(CNN Español) – En el marco de la asamblea de la ONU, los presidentes de Cuba, Raúl Castro y de EE.UU., Barack Obama, sostuvieron un encuentro en la sede del organismo.
Esta reunión, la segunda entre Castro y Obama, podría interpretarse como un refuerzo al proceso de acercamiento entre ambos países.
No obstante, La Habana insiste que no habrá una normalización completa si no se pone fin el embargo comercial, contra el cual presentará una resolución de rechazo en la ONU.
La delegación cubana anunció que el 27 de octubre presentará por vigesimocuarta vez una resolución de condena al embargo impuesto por EE.UU. a Cuba. El voto no es vinculante, pero una amplia mayoría de paises vota a favor de la medida de rechazo.
Bruno Rodríguez, el canciller de Cuba, dijo resaltó que el año pasado la resolución recibió el poyo de 188 estados miembros y que ahora “cuenta con una abrumadora mayoría es un reclamo de la comunidad internacional de nuestra región que provoca aislamiento y descrédito a la política exterior de los Estados Unidos”.
Según versiones de prensa, la Casa Blanca estaría considerando abstenerse en la votación, en vez de rechazar la resolución como ha hecho hasta ahora.
Eso podría generar un enfrentamiento con el Congreso, el único con la autoridad para derogar el embargo.
Esa opcion no ha caído bien entre los legisladores que critican el nuevo enfoque hacia Cuba.
El senador y candidato republicano Marco Rubio envió una carta al presidente Obama en la que insiste en que las razones por las cuales fue impuesto el embargo no han desaparecido.
“Cualquier desacuerdo sobre esta ley, que solo regula transacciones de personas estadounidenses, debería ser debatida en el Congreso de Estados Unidos, no en la Asamblea General de Naciones Unidas”, dijo Rubio.
Rubio amenaza con frenar nominaciones diplomaticas del Departamento de Estado, acudiendo a su prerrogativa como senador, si la Casa Blanca se abstiene en el voto.
La Casa Blanca dijo hace unas semanas que no comentará sobre cómo votará hasta conocer el texto de la resolución.
El presidente Obama indicó que a medida que el proceso de normalización siga fluyendo, será más difícil que el Congreso se resista a terminar el embargo, que la Casa Blanca llama anticuado.