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(CNN) – Cinco candidatos presidenciales demócratas están a punto de probar su suerte en el primer debate demócrata para las elecciones de 2016, el cual se llevará a cabo el martes por la noche en Las Vegas.

Pero el centro de atención en gran medida estará sobre dos candidatos: la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, y el senador de Vermont, Bernie Sanders.

La exsecretaria de Estado necesita recordarle a los espectadores del debate patrocinado por CNN y Facebook por qué inició el año como la abrumadora favorita, y por qué es la mejor opción para relevar al presidente Barack Obama.

Sanders tiene la oportunidad de demostrarle a millones de votantes por qué un candidato de 74 años de edad que se describe a sí mismo como un social demócrata puede enfrentar tanto a Clinton como a los republicanos.

También hay mucho en juego para los tres candidatos menos conocidos, con menos probabilidades, particularmente el gobernador de Maryland, Martin O’Malley, cuya campaña que se han detenido se podría beneficiar de un “intenso” desempeño el martes.

Estos son los seis aspectos de CNN que debes ver con atención en el debate del martes por la noche.

1.¿Puede Clinton dar un cambio repentino con gracia?

Hillary Clinton tendrá que responder por el pecado original de la política: los cambios repentinos.

Clinton se pronunció en contra del Acuerdo de Asociación Transpacífico la semana pasada, cuando en su época como secretaria de Estado, ella promocionó el acuerdo como el “estándar de oro” de los acuerdos comerciales. Sus críticos la acusaron rápidamente de cambiar de posición por el bien de la conveniencia política al apelar a los liberales y crear distancia entre ella y el presidente Barack Obama.

“Vaya, ese es un cambio total”, dijo O’Malley, un oponente del Acuerdo Transpacífico, la semana pasada. “Puedo decirles que yo no tenía una opinión hace ocho meses, y cambié esa opinión en la víspera de los debates”.

Clinton también ha sido acusada de cambiar el rumbo en asuntos importantes para la base demócrata, como el matrimonio entre personas del mismo sexo y la inmigración, incluso el hecho de si apoya o no que los indocumentados obtengan licencias de conducir. Además fue hasta hace poco que se opuso al oleoducto Keystone XL, luego de meses de eludir la pregunta.

“La mayor oportunidad para estos otros candidatos va a ser atacarla por sus posiciones cambiantes, sobre todo por lo recién ocurrido con el Acuerdo Transpacífico”, dijo Dan Pfeiffer, un exasesor senior de Obama, a CNN el lunes.

Hillary Clinton criticó a Xi Jinping por ser el coanfitrión de una cumbre sobre los derechos de las mujeres con la ONU, mientras que en su propio país mantiene bajo vigilancia a activistas.


2.Los correos electrónicos: ¿alguien abordará ese tema?

Durante meses, Clinton ha luchado infructuosamente por superar la tormenta política sobre su servidor de correo electrónico privado.

Los ataques han sido dirigidos por los republicanos, mientras los demócratas en su mayoría han desviado la mirada, a la espera de que el asunto desaparezca.

Este es un tema complicado para que un candidato rival lo saque a colación; esto podría poner en riesgo su propio apoyo entre los demócratas al mencionar el asunto divisivo. Sin embargo, aún es posible que los rivales de Clinton —quizá Webb u O’Malley— mencionen el tema con cautela el martes, a modo de sugerir que ella aborrece la transparencia y el escrutinio.

“Ella necesita responder a las preguntas sobre los correos electrónicos con transparencia y de manera abierta”, dijo Patti Solis Doyle, la gerente de la campaña de Clinton en 2008, a CNN el lunes. Ella añadió que el desafío más grande de Clinton es evitar “irritarse” y ponerse a la defensiva.

La campaña de Clinton ha aprovechado los comentarios del líder de la mayoría de la Cámara del Partido Republicano, Kevin McCarthy, en relación a que la comisión sobre Bengasi del Congreso fue creada para perjudicarla políticamente, así como las críticas del panel realizadas por un antiguo miembro conservador del personal.

3. Donald Trump: ¿el saco de boxeo favorito de los demócratas?

Trump habló sobre migración una vez más y ratificó su severa posición sobre este tema.

Si los demócratas no atacan a Clinton, ¿a quién atacarán? A los republicanos. Especialmente a Trump, el candidato favorito del Partido Republicano, cuya campaña poco ortodoxa ha dominado la narrativa del 2016 hasta ahora.

Verás que los cinco demócratas en el escenario irán en contra de los republicanos desde el inicio. El acaudalado desarrollador inmobiliario de Nueva York es un blanco atractivo, y mientras más puedan vincularlo al Partido Republicano en general, mejor.

El Partido Demócrata ha utilizado algunos de los comentarios no filtrados de Donald Trump sobre todo, desde la inmigración hasta las mujeres, para describir al Partido Republicano en términos generales, y etiquetarlo de ser exclusivo e intolerante.

4. Siente a Bernie

Desde que anunció su candidatura, el apoyo hacia Bernie Sanders, de 74 años de edad, ha aumentado del 6% al 24% entre los votantes demócratas registrados.

Hasta este momento, Bernie Sanders ya se ha acostumbrado a ser la estrella en el centro del escenario.

Él ha atraído a decenas de miles de partidarios a los mítines de su campaña, y se ha convertido en una sensación liberal, lo que ha inspirado el popular eslogan “Feel the Bern” (Siente a Bernie) entre los demócratas progresistas. También está compitiendo con Clinton en estados de votaciones tempranas como Iowa y Nuevo Hampshire.

Aun así, la presión del martes en la noche no se comparará a nada de lo que el senador de Vermont ha enfrentado hasta ahora en la contienda.

Sanders tiene décadas de experiencia en un cargo público, pero en algunas formas, él parece ser un inadaptado estilístico para el escenario del debate presidencial con base en la campaña que ha desempeñado hasta ahora. Él tiende a dar discursos largos en los que en ocasiones se va por las ramas, y varias veces ha dicho que no tiene interés en atacar a sus rivales demócratas; asimismo, sus asesores dicen que él apenas ha participado en la preparación tradicional para el debate en los días previos al martes.

El desafío agregado para Sanders será ganarse a los votantes que se sienten escépticos acerca de si el senador puede asumir el reto de ser un líder nacional.

5. ¿A qué Clinton veremos?

Clinton ha pasado varios meses a la defensiva, debido a la controversia en relación con su servidor de correo electrónico privado, y sorprendida por la fuerte ola progresista que está impulsando a Sanders a su izquierda.

Ella ha dado la imagen de no ser comunicativa en algunas entrevistas, lo que le ha recordado a los votantes sobre la confusión política que en ocasiones nubló el gobierno de su esposo, Bill Clinton, en los años noventa. Las cifras de Clinton en las encuestas y sus índices de aprobación se han venido abajo como resultado.

Pero se sabe que ella es buena para los debates, y se enfrentó directamente a Obama una y otra vez en 2008. Una repetición de esos desempeños asegurados y agradables el martes en la noche podrían lograr mucho por recordarle a los 18 millones de demócratas por qué votaron por ella en su primera campaña presidencial en las primarias.

“Hillary Clinton es excelente para los debates”, dijo Pfeiffer. “Ella es excelente, nítida, conoce la sustancia de arriba a abajo, y es muy buena en los argumentos”.

A pesar de todas sus luchas en la contienda hasta ahora, ella sigue siendo la abrumadora favorita y enfrenta las expectativas más altas, por un amplio margen.

Clinton también conoce el peligroso potencial de los debates. Su respuesta vacilante acerca de las licencias de conducir para los migrantes indocumentados en la temporada de 2008 fue la primera grieta en una campaña por la Casa Blanca con buenas probabilidades que Obama a la larga superó.

6. ¿Es esta la única oportunidad de Martin O’Malley?

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O’Malley ha pasado meses reprendiendo a los líderes demócratas por no programar más debates, ya que él se ha visto en problemas por superar las cifras de un solo dígito en las encuestas.

Quien una vez fue visto como una voz demócrata nueva y exitosa, el exgobernador de Maryland —en parte debido a su fracaso por recibir cobertura de los medios— está muy necesitado de un nuevo estímulo de energía.

Él y sus otros rivales que se encuentran en posiciones inferiores, Jim Webb y Lincoln Chafee, querrán imitar a Carly Fiorina. La exdirectora ejecutiva de Hewlett-Packard hizo uso de intensos desempeños en los debates del Partido Republicano para arrancar una campaña que se había detenido, y se colocó en el primer nivel de los candidatos republicanos.

O’Malley, de 52 años, también es, por mucho, la persona más joven en el escenario. Sanders tiene 74 años, y nació meses antes de que EE.UU. entrara a la Segunda Guerra Mundial. La mayor parte del resto nacieron en la explosión de la natalidad después de la Segunda Guerra Mundial. Clinton tiene 67 años, Jim Webb tiene 69 y sirvió en la Guerra de Vietnam, y Lincoln Chafee tiene 62.

A diferencia de las primarias de los republicanos, que ofrecen candidatos que abarcan generaciones —Marco Rubio y Bobby Jindal son solo de 44 años— la contienda demócrata parece ser para mayores solamente. La brecha de edad le podría dar una ventaja a O’Malley. Y él necesitará cualquier ventaja que pueda conseguir

“La única persona que tiene una gran oportunidad aquí es Martin O’Malley”, dijo Kevin Madden, exasesor de Mitt Romney, a CNN el lunes. “Cuando estás en el 1%, y eres Martin O’Malley, eso es muy fácil. No tiene a dónde ir sino hacia arriba”.