuales emiten música, consignas y reportajes de interés varios kilómetros más allá del otro lado del territorio.
Estas transmisiones son particularmente insoportables para el Norte, ya que ellos atacan directamente el liderazgo de la nación… que aquí se interpreta como la “Dignidad Suprema” del país. Estas transmisiones fueron suspendidas por ambas partes en el 2004 durante el así llamado, “Sunshine Period” (Período de Resplandor) de las relaciones fortalecidas entre los dos.
Su reanudación fue percibida como un enorme insulto y un intento por desestabilizar el régimen. “A través de los altavoces deshonraron nuestro sistema y le faltaron el respeto a nuestra Dignidad Suprema”, dijo Park. “Nuestro ejército por poco decide ir a la guerra… estaban muy ansiosos de confrontar al enemigo en otro gran conflicto de importancia”.
Pero justo cuando la situación parecía que se estaba saliendo de control, Piongyang propuso conversaciones de alto nivel entre los dos ejércitos.
“La situación era como ver dos trenes rumbo a la colisión”, dijo Park, “si nuestro respetado jefe no hubiera estado ahí para resolver el problema, nadie podría haber impedido que los dos trenes se estrellaran el uno contra el otro. Ahora tenemos condiciones favorables a raíz del acuerdo y reanudaremos las reuniones Norte-Sur de las familias separadas”.
¿Una potencia nuclear responsable?
La razón por la que que Kim Jon Un intervino para apaciguar la situación, dice, era conservar la paz y la seguridad de toda la nación coreana –Norte y Sur– con su sentido de responsabilidad de parte de la nación como una potencia nuclear.
“No existen muchas potencias nucleares en el mundo… estas potencias nucleares tienen una misión importante para salvaguardar la paz y la seguridad en cualquier región del mundo”. Tratamos de resolver la situación con nuestro fuerte sentido del deber como una potencia nuclear”.
Puede parecer que la imagen de Kim Jong Un como pacificador no concuerda con las exaltadas declaraciones anteriores de la agencia de noticias oficial del país, KCNA, la cual regularmente anuncia que Corea del Norte está dispuesta a usar armas nucleares contra Estados Unidos –al que ve como su enemigo mortal– en cualquier momento.
Pero Park prefirió quitarle importancia a la retórica.
“Esas declaraciones oficiales son simplemente nuestra posición oficial ya que constantemente hemos estado bajo amenaza militar de parte de Estados Unidos. Ellas no equivalen a hacer una declaración de guerra ni son amenazas de un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos.
“El hecho de que seamos una potencia nuclear no significa que vamos a usar nuestras armas nucleares al azar”.