La portada del 60 aniversario de Playboy con la supermodelo Kate Moss. (Cortesía Playboy).

Nota de editor: Mel Robbins es comentarista de CNN, analista legal, autora de superventas y oradora principal. En el 2014, fue nombrada conductora sobresaliente de noticas por radio en los premios Gracie. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las de la autora.

(CNN) - La revista Playboy fue lanzada en 1953 con Marilyn Monroe en la portada y posteriormente se convirtió en una de las marcas más reconocibles del mundo gracias a los trajes de las conejitas, un fundador que siempre usaba pijamas y páginas centrales de desnudos.

Fue la piedra angular de la era de los “Mad Men” y marcó el inicio de la cultura del sexo, las drogas y del rock and roll.

En su apogeo, vendía 7 millones de copias por mes. Actualmente, la circulación mensual es de solo 800.000 revistas. Al igual que tú, recuerdo esconderme en un armario con mi mejor amiga, una linterna y una revista Playboy. Sin embargo, hay una nueva generación de consumo de contenido que está impulsando cambios significativos en cuanto a cómo los jugadores de la vieja escuela abordan el juego.

Playboy acaba de anunciar que la revista estará lanzando una nueva versión PG-13 el próximo año y no imprimirá más imágenes de mujeres completamente desnudas.

Esta no es una historia sobre la desnudez; se trata de una historia sobre alteración e innovación. El tiempo, los gustos y la tecnología han cambiado todo. Incluso a los 89 años, Hugh Hefner entiende un hecho simple: en el mundo en rápido desarrollo de hoy en día, debes innovar o te vuelves irrelevante. Este es el mayor desafío que enfrentan los negocios en todo el mundo.

Podría parecer irónico pensar que la misma desnudez que Playboy promovió ha sido “superada” por Internet donde estás a “un clic de cualquier acto sexual que puedas imaginar de forma gratuita”.

Sin embargo, eso es lo que siempre sucede. Lo que te volvió famoso no te hará relevante en un mundo que progresa.

Kodak inventó la cámara digital en 1975, pero estaba tan centrada en sus películas y en el dominio de la impresión que dejó pasar todas las oportunidades digitales. La compañía se declaró en bancarrota en el 2012. Blockbuster creó el deseo de alquilar películas y quedarnos a disfrutarlas en la comodidad de nuestros hogares, dejando pasar la oportunidad de comprar Netflix, no una, sino tres veces. Cayó en bancarrota en el 2013.

Todos los negocios alteradores que emergieron en los últimos cinco años —Uber, Airbnb, Twich.tv— explotan la debilidad de un negocio importante… el fracaso de la vieja guardia para innovar en respuesta a los cambios de comportamiento del consumidor y del cliente. Estos entes alteradores no están acabando con los negocios; son las aburridas, rígidas y obstinadas compañías las que se están destruyendo a sí mismas.

Una vez que comprendes el trastorno que está teniendo lugar en los medios y en el mundo de la publicidad, así como el poder de las redes sociales como plataforma de divulgación, comprenderás que, simplemente, Playboy no tenía elección. La desnudez estaba hundiendo sus negocios en línea y de su revista.

Robin Zucker es la vicepresidenta senior de mercadeo digital de Playboy. Ella entiende el hecho de que Playboy es un editor y si quieres que la gente lea su contenido, es mejor que esté disponible en la web y que sea apto para el trabajo. Bajo su orientación, Playboy volvió a lanzar su página web con una estrategia “segura para el trabajo” en el 2014. Todo era clasificación PG-13 y no había ningún desnudo en Playboy.com.

Eso funcionó. Luego de su relanzamiento, Playboy dijo que observó un aumento del 258% en visitantes únicos. La edad promedio de los lectores pasó de 47 a solo 30 años de edad, dijeron los ejecutivos de la compañía, y su tráfico de web aumentó de 4 millones a 16 millones de usuarios únicos por mes, según el New York Times.

Hay una razón para eso. La fuente de tráfico No. 1 para la mayoría de las páginas web son las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y LinkedIn. Facebook es la fuente de noticias más grande y lleva más tráfico a los sitios de los medios que Google. El problema para Playboy es… que ninguna de esas redes sociales permite desnudez.

En 1997, mi esposo y yo compramos una vieja granja en las afueras de Boston. Una noche después del trabajo estábamos en el ático derribando un tabique para restaurar el espacio. Detrás de la pared encontramos una colección absolutamente prístina de páginas centrales de Playboy de finales de la década de 1960. Nos sentamos en el suelo del ático en medio de la demolición con una lámpara y un paquete de seis cervezas, y hojeamos las 30 o más páginas centrales.

Previo a las cirugías de seno y de las camas de bronceado —estas mujeres eran preciosas y naturales— las marcas de bronceado, colas de caballo y calcetas con diseños de rombos eran comunes. Fue un duro recordatorio de cuánto ha cambiado la vida en la era del Photoshop, la cirugía plástica y la perfección.

Scott Flanders, director ejecutivo de Playboy, le dijo al The New York Times que la revista está intentando responder una pregunta clave: “Si eliminas la desnudez, ¿qué queda?”

La respuesta es sencilla… todo.