(CNN) – El presidente Barack Obama dijo que el ataque en San Bernardino es parte de una “nueva fase” del terrorismo que su gobierno pretende abordar y derrotar, pero se negó a emprender “una larga y costosa guerra” para lograrlo.
“Este fue un acto de terrorismo diseñado para matar a personas inocentes”, dijo Obama en un discurso a la nación desde la Oficina Oval de la Casa Blanca.
“Hasta ahora no hemos encontrado que los asesinos fueran dirigidos por una organización terrorista en el exterior”, pero dijo que “la amenaza de terrorismo ha evolucionado hacia una nueva fase”.
“Destruiremos a ISIL y a cualquier otra organización que intente hacernos daño”, aseguró el presidente.
Obama aseguró que fuerzas de EE.UU. seguirán buscando y desmantelando complots terroristas “en cualquier país donde sea necesario”.
“Continuaremos dando entrenamiento y equipo a decenas de miles de fuerzas sirias e iraquíes” que luchan contra ISIS. “En ambos países, estamos desplegando fuerzas especiales que pueden acelerar esa ofensiva”, dijo Obama. “Trabajaremos con nuestros aliados y amigos para detener las operaciones de ISIS, cortar su forma de financiamiento y evitar que recluten a más combatientes”
Obama también dijo que luego de los ataques en París, ahora comparten más información con aliados europeos y pidió mayor acción dentro de Estados Unidos. “El Congreso debe de actuar para que cualquiera que se encuentre en la lista de personas a las que no se les permite volar, no tenga acceso a armas”, agregó.
Esta inusual alocución refleja la creciente ansiedad de que la amenaza de ISIS haya llegado a tierras estadounidenses después de un tiroteo masivo en San Bernardino, California, que terminó con la muerte de 14 personas y dejó a 21 más heridas. Las autoridades están investigando este incidente como un “acto de terrorismo”.
La aparición de Obama llegó en un momento de inquietud pública sobre el terrorismo y sobre el manejo político que se le da a una posible amenaza. Además hay una campaña presidencial en curso.
El mandatario ha luchado por convencer a sus críticos que tiene una estrategia viable para destruir a ISIS en el Medio Oriente y ha sido acusado de subestimar la amenaza del grupo por razones políticas.
La gravedad de la ocasión está marcada por la decisión de Obama de usar el poder simbólico de la Oficina Oval por tercera vez en su presidencia, después de las alocuciones del derrame en el Golfo de México y el fin de la Guerra de Iraq en 2010.
El mandatario está bajo estricta presión y se espera que de un discurso contundente tras una serie de comentarios sobre ISIS que lo dejaron vulnerable a las críticas de sus oponentes que dicen que Obama no se había tomado en serio el avance del grupo terrorista.
Ya una vez el manejo de una crisis de terrorismo fue una ventaja para Obama y le ayudó a ganar la reelección: cuando abatieron a Osama bin Laden. Pero ahora parece que puede ser un riesgo a su administración.
Según una encuesta del Washington Post y ABC News en noviembre pasado, después de los ataques en París –antes del tiroteo en California– sólo el 40% de los estadounidenses aprobaban el manejo que Obama le da al terrorismo, y sólo el 35% apoyan sus acciones contra ISIS.