(CNNMoney) – La codicia está haciendo una reaparición en Wall Street.
Hace solo seis semanas los inversores estaban al borde de un ataque de pánico en toda extensión. Los temores sobre la turbulencia económica de China y la vaga política de la Reserva Federal se apoderaron de los mercados financieros.
La profunda preocupación provocó que el Dow se hundiera en una caída sin precedentes de 1.000 puntos el 24 de agosto, antes de introducir al mercado en modo de corrección.
Pero el miedo se está desvaneciendo rápidamente en Wall Street. El Dow Jones se encuentra en un máximo de dos meses y el S&P 500 ha trepado de vuelta por encima del umbral de los 2.000 puntos.
Además, por primera vez desde principios de julio, los inversores han invertido dinero de nuevo en fondos de acciones y de bonos a nivel mundial, según un estudio de Bank of America Merrill Lynch de los datos de flujo semanales hacia los fondos.
Eso “marca un giro en el sentimiento de riesgo”, escribió Michael Hartnett, director de estrategia de inversiones de Bank of America Merrill Lynch, en el informe.
Los mercados están apostando a que las tasas “bajas” de crecimiento, ganancias e interés están “aquí para quedarse, pero sin recesión”, escribió.
Es por eso que el Fear & Greed Index de CNNMoney ahora está ubicado cómodamente en territorio “neutral”. Es una gran mejora desde hace apenas un mes cuando estaba parpadeando en “miedo extremo”.
Los bonos basura reciben un poco de cariño
Pero los inversores no solo están probando las aguas. Están saltando hacia las aguas más profundas.
Los bonos basura experimentaron ingresos semanales de 2.600 millones de dólares; el aumento más grande en ocho meses. Eso a pesar de las preocupaciones de Carl Icahn y otros acerca de que este rincón notoriamente riesgoso del mercado de bonos está en medio de una burbuja.
Los mercados emergentes han estado en crisis a causa de la caída del petróleo y de otras materias primas, así como por temores de que la gente retirará su dinero de inversiones en el extranjero cuando la Fed suba las tasas.
Sin embargo, en la última semana, los inversores arrojaron la precaución a un lado e invirtieron 400 millones de dólares en fondos de deuda de mercados emergentes. Ese fue el primer aumento en 12 semanas y el más grande en cinco meses, indicó Bank of America.
“Está claro que los inversores están poniendo su dinero a trabajar de nuevo. Lo están haciendo de forma selectiva; pero lo están haciendo”, dijo Peter Kenny, un estratega de mercado independiente y fundador de Kenny’s Commentary.
No más búsqueda de seguridad
Los inversores también están mostrando una voluntad de alejarse de la relativa seguridad de la deuda pública, como los bonos del Tesoro. BofA dijo que los fondos que invierten en bonos del Gobierno estadounidense de hecho experimentaron una caída por primera vez en 15 semanas.
“Eso habla de la confianza de los inversores. Probablemente ya hemos visto lo peor que veremos en el corto plazo”, dijo Kenny.
El nerviosismo por China se desvanece
Entonces, ¿qué impulsó el cambio en el sentimiento?
En primer lugar, los temores acerca de un aterrizaje forzoso en la economía de China se han aliviado un poco. El Shanghai Composite ha subido 8% solamente el mes pasado. Eso lo devuelve a terreno positivo en lo que va del año.
“Es realmente una historia enfocada en China. Esa narrativa conducía mucho miedo hacia el mercado”, dijo Kenny.
Al mismo tiempo, las materias primas han dejado de colapsar. Los precios del cobre y de la plata han subido este mes y el petróleo recientemente trepó por encima de los 50 dólares el barril por primera vez desde julio.
Los inversionistas también están cazando gangas. Aunque las acciones difícilmente son baratas, es claro que la ola de ventas de finales de verano creó oportunidades de compra que algunos aprovecharon.
¿Podría Washington arruinar la fiesta (de nuevo)?
Nadie sabe cuánto tiempo durarán las operaciones riesgosas. Podría persistir hasta el final del año, dando a las carteras de los inversores un muy necesario rally de Santa Claus. O podría ser que esta crisis esté lejos de desvanecerse.
Bespoke Investment Group está apostando por esto último, instando a los clientes que reduzcan su riesgo debido a la posibilidad poco probable pero todavía real de una crisis del techo de la deuda, justo como en 2011.
“No nos gustan los sonidos procedentes de D.C.”, escribió Bespoke en una nota a sus clientes el viernes. “Aunque no creemos que una crisis del techo de la deuda sea ‘probable’; pero si se produce, el impacto en los mercados podría ser enorme”.