Gaspare Valenti, izquierda, y Vincent Asaro en una foto proporcionada por los fiscales federales de Nueva York.

NUEVA YORK (CNN) – En el 2008, un socio de hace mucho tiempo de la mafia levantó el teléfono y marcó al azar un número del FBI en Nueva York.

“Me gustaría colaborar”, según Gaspare Valenti, ahora de 68 años, recordó haberle dicho a una mujer llamada Nora. Resulta que ella dirigía un escuadrón policial federal que investigaba a la familia criminal Bonanno.

“Tengo remordimiento y necesito una forma de apoyar a mi familia”, dijo Valenti en la llamada.

Durante los siguientes cinco años, Valenti llegó a un acuerdo para recibir alrededor de 3.000 dólares al mes por grabar conversaciones, entre ellos algunas con su primo hermano, Vincent Asaro, un supuesto capitán de la familia Bonanno.

Las grabaciones fueron críticas en la presentación de cargos federales, más de 30 años después del crimen, contra cinco presuntos miembros de la familia criminal Bonanno involucrada en el famoso atraco de Lufthansa que ayudó a inspirar parte de la película de 1990 Uno de los nuestros (Goodfellas).

Las horas de grabaciones telefónicas y telegráficas han sido reproducidas en el juicio federal de Asaro en Brooklyn, en una serie de cargos que incluyen asesinato, extorsión y el robo de efectivo y joyas en instalaciones de la aerolínea alemana Lufthansa dentro del Aeropuerto John F. Kennedy en 1978.

Con las cintas, los fiscales han tratado de retratar a Asaro, de 80 años de edad, como un tipo inteligente envejecido y en quiebra, inseguro de su posición dentro de la familia y con nostalgia por los días en que un ecosistema ilegal y lucrativo controló grandes franjas de Nueva York con un grado de impunidad.

La difícil situación de Asaro destaca las luchas de muchos tipos de la mafia que han envejecido, desesperados por ganarse la vida mientras tratan de seguir siendo relevantes en un mundo subterráneo que cambia rápidamente, según los expertos.

“Ya no es como solía ser”, dijo Anthony DeStefano, un periodista que ha cubierto el crimen organizado durante más de tres décadas y que escribió “Gangland New York: The Places and Faces of Mob History” (La mafia de Nueva York: los lugares y rostros de la historia de la mafia).

“Alguien me dijo una vez que la categoría de mejor trabajo que podría tener ahora es ser un testigo del gobierno. …Obtienes cierta seguridad en la cárcel. Obtienes un poco de dinero. Y podrías lograr que te reubiquen y obtener una vida completamente nueva”.

‘Tocado pero no hundido’

Las medidas enérgicas por parte del gobierno han diluido las filas de la mafia en las últimas décadas.

Lo principales arrestos y condenas entre las décadas de 1980 y 1990 paralizaron la mafia. Si no son asesinados primero, los máximos jefes enfrentan múltiples acciones judiciales y largas penas en prisión. Entre los grandes nombres que han sido arrestados y llevados por la policía en lugares públicos a lo largo de los años están John Gotti, Joseph Massino y Vincent Gigante.

Los procesamientos “hicieron mella de forma significativa en la actividad de la mafia”, dijo Kelly Langmesser, una portavoz del FBI en Nueva York. “La mafia podría haber sido tocada, pero no ha sido hundida. Siempre sigue regresando”.

Gotti, el exjefe de la familia Gambino, murió de cáncer en una prisión federal en el 2002 mientras cumplía una sentencia de cadena perpetua por asesinato y extorsión. Gotti se convirtió en el padrino de la familia Gambino en 1985 y, poco después, enfrentó tres casos criminales, desde asalto hasta crimen organizado, antes de que los federales finalmente lo condenaran por cinco asesinatos en 1992. El testimonio de un amigo anterior y el sicario de Gambino, Sammy “el toro” Gravano, ayudó a derribar a Gotti.

Vincent Asaro, centro, con el jefe del crimen fallecido John Gotti, a la derecha, en una foto difundida por la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York.

Massino, un miembro de la familia Bonanno, accedió a cooperar con los fiscales y recibió dos condenas de cadena perpetua en el 2005, tras declararse culpable de participación en ocho asesinatos de la mafia. Posteriormente, declaró contra varios jefes de la mafia.

Vincent Gigante, jefe de la familia criminal Genovese, murió en prisión en el 2005 luego de una condena en 1997 por varios crímenes, incluyendo crimen organizado y conspiración para matar en beneficio del crimen organizado.

“Ya sea que estén muertos como Gotti o se volvieron testigos del gobierno como Joe Massino, o bien están en la cárcel”, dijo DeStefano.

‘Las cosas como en los viejos tiempos’ han desaparecido

Para los que aún están en la calle, los fraudes como en los viejos tiempos empezaron a disminuir.

“No estoy diciendo que la mafia no puede hacer nada o que no puede hacerte daño”, dijo DeStefano. “Sin embargo, los grandes fraudes han sido de cierto modo empatados por los federales y la policía. No existen. Los grandes fraudes del crimen organizado, las grandes agrupaciones del concreto, los grandes fraudes de la industria textil ya no existen. Aún hay empresas locales, como restaurantes o quizás un taller mecánico, que podría verse afectado por la mafia. Ahí es donde todavía funciona. Pero que las cosas sean como en los viejos tiempo, olvídalo”.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, algunos miembros del personal del escuadrón del FBI fueron trasladados de la delincuencia organizada a agrupaciones en Asia y Rusia. Se crearon y reforzaron unidades antiterroristas y de delitos cibernéticos con agentes que trabajaban anteriormente en la división de crimen organizado, dijo Langmesser.

“A pesar de que nuestras prioridades cambiaron después del 11 de septiembre y más grupos criminales aumentaron en la ciudad… nuestros registros de detención muestran que aún estamos preparando casos en contra de ellos”, dijo Langmesser.

En el 2011, por ejemplo, el FBI arrestó a 120 mafiosos, dijo.

No existe un plan de jubilación para la mafia

Valenti era un exmafioso que al parecer encontró algo de seguridad —en la jerga de la mafia— como una rata.

Anteriormente cuando estuvo involucrado en las grandes actividades de la mafia, Valenti testificó en el tribunal federal de distrito, él estaba en el Aeropuerto John F. Kennedy una noche hace 37 años durante el atraco de Lufthansa.

Valenti admitió haber cortado una puerta a fin de abrirle paso a una camioneta y permitir que sus socios robaran más de 5 millones de dólares y 1 millón de dólares en joyas, de acuerdo al testimonio.

En el momento en que Valenti llamó al FBI, no se habían presentado cargos contra nadie para lo que entonces era el mayor atraco en la historia estadounidense.

Al igual que muchos mafiosos que están envejeciendo, Valenti estaba en la ruina. La mafia no tiene un plan de jubilación. Él había pasado años prestando dinero, lo usaba para jugar apuestas y rara vez lo pagaba. Ahora, él tenía que mantener a una nueva bebé.

“Básicamente, ellos viven una especie de esquema a esquema”, dijo DeStefano al referirse a los mafiosos viejos.

‘Nosotros mismos nos hicimos esto’

Las grabaciones reproducidas en el juicio de Asaro recopilaron varias instancias en las que el acusado y Valenti hablan sobre ganar dinero y luego usar grandes cantidades en juegos de azar.

“Qué vergüenza. Mira a lo que hemos llegado”, le dijo Valenti a Asaro en una conversación grabada.

“Así es la vida. Nosotros mismos nos hicimos esto”, le respondió Asaro. Esa es una maldición por esta porquería de juegos de azar”.

Meses más tarde, Asaro le dijo a Valenti que acababa de jugar póquer Texas Hold’em por primera vez y que estaba satisfecho por lo que había ganado.

“Gané 200 dólares. 280 dólares, el pozo era, eh, de 280 dólares… tuve que pagar 80 dólares, tuve que pagar de nuevo”.

Los primos recordaron un juego de cartas anterior en el que Asaro ganó 37.000 dólares.

“Esos eran los juegos, hombre. Allí era cuando abundaba el dinero”, dijo Valenti.

“Le di al chico una propina de mil dólares esa noche”, dijo Asaro. “Solíamos jugar eso en el John’s club, 1.000 dólares por jugada”. Valenti testificó que se referían a Gotti.

Michael Franzese, quien se describe como exjefe de la familia del crimen organizado Colombo, se refirió a Asaro como “un dinosaurio”, parte de una legión de “tipos fabricados”, quienes no eran verdaderos ganadores durante su época y no eran obligados a hacer cabriolas para lograr hacer puntos.

“Las cosas con las que podías hacer dinero ya no están disponibles”, le dijo Franzese a CNN. “Ellos no tienen los mismos sindicatos. Ya no son los mismos juegos de cartas y contrabandistas. Los vecindarios se han quedado sin gran parte del dominio italiano que alguna vez tuvimos”.

‘Me quitaran mi placa’

En las conversaciones grabadas, Asaro parece revelar su inseguridad en relación a su lugar en las filas de la familia. En septiembre del 2011, le dijo a Valenti que le preocupaba que le quitaran su “placa”, o su estatus, porque se ha volteado en contra de sus socios.

“Me van a quitar mi posición… me quitarán mi placa, ya verán. Eso va a suceder. Sé que eso sucederá”, dijo Asaro.

“Dado que tuve una gran disputa la semana pasada”, continuó. “Les grité. ‘Quiero mi maldito dinero’. Estoy en quiebra, me estoy volviendo un maldito animal. Dos hombres inteligentes… sé que lo estarán considerando”.

En noviembre del 2011, los primos hablaron sobre un jefe de Nueva York que fue asesinado en Canadá. Asaro le sugirió a Valenti que podría estar perdiendo poder e influencia.

“No sé qué m**da está sucediendo en Canadá. Ni siquiera sé qué está pasando en Ozone Park”, le dijo Asaro a Valenti.

En un interrogatorio, Valenti le dijo a la abogada de Asaro, Elizabeth Macedonio, que se había reunido con “seis o siete” agentes del FBI “más de 150 veces” desde que empezó a cooperar.

Asaro, quien tiene un tatuaje con el mantra de la mafia “muerte antes de deshonor” cubierto por su camisa, se sentó en el tribunal y suspiró con incredulidad.

“¿Más de 150 veces?” se repitió a sí mismo, sacudiendo la cabeza.

Los abogados de Asaro han dicho que el caso del gobierno contra él está basado en el testimonio de delincuentes que llegaron a acuerdos con la fiscalía.

En las declaraciones de apertura, la abogada de Asaro, Diane Ferone, se refirió a los testigos del gobierno como “colaboradores criminales” con motivo para mentir. Ella señaló el historial de Valenti de prestar dinero que luego no podía pagar y lo acusó de colaborar para “ganar dinero. …Su más reciente víctima de estafa es el gobierno de Estados Unidos”.

“Muchos mafiosos de los viejos tiempos siguen perdidos y a la deriva de su vida antigua”, “una vida que ya no existe”, dijo DeStefano, el experto en mafia.

Yon Pomrenze de contribuyó con este reporte.