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El poder y legado de los Kirchner
03:47 - Fuente: CNN

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(CNN Español) – Las elecciones presidenciales de Argentina marcarán el fin de una era: por primera vez en 12 años el presidente no llevará el apellido Kirchner. “Década ganada” para oficialistas y “desperdiciada” para opositores, lo cierto es que los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández marcaron un hito en la historia de la Argentina.

El 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asumió la presidencia de Argentina y fue el primer mandatario elegido por el pueblo luego de la crisis económica de 2001, que ocasionó la renuncia del entonces presidente Fernando De la Rúa y puso al país en la cesación de pagos más grande de su historia.

Kirchner llegó a la presidencia con tal sólo el 23% de los votos, luego de que el expresidente Carlos Menem, que había ganado la primera vuelta electoral, declinara competir con el entonces gobernador de la provincia de Santa Cruz en el balotaje previsto en la Constitución Nacional si ningún candidato supera el 45% de los votos.

“Es una etapa donde se realizaron todas las transformaciones que la gente más valoró, donde se puso en orden la economía, se salió del impago de deudas o default, se pagó la deuda con los organismos internacionales de crédito, se reconstruyó la Corte Suprema de Justicia y se iniciaron los juicios a los genocidas”, enumera Alberto Fernández, exjefe de Gabinete Néstor Kirchner.

Signado por un fuerte apoyo a los derechos humanos, el kirchnerismo impulsó los juicios para juzgar a los responsables de la última dictadura militar, ocurrida entre 1976 y 1983.

Sin optar por la reelección, Kirchner apoyó la candidatura de su esposa, Cristina Fernández quien llegó al poder en 2007, luego de ser senadora nacional durante todo el mandato de su marido. Era la primera vez en la historia del país que un presidente le entregaba el mando a su mujer.

“Tiene una trayectoria política importante y es claramente un cuadro político. Pero además sobre todo en su última etapa, en su segunda gestión ha encarnado un perfil ideológico tal vez las marcado que su antecesor Néstor Kirchner”, explica la analista política Graciela Römer

“A pesar de que la economía en esa época tiene muchos cuestionamientos para recibir, es justo reconocer que en esa etapa Cristina ha hecho algunas cosas valiosas y que tiene que ver con la ampliación de derechos”, añade Fernández, quien rompió con el matrimonio Kirchner un año después de que Cristina Fernández se hiciera cargo de la primera magistratura del país.

Durante su presidencia se estableció la Asignación Universal por Hijo, se reestatizaron los fondos jubilatorios, la petrolera YPF y los ferrocarriles, y se aprobaron las leyes de matrimonio entre personas del mismo sexo y de identidad de género.

También fue promulgada la controvertida Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que le valió un duro enfrentamiento con el principal conglomerado mediático del país, el Grupo Clarín, que aún perdura.

Otro tema controversial fue su relación con el campo. En 2008, Fernández enfrentó un paro agropecuario acompañado de un bloqueo de rutas que se extendió por 129 días, contra el aumento de los impuestos a los principales cultivos del país, en especial la soja.

La medida fue derogada luego de que su propio vicepresidente votara en contra en el Congreso.

Este sería el comienzo de la conflictiva relación que la gobernante tendría con sus vicepresidentes. A partir de ese momento, Cobos quedó aislado en su cargo, sin participar de ningún acto ni decisión del gobierno hasta la finalización de su mandato.

Por su parte, el vicepresidente actual, Amado Boudou, está envuelto en escándalos de supuesta corrupción, que lo hicieron el primer vicepresidente argentino en funciones procesado por la justicia, aunque él se declara inocente de todos los cargos.

Kirchnerismo sin Kirchner: la muerte de Néstor y la reelección de Cristina

La repentina muerte de Néstor Kirchner de un ataque al corazón, el 27 de octubre de 2010, fue un punto de inflexión para la presidenta y también para su movimiento político.

“Es el dolor más grande que he tenido en mi vida. Es la pérdida de quien ha sido mi compañero durante 35 años. Compañero de vida, de lucha, de ideales. Una parte mía se fue con él, está en Río Gallegos”, dijo la mandataria por cadena nacional, vestida íntegramente de negro, un atuendo que la acompañaría por más de un año.

Luego de los masivos funerales, la presidenta decidió competir por un nuevo mandato y en 2011 fue reelegida con el 54,11% de los votos, el mayor porcentaje alcanzado en una elección presidencial desde el retorno a la democracia en 1983.

“Cristina Kirchner ha sido una presidenta que durante casi sus dos mandatos ha tenido posiciones muy fuertes y muy controversiales sobre todo en los modos de instalar el debate, tanto es así que hoy tiene mitad de la población que aprueba su gestión política y mitad que tiene una mirada negativa y rechaza a la presidenta. Está como en dos mitades partida la Argentina”, explica Fabian Perechodnick, analista político y titular de la consultora Poliarquía.

El segundo mandato de Cristina Fernández estuvo signado por problemas económicos, como la inflación y la restricción a la compra de dólares, pero también por masivas protestas en su contra, como el denominado 8N, la inmensa manifestación popular del 8 de noviembre de 2012 contra su gobierno.

“El segundo mandato de Cristina es un mandato donde ya encontrar algo valioso es muy difícil porque ahí la economía explota, queda al descubierto el problema inflacionario, queda al descubierto el retraso cambiario y Cristina se ve obligada a hacer una devaluación del 30%”, sostiene Alberto Férnandez.

Las restricciones a la compra de dólares, impuestas en 2012, serían los principales reclamos de la sociedad, además de las denuncias de supuesta corrupción, que recaen sobre el vicepresidente y de presunto lavado de dinero a través de los hoteles que la mandataria y sus hijos poseen en la Patagonia.

Desde el gobierno niegan las acusaciones y las atribuyen a operaciones políticas de desprestigio.

La creciente inflación llegó en 2014 al nivel más alto de su gobierno, reconocido incluso por las cuestionadas estadísticas oficiales, que la estimaron en más del 20%.

A estos problemas, se sumó el conflicto con los fondos de capital de riesgo, conocidos también como los fondos buitre, aún sin resolverse.

Esta situación llevó al país a una cesación de pagos selectiva, luego de que la justicia estadounidense le impidiera pagar hasta que resolviera el pleito con los bonistas que no aceptaron entrar en las reestructuraciones de deuda de 2004 y 2010, que implicaban quitas de alrededor de un 50%.

La última gran sacudida del kirchnerismo fue la muerte del fiscal Alberto Nisman, que apareció muerto de un tiro en la cabeza en el baño de su casa el 18 de enero de 2015, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta por el supuesto encubrimiento de los acusados iraníes por el atentado a la mutual judía amia, que en 1994 dejó 85 muertos.

Aunque la denuncia del fiscal fue desestimada después en tres instancias judiciales, la Justicia aún investiga las causas de su muerte y no ha determinado si se trató de un suicidio o un homicidio.

Algunos analistas señalan que el porcentaje de imagen positiva de la presidenta, cercano al 50%, podría interpretarse como una buena analogía de lo que significa el kirchnerismo para los argentinos.

“La valoración positiva tiene que ver con todas políticas de inclusión social, distintos mecanismos de apoyo a sectores postergados que a partir de esta etapa del kirchnerismo: tiene que ver con jubilaciones y pensiones, con subsidios especiales para distintos segmentos de la población, con discusiones sobre la pobreza, planes sanitarios. Pero hay mucha discusión también sobre cuestiones de política económica, sobre todos para sectores medios y medios altos,  que generan por lo menos una duda sobre cómo queda la Argentina después de Cristina Fernández de Kirchner”

Impedida constitucionalmente para competir por un tercer mandato consecutivo, Cristina Fernández entregará el mando el próximo 10 de diciembre y por primera vez en 12 años, el presidente no llevará el apellido Kirchner.