A través de su carrera, Anna Kournikova alcanzó la fama tanto por su trabajo dentro de las canchas como por lo hecho fuera de ellas.

(CNN) – La primera vez que el legendario entrenador de tenis Nick Bolletieri puso su mirada en Anna Kournikova, de 10 años de edad, su pensamiento inicial fue “Santa cachucha”.

Incluso después de un cuarto de siglo, la hora y el lugar exacto de la reunión está grabado en la mente del hombre de 84 años con la precisión de una pistola de radar: 8:50 a.m., cancha 40.

“Esta pequeña niña viene, salta hacia mi canasta de pelotas y dice ‘¡Vine a mi clase!’”, recuerda el famoso e intenso entrenador detrás de tenistas que llegaron a ser no. 1 del mundo como Andre Agassi, Jim Courier y Monica Seles.

“Pensé ‘¿quién diablos es ella?’”, añade Bollettieri, y la imagen de una niñita segura con coletas rubias se hace cada vez más clara en su mente.

“No le grité… porque fue increíble ver que una pequeñita simplemente saliera y dijera ‘Ya vine. Estoy lista’”.

Si una de las deportistas más comercializable de la historia también estaba lista para el fuerte escrutinio de los medios es otro asunto.

Justo más de una década después, a la edad de 22 años, Kournikova salió del WTA Tour con graves lesiones en su espalda. Ella había llegado a ser la no. 8 del mundo, ganó dos grand slams dobles junto a Martina Hingis y llegó a las semifinales de Wimbledon cuando tenía solo 16 años.

Sin embargo, el título más preciado de todos, y el que siempre se le escapó, fue un trofeo por un torneo en la categoría individual.

Desde entonces, han nombrado a manos de póker en honor a la belleza rusa: “A-K: Se ve muy bien, pero no gana”.

Luego se dieron los chistes de “La jugada del día de Anna Kournikova” de David Letterman, los cuales involucraron imágenes denigrantes en las que aparece bebiendo agua de una botella.

El sexo vende

Pero aparte de sus logros deportivos que a menudo son pasados por alto, Kournikova, quien no quiso concederle una entrevista a CNN, ha ganado en maneras que el deporte rara vez había visto antes.

Ella ganó acuerdos de patrocinio con un valor de millones de dólares, y el afecto de las personas que normalmente no veían tenis. Vaya, hasta ganó en el Internet, al convertirse en la deportista más buscada en Google en el mundo.

Una de las campañas de publicidad más memorables para Kournikova fue la que realizó para Berlei y sus sostenes que absorben el impacto.

Mientras tanto, el infame virus informático “Anna Kournikova” atraía a las víctimas con un correo electrónico que presuntamente mostraba imágenes en las que la famosa tenista aparecía desnuda. Este error informático de 2001 fue tan popular que incluso apareció en un episodio de “Friends”.

Como te lo dirá cualquier adolescente que ha tenido un poster de Kournikova pegado en una pared de su habitación, la hermosa joven iba más allá del tenis.

“Obreros y empresarios veían tenis. Ya no eran solo los clientes corporativos de los country clubs los que veían tenis”, dice Ken Merritt, quien también entrenó a Kournikova en la famosa academia de Bollettieri en Florida.

“El tenis femenino generó muchos acuerdos por televisión luego de que ella empezó a jugar. Son muchas cosas las que Anna hizo por el deporte que fueron más allá de los resultados de victorias y derrotas”.

El apetito global por la “Marca Kournikova” parecía insaciable, y la valiente era del Internet de los años noventa se mostraba dispuesta a alimentarlo, al hacer que la apariencia de modelo de la tenista fuera mucho más allá de las contraportadas del deporte.

“Las tenistas a menudo habían sido tratadas como un objeto, o habían sido vistas como símbolos sexuales de una forma que superaba lo que hacían en realidad, pero considero que en esa época, se intensificó un poco”, dice el consultor de marketing y relaciones públicas para atletas profesionales, David Skilling.

“Y no creo que eso necesariamente fuera la culpa de Anna. Simplemente es la forma en la que los medios lo tomaron y lo llevaron a cabo”.

Los organizadores de torneos rápidamente se aprovecharon de su fama, y a menudo ponían a Kournikova en canchas mucho más grandes de las que alguien de su clasificación sugeriría, recuerda el periodista sobre tenis, Ben Rothenberg.

“Creo que muchas otras jugadoras se sentían celosas de ella, y quizá con razón”, dijo.

“Ella recibía mucha más atención y mucho más dinero proveniente de patrocinios que muchas tenistas que eran mejores que ella”.

Los oponentes también tenían que enfrentarse al dedicado ejército de seguidores de Kournikova, y Bollettieri da a entender que quizá la impresionante tenista no se mostraba tan reacia a alentarlos.

Kournikova podría no tener un título en la categoría individual... pero ha ganado muchos admiradores.

“Cuando estábamos en un torneo importante, si Anna Kournikova estaba entrenando, y no había un encuentro entre jugadores conocidos en el estadio, todos los hombres estaban viendo a Anna Kournikova”, dice Bollettieri.

“Ella daba todo un espectáculo. Daba todo un espectáculo”.

Un ‘monstruo del mercadeo’

Por muy lucrativo que haya sido ser el centro de atención de los medios, Skilling cree que esto también podría haber distraído a la adolescente del trofeo en la categoría individual que nunca logró ganar.

Si Kournikova fuera una de los clientes de Skilling de hoy en día, el gerente de mercadeo dice que él limitaría su exposición a los medios, pasaría más tiempo concentrándose en su juego y suavizaría el estatus de símbolo sexual.

“Se convirtió en un monstruo de mercadeo que terminó comiéndose a sí mismo. Parece que fue demasiado, demasiado rápido. Y simplemente no fue sostenible”, añade Skilling.

“Un atleta profesional tiene una ventana tan corta en la que necesitan dar lo mejor de sí en el deporte. Así que si estás en medio de esas distracciones, tu juego va a verse afectado… eso no puede ser”.

Los mejores gerentes son los que pueden dividir el tiempo de su jugador entre patrocinios, trabajo en equipo y el desarrollo mental y físico, añadió Bollettieri.

“Si no tienes el panorama completo, puede afectarte”.

Esto es fácil de decir cuando no tienes la zanahoria de los acuerdos publicitarios de millones de dólares frente a ti… una tentación que a menudo es tanto para los padres, como para la estrella adolescente.

La madre de Kournikova, Alla, en la imagen, fue una gran influencia en su carrera, ya que la familia tuvo que trasladarse de Rusia a Estados Unidos para que ella fuera entrenada. El medio hermano de Kournikova, Allan, de 11 años de edad, es una estrella del golf en ciernes.

“Algunos padres que tienen un hijo a quien le ofrecen tres, cuatro, cinco millones dicen ‘Oye, lo aceptamos’”, dijo Bollettieri respecto a los padres que tienen hijos en el tenis en general.

“Especialmente si eres bien parecido, cariño. Y Anna Kournikova era guapísima”, dice, casi silbando en asombro ante el recuerdo.

“Ella te veía y los esposos estaban casi listos para dejar a sus esposas”.

El arma asesina que nunca lo fue

Más de una década después de dejar el tenis ¿acaso sus logros deportivos se han visto opacados por su apariencia lucrativa?

Si ella tan solo hubiera ganado un título en la categoría individual, esto habría consolidado la reputación de Kournikova en el deporte más allá de toda duda, cree Rothenberg.

“Quizá ella debería haber jugado un torneo menor”, añadió.

“Pero Kournikova no programaba sus torneos solo para tratar de ganar un título. Ella jugaba en los torneos más importantes, en contra de lo mejor de lo mejor, y supongo que probablemente obtuvo algunas buenas garantías de honorarios de participación”.

Y mientras Bollettieri rápidamente elogia las habilidades generales de Kournikova en la cancha, si el entrenador pudiera tener de nuevo su tiempo con ella, él se habría enfocado en el arma asesina que nunca lo fue: su derecha.

“Los Andres, Couriers, las Serenas, las Sharapovas… la mayoría de ellos tenían una derecha impresionante. No lo vimos en Anna”, dice.

“Y esa falta de arma, esa falta de un golpe asesino, creo que probablemente fue la razón por la que no ganó un grand slam en la categoría individual, querida”.

Ha reído mejor

Hoy en día, es más probable que veas a Kournikova como entrenadora de fitness en el reality show “The Biggest Loser”, o mientras es fotografiada por paparazzi cuando sale a cenar con el cantante de música pop, Enrique Iglesias, que en el circuito profesional… aunque se sigue presentando en torneos con fines benéficos.

Pero a pesar de todos los maliciosos nombres en el póker, Kournikova tuvo una carrera con la que la mayoría de tenistas solo pudieron haber soñado, al convertirse en pionera para la próxima generación de estrellas rusas como Maria Sharapova.

“En términos de comerciabilidad en el deporte, existe un límite respecto a cuán bien se ven las personas”, explicó Skilling.

“Tenía que haber un cierto nivel de habilidad, para justificar que las marcas le pagaran esa cantidad de dinero”.

Y si juzgas la carrera de una persona solo por su potencial de ingresos, de acuerdo a esa medida, Kournikova “se sentía muy feliz por lo que había obtenido, a pesar de las críticas”, añade Rothenberg.

“Por mucho que se rieran de ella, era ella la que estaba ganando. Ella sabía lo que estaba haciendo”, dijo.

En su corta carrera, Kournikova también ganó un total de 3,5 millones de dólares en premios monetarios en el tour de la WTA, relativamente poco en comparación con los 10 millones en patrocinios que supuestamente ganó todos los años por medio de patrocinadores como Adidas, Omega y Berlei.

Es casi extraño ahora leer entrevistas en las que Bolletieri habla sobre quien fuera su protegida de 10 años de edad en aquel momento: “El desafío no va a ser cómo convertirla en campeona, sino cómo mantenerla bajo control hasta que llegue el momento correcto”, le dijo al New York Times en 1992.

Veinticinco años después, quizá el gigante de la “Marca Kournikova” dejó huella en Bollettieri —y al mundo del tenis— en formas que aún se pueden sentir.

¿Cuál es su consejo para las estrellas en ascenso de hoy?

“Tener a un equipo de personas que entienden ese éxito no viene de la noche a la mañana… toma tiempo”.

“Baja el ritmo, cariño, baja el ritmo”.