(CNN) – La cantante de música pop Selena Gomez ha revelado en Billboard que su reciente ausencia del centro de atención se debió a su diagnóstico de lupus, una enfermedad autoinmune.
“Me diagnosticaron lupus, y he estado sometiéndome a tratamientos de quimioterapia. Por eso me di un descanso. Me podría haber dado un derrame”, le dijo Gomez a la revista en un artículo de portada publicado el jueves.
Hubo rumores en torno a la cantante de 23 años de edad cuando canceló parte de su tour en 2013.
Más o menos 1,5 millones de estadounidenses tienen lupus, y la enfermedad afecta mayormente a mujeres comprendidas entre los 15 y 44 años de edad.
¿Qué es el lupus?
El lupus es una enfermedad crónica que puede afectar a cualquier parte del cuerpo, normalmente la piel, articulaciones, la sangre y los pulmones, según Lupus Foundation of America. Los sistemas inmunes de quienes padecen lupus en esencia se estropean, y en lugar de combatir los virus y las bacterias con anticuerpos, sus cuerpos crean autoanticuerpos que atacan el tejido saludable. Los síntomas pueden incluir fatiga, fiebre, pérdida de peso, dolores en las articulaciones, sarpullidos, pérdida del oído, anemia, hinchazón no normal y ulceras en la boca.
“Me encerré hasta que me sentí segura y cómoda de nuevo”, le dijo Gomez a Billboard.
La preocupación de Gomez acerca de que le dé un derrame es legítima.
“Puede haber un mayor riesgo de… derrames, coágulos sanguíneos en las piernas o incluso ataques cardíacos”, dijo el Dr. Joan Merrill, director médico de Lupus Foundation of America.
¿Es la quimioterapia el tratamiento normal?
El tratamiento depende de la intensidad de la enfermedad. Los casos más leves pueden ser tratados con inmunosupresores o antiinflamatorios, como una aspirina o esteroides. Sin embargo, los casos más severos pueden ser tratados con medicamentos de quimioterapia; los más comunes son la ciclofosfamida y el metotrexato.
La quimioterapia “puede detener los tipos de lupus más agresivos muy rápidamente, y a las personas les puede ir muy bien con ella”, dijo Merrill. “Las dosis normalmente son menores de las que toman los pacientes con cáncer”.
El lupus puede ir y venir… su intensidad aumenta y luego el paciente entra en remisión.
“Es muy impredecible”, dijo Merrill, y añadió que es manejable con el tratamiento adecuado.