(CNN) – Luego de que un comando estadounidense muriera al derribar una puerta durante una incursión en Afganistán, el máximo comandante de Operaciones Especiales de Estados Unidos se comprometió a evitar tragedias similares.
Dos años más tarde, el ejército de Estados Unidos está más cerca que nunca de poner a Iron Man al frente de batalla… o al menos algo que se asemeja bastante a la armadura de alta tecnología del superhéroe.
A diferencia de Hollywood, el traje no le dará a su operador la capacidad de volar, pero la armadura de la vida real podría tener una ventaja que la versión de ficción no tiene: el traje del ejército estará fabricado de blindaje líquido que podrá solidificarse cuando se le ordene.
Al estar equipadas con el equipo de protección —denominado Tactical Assault Light Operator, o TALOS— las tropas serían más letales y estarían mejor protegidas, sobre todo el primer soldado vulnerable que entra en un complejo.
Una amalgama de académicos, tipos de la industria de defensa y personal del Pentágono están tratando de afinar el exoesqueleto accionado por baterías, lo cual reduciría la tensión en el cuerpo, ofrecería una protección balística superior y tecnologías incorporadas en el casco para impulsar las comunicaciones y visibilidad.
“Este es un programa que iniciamos después de perder a un operador en una misión. El primer tipo que entró en un edificio fue captado y lamentablemente fue mortalmente herido. A raíz de eso, nos preguntamos, ‘¿Acaso no podríamos hacerlo mejor en términos de protección, darle una mejor ventaja al operador que es asignado en el punto más vulnerable?’”, dijo el general Joseph Votel, jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos. Votel se hizo cargo del programa TALOS lanzado por su predecesor, el almirante William McRaven.
El portavoz del Pentágono, el teniente comandante, Matt Allen, dijo que el Departamento de Defensa “no sabe cuánto costará el TALOS”, se limitó a decir que el Comando de Operaciones Especiales “ha recaudado una cantidad adecuada de fondos” para desarrollar el traje.
En un informe de Defense Tech —citado por el exsenador republicano de Oklahoma, Tom Coburn, en su “Wastebook” 2014— se mencionó un precio estimado de 80 millones de dólares.
Aunque gran parte de la tecnología del traje ya existe, los investigadores del TALOS tienen la tarea de adaptar esas tecnologías en un producto que no solo sea avanzado, sino que también sea fácil de manejar.
El objetivo: “Darle a ese operador la ventaja cuando es más vulnerable”, dijo Votel.
El programa TALOS ha producido varios prototipos y está listo para presentar el traje de primera generación en agosto de 2018.
Votel dijo que la investigación sobre el traje TALOS también ha sido de gran ayuda en otras áreas, ya que ha ayudado a los militares a desarrollar mejores tecnologías relacionadas con las armaduras ligeras y sistemas de comunicación.
“Nos está sirviendo como un beneficio indirecto”, dijo.