Efectivos de la división Montada de la Policía Nacional de Francia patrullan la zona de la Torre Eiffel.

Nota del editor: Juliette Kayyem, analista de seguridad nacional de CNN, es profesora en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard, antigua subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y fundadora de Kayyem Solutions, una firma de consultoría de seguridad. Ella también es la presentadora del podcast Security Mom. Las opiniones expresadas en este artículo son suyas.

(CNN) –  Los ataques terroristas del viernes en París son tanto significativos como devastadores.

Estos no solo cambiarán la trayectoria de los esfuerzos por combatir la amenaza sino también la manera en que las naciones protegen y defienden a sus ciudadanos.

Es demasiado pronto para pronunciamientos universales de un camino a seguir, sobre todo porque es probable que los cómplices estén congregados y vayamos a saber cómo pudo haberse iniciado tal esfuerzo tan bien planificado y coordinado sin que haya sido detectado.

Pero, lamentablemente, la gama de cuestiones que plantean son familiares. Aquí tenemos cinco:

1. ISIS ya se está atribuyendo estos ataques. Su afirmación significa algo, pero no es concluyente. Los ataques en Francia estaban bien planificados y altamente coordinados, lo que requiere de entrenamiento militar y concuerda con las habilidades vistas en miembros de ISIS en Siria y en otros lugares. Pero la naturaleza de estos ataques también es inquietantemente similar al anterior modus operandi de Al Qaeda, en particular durante el 9/11 y los atentados de Londres del 7 de julio de 2005.

Con el tiempo, sabremos si existe alguna conexión, pero lo que está claro es que cualquier noción de que la amenaza terrorista se ha reducido a un mero elemento de lobos solitarios –hombres al azar que aparecen aquí y allá, pero cuyo impacto y violencia es mínima– ahora queda descartada.

2. Las redes sociales pueden ser utilizadas como una herramienta para el bien y para el mal: a lo largo de los últimos años, los funcionarios de contraterrorismo han advertido sobre el uso de las redes sociales para radicalizar a los adeptos. Pero a través de los eventos en París, los ciudadanos utilizaron las redes sociales –Twitter, en particular– para ayudar a advertir a otros, describir acontecimientos a medida que se desarrollaban y guiar las acciones de los servicios de emergencia, ya fuera en una sala de conciertos o en un estadio.

Mediante el uso de la “sabiduría colectiva” en esta manera, podemos empezar a modernizar la capacidad de respuesta del gobierno que se basa en los esfuerzos de buena fe de los mismos ciudadanos que están tratando de ayudar. La promoción de Facebook de un estado “seguro” para que la gente pueda saber que sus seres queridos están siendo representados es una contribución igualmente importante, ya que disminuye el nivel de ansiedad de los familiares.

3. La mayor parte de las principales ciudades estadounidenses ya están respondiendo mediante una mayor seguridad en los aeropuertos principales y en los acontecimientos importantes. Eso es parte de un plan bien orquestado, por lo que no debe considerarse como prueba de que podríamos estar ante un ataque similar o solo como teatro de seguridad.

Cuando ocurren ataques serios, incluso en el extranjero, esto sirve como un disparador automático para un “incremento” de los recursos. Estas respuestas más visibles son solo parte de la respuesta de Estados Unidos; el servicio de información se comparte a través de los océanos y en todo el mundo, y Estados Unidos ha cumplido con las solicitudes de información procedentes de Francia.

Yo esperaría que vayamos a ver esta presencia continua visible de seguridad durante los días festivos mientras la temporada de viajes se remonta.

4. Esto no ha terminado: la magnitud y la complejidad de este ataque es preocupante y no simplemente por el número de terroristas que formaba parte de este plan. El número de personas que sabían o deberían haber sabido de la planificación, organización, compras y viajes de los terroristas, bien puede ser el doble o el triple del tamaño del grupo que perpetró los ataques. La carrera para encontrar a los cómplices será intensa.

El mundo se vuelve azul, blanco y rojo

La Puerta de Brandeburgo, iluminada con los colores de Francia, en memoria de los muertos en París.

5. Finalmente, mientras París llora, también estará planificando. Estos ataques tomarán dos caminos muy diferentes en el espacio político. Primero, Francia –que enfrenta elementos fuertes de derecha– comenzará, junto con sus aliados europeos, nuevas evaluaciones de las normas de inmigración y refugiados, las cuales han sido tan controvertidas durante la guerra de Siria. Por otra parte, Francia también se enfocará en garantizar que los crímenes de odio contra los ciudadanos franceses por parte de quienes canalizan su rabia y se enfocan en una población determinada, no se incrementen. Es un equilibrio delicado, y uno que no se lleva a cabo con facilidad.

A medida que se desentierren los hechos y detalles, la trama continuará expandiéndose. Es esencial que se diferencien hechos y rumores, realidades y percepciones; las consecuencias son demasiado grandes y la probabilidad de que esto suceda nuevamente es realmente inevitable.