(CNN)– Ni en un millón de años Anna Beckingham habría soñado con posar en topless.
Sin embargo, ella llega a un estudio, se quita el suéter, luego su blusa y por último su sostén, y sin vacilación ni vergüenza desnuda sus pechos para una fotógrafa.
A Beckingham, de 46 años y madre de dos niños, no le amedrenta que miles de personas vean estas fotos. Ella quiere que la gente las vea. Ella quiere que vean que sus pechos no se ven iguales.
Beckingham posó para la fotógrafa Julia Holland, inclinando su cabeza de manera impecable y proyectando su cuerpo en varios ángulos. Holland envolvió una franja de tela sedosa Georgette color rosa intenso alrededor de sus hombros, enmarcando su pecho izquierdo, el natural, y el pecho derecho, el cual fue reconstruido después de una mastectomía.
Beckingham, otra paciente de cáncer de mama y una enfermera que se especializa en la reconstrucción fundaron la organización benéfica Keeping Abreast en el 2007, ya que quieren que las mujeres que acaban de ser diagnosticadas con cáncer de mama se conozcan y hablen con otras mujeres que han pasado por eso… para que vean cómo podrían verse desde el otro lado. Hermosa. Sexy. Femenina. Completa.
“Es muy importante que estos retratos capturen el proceso que estas mujeres han atravesado para su curación”, dijo. “Te permite recuperar cierta fuerza, en lo que es una situación muy impotente”.
Hasta ahora, 50 mujeres han posado para Holland. Con el apoyo de su formación en bellas artes, ella las hace posar en un estilo clásico. Los retratos han sido exhibidos en varios lugares en Inglaterra y esta semana las fotos en topless han terminado en un destino poco probable: en los venerados salones del Parlamento.
Holland espera que los legisladores comprendan lo que las mujeres deben enfrentar luego de un diagnóstico de cáncer de mama, o después de que les dicen que son portadoras del gen del cáncer de mama y deciden eliminar sus pechos para evitar desarrollar cáncer.