El bombardeo destruyó gran parte del centro médico y mató a 12 miembros del grupo y a 10 pacientes. Entre los muertos había tres niños. MSF dijo que además 37 personas resultaron heridas.
Mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el Departamento de Defensa está investigando las circunstancias del ataque, la organización humanitaria exigió respuestas y reiteró que todas las partes beligerantes habían sido informadas de la ubicación del hospital de Kunduz.
Un representante del jefe de la policía de Kunduz sostuvo que combatientes del talibán se ocultaban en el nosocomio cuando se produjo el bombardeo.
Pero Médicos sin Fronteras rechazó las versiones de que hubiese milicianos disparando desde sus instalaciones e insistió en que se necesita una investigación totalmente independiente.
“En virtud de la clara presunción de que se ha cometido un crimen de guerra, MSF exige una investigación completa y transparente sobre los acontecimientos a cargo de un organismo internacional independiente”, dijo el grupo humanitario en una declaración.
“Depender sólo de una investigación interna por una parte en el conflicto sería totalmente insuficiente”, advirtió.
Para MSF, el bombardeo fue una violación del derecho internacional humanitario.
Testimonios de los supervivientes aseguran que las bombas siguieron cayendo incluso varios minutos después de que los ejércitos de Estados Unidos y funcionarios militares afganos fueron notificados de que el hospital estaba bajo ataque.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, condenó enérgicamente la agresión y coincidió en que era esencial asegurarse que cualquier investigación será “independiente, imparcial, transparente y eficaz”.
“Este evento profundamente estremecedor debe ser pronta, exhaustiva e independientemente investigado y los resultados deben hacerse públicos”, dijo en un comunicado difundido por la ONU.
“La gravedad del incidente se ve subrayada por el hecho de que, si se establece en un tribunal de justicia que fue deliberado, un ataque aéreo contra un hospital puede constituir un crimen de guerra”.