(CNN) – Cuatro semanas después de que supuestos pandilleros atrajeran a Tyshawn Lee de 9 años de edad a un callejón y lo mataran —un asesinato que algunas personas en Chicago, una ciudad llena de violencia, calificaron de ser un nuevo punto bajo— el superintendente de la policía anunció el arresto de un hombre el viernes y prometió “acabar con” el grupo “criminal” al que pertenecía.
“Esa pandilla acaba de firmar su sentencia de muerte”, dijo el superintendente Garry McCarthy. “Vamos a entrar y a destruir a esa pandilla y, por cierto, a la pandilla rival”.
McCarthy dijo que Corey Morgan, un joven de 27 años “que era un miembro comprobado de la pandilla y un delincuente condenado” se encuentra detenido por cargos de asesinato en primer grado. Pero la policía no pensaba que Morgan hubiera estado solo, y dijo que actuó “en coordinación” con otras dos personas.
McCarthy no identificó a uno de ellos, quien se encuentra detenido por un cargo no relacionado; el otro, Kevin Edwards, se dio a la fuga.
“Se está trabajando en definir quién condujo el auto, quién estaba en la escena, quién tiró del gatillo”, dijo el superintendente. “Pero efectivamente sabemos que fueron individuos involucrados en esto”.
Corey Morgan ha sido acusado de asesinato en primer grado.
La tarde del 2 de noviembre, dicen los funcionarios, varios hombres se acercaron al joven Tyshawn mientras jugaba básquetbol con sus amigos en un área de juegos de Chicago. Lo condujeron a un callejón y, con una única arma, le dispararon.
La muerte fue “dirigida y calculada”, dijo McCarthy. Él vinculó con el padre de Tyshawn, quien el superintendente dijo que no ha ayudado a la policía “en absoluto” en el caso, y en al menos otros dos tiroteos fatales ocurridos en el transcurso de los últimos meses.
“Este es un crimen que sacudió a nuestra ciudad”, dijo el superintendente. “Este fue un acto de barbarie, el asesinato de un niño de 9 años en un caso de represalias entre pandillas para vengarse de su padre”.
“Tyshawn Lee fracasó en muchos, muchos niveles”.
Violencia de armas, tensiones raciales en Chicago
Tristemente, las muertes por tiroteos en las calles de Chicago no son nada nuevo.
En 2012, la ciudad obtuvo la dudosa distinción de ser la capital de los asesinatos de Estados Unidos luego de registrar 503 homicidios, más que cualquier otra ciudad. Esas cifras han bajado un poco, aunque algunas de las estadísticas del FBI de 2014 muestran 411 asesinatos, una cifra que sigue superando a algunas ciudades (como Nueva York con 333 y Los Ángeles con 260) con poblaciones más altas.
Algunas áreas de la ciudad son peores que otras. Entre ellas está Auburn-Gresham, un barrio en el lado sur donde las pandillas se pelean por territorio y por su derecho a vender drogas. Fue ahí donde asesinaron a Tyshawn, calle abajo desde la casa de su abuela, dijo el reverendo Michael Pfleger en el funeral del niño.
Los investigadores no saben si alguno de los hombres involucrados en esta muerte conocía personalmente al niño de 9 años. Pero sí creen que lo eligieron, no por algo que él haya hecho, sino por su padre.
“Verdaderamente es un acto de barbarie”, dijo el jefe de detectives de la policía de Chicago, Dean Andrews, el viernes. “Se trata de un niño de 9 años a quien fijaron como objetivo y ejecutaron”.
Superintendente: ciudadanos se presentaron a pesar del temor al ‘monstruo’
Incluso considerando la historia reciente de la ciudad, el asesinato de Tyshawn fue considerado como algo salvaje y peligroso.
“Un bebé fue ejecutado”, dijo Pfleger, un sacerdote católico y líder religioso local. “Un bebé fue asesinado justo detrás de nosotros en el callejón”.
Deronce Curd, quien ha sido un residente del área desde hace mucho tiempo, tuvo problemas para aceptar la idea de que las pandillas estaban persiguiendo a niños.
“¿Cómo puede defenderse un niño pequeño de 9 años de edad?”, preguntó Curd. “No tengo palabras para describir lo que está pasando ahora mismo”.
Las autoridades dicen que una preocupación era el “código del silencio”: la falta de disposición de los ciudadanos de confiar y hablar con la policía. Eso está vinculado en parte a las tensiones entre las fuerzas de seguridad y los afroamericanos en Chicago, una situación que se hizo evidente esta semana con las protestas en relación a un video que muestra a un oficial blanco que mató a tiros al adolescente negro Laquan McDonald en 2014.
Sin embargo, ese no fue el caso en torno al asesinato de Tyshawn, ya que McCarthy elogió a quienes se presentaron para ayudar con el caso.
“Este evidentemente no fue un caso de no informar, pero había mucho temor, lo cual es totalmente comprensible”, dijo el superintendente. “Si tienes a un monstruo que está dispuesto a asesinar a un niño de 9 años, ¿qué es capaz de hacer esa persona si saben que alguien está cooperando con el caso?”
La policía promete acabar con las pandillas rivales
Aunque la policía confía en que saben quién estuvo involucrado en la muerte de Tyshawn, aún tienen trabajo por hacer.
McCarthy expresó sentirse seguro en el hecho de que el hombre no identificado que se encuentra detenido no será puesto en libertad en un futuro cercano, y que las autoridades encontrarán a Edwards, a quien han estado buscando durante semanas.
“Él le ha dado la espalda a su familia y básicamente ha cortado las relaciones con todos en la comunidad”, dijo el superintendente respecto a Edwards, quien afirmó es un “criminal”, al igual que los otros dos sospechosos. “Definitivamente vamos a atraparlo; solo es cuestión de tiempo”.
Perseguir a la pandilla en la que los tres hombres estaban involucrados, al igual que a la pandilla con la que han estado compitiendo, es otra prioridad de la policía de Chicago.
“Vamos asignar recursos”, dijo McCarthy, “para asegurarnos de que ninguna de las pandillas pueda operar de nuevo”.
Tina Burnside y Dana Ford contribuyeron con este reporte.