CNNE 218003 - democratas

Nota del editor: Julian Zelizer es profesor de historia y asuntos públicos de la Universidad de Princeton y miembro de New America. Es el autor de ‘The Fierce Urgency of Now: Lyndon Johnson, Congress, and the Battle for the Great Society’ (La urgencia extrema del ahora: Lyndon Johnson, el Congreso y la batalla por la Gran Sociedad) y coeditor de un nuevo libro ‘Medicare and Medicaid at 50: America’s Entitlement Programs in the Age of Affordable Care’ (Medicare y Medicaid a los 50: programas de ayuda social de Estados Unidos en la era de la atención médica asequible). Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las del autor.

(CNN)– El martes, los demócratas tendrán una oportunidad para discutir en CNN en su primer debate… y es uno importante. Este servirá como el inicio de una conversación más amplia que los votantes demócratas tendrán en los próximos meses en relación a quien será el candidato para suceder al presidente Barack Obama y qué tipo de campaña deberá preparar ese candidato.

Es cierto, es difícil imaginar que Hillary Clinton, Bernie Sanders, Martin O’Malley, Jim Webb y Lincoln Chafee provean el mismo grado de entretenimiento que recibieron los estadounidenses con Donald Trump en los debates republicanos. Muy pocos candidatos políticos están dispuestos a decir las cosas que “El Donald” está dispuesto a compartir.

Este debate posiblemente tendrá una gran dosis de fuertes discusiones sobre política, especialmente tomando en cuenta que Sanders participará, ya que él tiene poca tolerancia por el parloteo político.

Cada candidato tiene algo que demostrar. Hillary Clinton puede utilizar esto como una oportunidad para llevar las conversaciones más allá del incesante tema de los correos electrónicos y las interrogantes en relación a si ella personalmente les agrada a los votantes.

Bernie Sanders intentará demostrar que él es un candidato nacional viable, quien puede ganar votos de una parte significativa del electorado a pesar de sus credenciales como “socialdemócrata”. Martin O’Malley, quien ha estado lleno de propuestas políticas en las últimas semanas, intentará ganar la muy necesaria atención luego de haber sido dejado fuera de cualquier cobertura de noticias importante durante meses. Webb y Chafee tienen que darse a conocer como candidatos y presentarse ante la nación.

El moderador Anderson Cooper y los panelistas tienen mucho que cubrir, así que es muy probable que un gran número de cuestiones ni siquiera lleguen a discutirse. Sin embargo, existen algunos asuntos importantes que ayudarían a los demócratas a evaluar las diferencias, las estrategias y la visión de cada candidato en la contienda.

1. ¿Cómo tienen planificado trabajar en torno a la Cámara de Representantes del Partido Republicano?

Durante la mayoría de las campañas, existen muchas promesas en relación a las grandes ideas que el candidato espera llevar a cabo una vez que él o ella sea presidente.

Sin embargo, la realidad es que la Casa Blanca tiene que lidiar con el Congreso y queda bastante claro que después del 2016 la situación de un presidente demócrata no puede ser mucho mejor de lo que ha sido para Obama. Es casi seguro que la Cámara de Representantes estará bajo el control de los republicanos y, dados los últimos acontecimientos con la renuncia del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, los congresistas del Partido Republicano incluso estarán menos dispuestos (por mucho que cueste creerlo) a adquirir un compromiso con los demócratas en relación a casi cualquier asunto.

Entonces, ¿qué harían estos demócratas? En lugar de una conversación quijotesca sobre cómo establecer un nuevo tono en Washington y “llegar a” la otra parte, los candidatos deben ser presionados para responder qué medidas concretas tomarían para gobernar en esta situación de estancamiento.

¿Acaso dependerían del poder ejecutivo, como lo ha hecho Obama hacia el final de su mandato? ¿Acaso usarían la fuerza bruta partidista y artimañas procesales, si hay un número suficiente para hacerlo en el Senado? ¿Habrían de encontrar la manera de crear una presión popular para obligar a algunos republicanos a la acción?

2. ¿Qué harán en cuanto a la violencia policial?

La brutalidad policial se ha convertido en un problema de derechos civiles de nuestro tiempo. Los incidentes de violencia que han estallado durante todo el año han estimulado uno de los movimientos políticos populares más vibrantes que hayamos visto en décadas. En el 50 aniversario 50 de la marcha de Selma, el movimiento “Black Lives Matter” (La vida de los negros importa) se ha movilizado en todo el país para protestar por el tipo de violencia policial racial que ha sido tan común; un asunto que ha sido un problema constante en ciudades con grandes poblaciones afroamericanas.

Aunque todos los candidatos han dejado en claro —sobre todo después de ser confrontado por los activistas en las manifestaciones— que no van a tolerar este tipo de acción, la reforma de la policía debe recibir mucha más atención. Se le debería preguntar a cada uno de los candidatos exactamente qué medidas tomará él o ella a nivel federal para reducir la frecuencia de estos enfrentamientos.

3. ¿Cómo reformarán un sistema político destrozado?

Tres de los candidatos han hablado sobre la necesidad de reformar el proceso político, prestándole un poco de atención a las formas específicas en que el sistema de financiamiento de las campañas puede mejorar. Clinton ha solicitado reformas para impulsar las donaciones más pequeñas, mientras que O’Malley y Sanders han argumentado que las elecciones financiadas con fondos públicos son la única forma de reducir radicalmente el poder del dinero en la política.

Este es un tema que es de suma importancia y debe ser objeto tanto de discusión como de debate. Los demócratas incluso enfrentan más presión que los republicanos en cuanto a resolver esta crisis. La desconfianza de la política que provoca la corrupta influencia del dinero socava el apoyo al gobierno, el cual es el centro de la política democrática.

Los candidatos necesitan algún tiempo en el debate de Las Vegas a fin de delinear qué harían para mejorar el sistema y cómo prevén crear el apoyo para las reformas que por lo general son abandonadas después de que un presidente ha sido electo.

4. ¿Cómo abordarán la desigualdad, en concreto?

Al igual que la reforma del gobierno, la lucha contra la desigualdad es el asunto que todos abordan de forma ambigua. Clinton, Sanders y O’Malley se han alineado para prometer que van a combatir el problema de la desigualdad. Se ha convertido en una parte estándar de cada discurso de campaña. Los demócratas advierten sobre la creciente brecha entre los ricos y los pobres, así como sobre la inseguridad de la clase media.

Sin embargo, el problema es qué hacer al respecto. El problema solo empeora cada año a medida que la sensación de seguridad de la clase media es menoscabada.

La recuperación económica sin una fuerte clase media nunca reconstruirá la sensación de seguridad que subyacía en el sueño americano de las décadas de 1940 y 1950. Se les debe pedir a los candidatos que respondan en relación a qué tipo de medidas podrían tomar para hacerle frente a las divisiones económicas.

5. ¿Cuál es el papel del gobierno en casa?

Los candidatos demócratas necesitan delinear su visión ideológica y demostrarles a los votantes que pueden ofrecer razones convincentes para su partido. Con demasiada frecuencia, los demócratas se han alejado del punto de mayor importancia de su ideología: que el gobierno federal tiene un papel que desempeñar para hacerle frente a los problemas sociales y económicos.

Demasiados demócratas han tenido problemas para responder a la afirmación que hizo Ronald Reagan en relación a que “el gobierno no es la solución a nuestro problema; el gobierno es el problema”.

Más que cualquier otro demócrata en los últimos años, Obama ha sido bastante comunicativo para defender su gobierno. Se le debe pedir a cada candidato para el 2016 que se base en declaraciones anteriores al explicarles a los espectadores por qué él o ella cree que el gobierno puede ayudar a resolver los problemas que enfrentamos y por qué los mercados no siempre son la mejor opción.

Los votantes deberían tener la oportunidad de escuchar cómo estos candidatos responderían al enfrentarse a los virulentos ataques del candidato del Partido Republicano en el otoño del 2016 en relación a cómo los mercados siempre son mejores en la resolución de problemas.

6. ¿Qué sucede en relación al acuerdo con Irán?

Ahora que el acuerdo con Irán está vigente, se debería presionar a los demócratas para que digan cómo manejarán la implementación del acuerdo y cómo lidiarán con los republicanos en el Congreso que insisten en aplicar duras sanciones económicas.

Aunque aún se desconocen los parámetros básicos del acuerdo, los candidatos deben hablar al público sobre cómo funcionará la aplicación del mismo en los próximos años. Al mismo tiempo deben discutir su estrategia para lograr una mayor estabilidad en toda la región.

7. ¿Cuándo el uso de la fuerza militar es legítimo?

Obama ha trabajado arduamente para recuperar la diplomacia como instrumento central de las relaciones exteriores. En respuesta al uso de la fuerza por parte del presidente George W. Bush en Afganistán e Iraq, Obama ha afirmado que Estados Unidos puede hacerlo mejor, al trabajar por la vía diplomática, junto con alianzas internacionales. Con el acuerdo de Irán, el presidente ha demostrado cómo se puede poner eso en práctica.

Sin embargo, hay momentos en que la fuerza militar es necesaria y algunos demócratas, incluyendo a Clinton, a veces han estado en desacuerdo con el presidente. En lugar de simplemente ofrecer una defensa de diplomacia, los candidatos podrían pasar algún tiempo discutiendo cuando se debe emplear la fuerza y ​​bajo qué circunstancias. Esta sería una discusión útil para las elecciones primarias y generales.

Estas son solo algunas de las preguntas que ofrecerían una base útil para la discusión y el debate cuando los demócratas se reúnan. Si los interrogadores pueden mantener la conversación centrada en este tipo de asuntos filosóficos y políticos, podríamos obtener el evento más sustancial que sea posible.