Una patrulla militar israelí resguarda su frontera, en la zona de la península del Sinaí.

Golfo de Aqaba (CNN) - “Nuestras amenazas son inmediatas. Son más o menos 45 segundos para que una amenaza comience y termine. No hay tiempo para cometer errores, no hay tiempo para hacer preguntas y malinterpretar las cosas”, dice el capitán Matan.

“Desde el momento en el que ves una amenaza en el mar, tienes más o menos un minuto para hacerle frente y acabar con ella, y eso es todo”.

Matan, quien no dio su nombre completo, está a cargo de un barco patrullero de la Marina israelí, y su tarea es resguardar una de las fronteras que más le preocupan a su país: las aguas donde la península del Sinaí de Egipto se encuentra con Israel.

Dos mundos distintos se encuentran en el Sinaí.

La parte sur de la península es famosa por sus centros turísticos. Sharm el-Sheikh y Dahab cuentan con opciones de primera categoría para practicar el buceo de superficie y con hoteles de lujo a lo largo del mar Rojo y del golfo de Aqaba.

El norte del Sinaí es el polo opuesto: un semillero para militantes vinculados con ISIS que libran una guerra como de guerrillas contra un ejército egipcio que, hasta ahora, no ha podido contener la insurgencia.

Patrullas constantes

Al tratarse de un cruce de caminos entre Asia y África, el Sinaí comparte una frontera de 201 kilómetros con Israel.

Día y noche, patrullas de seguridad israelíes manejan a lo largo de la carretera militar en la frontera del Sinaí. El muro tiene 4,5 metros de altura en algunos lugares, y puestos de espionaje salpican la frontera.

La primera impresión es la de un silencio profundo y penetrante. La frontera del Sinaí no es conocida por sus disturbios y el inmenso vacío de los desiertos del Sinaí y el Negev es abrumador.

Sin embargo, los contrabandistas han tomado ventaja de esta quietud, al tratar de trasladar drogas y personas a través de la frontera, según las Fuerzas de Defensa de Israel.

Hasta hace poco, la mayor preocupación de Israel que emanaba del Sinaí era un creciente flujo de migrantes africanos que se dirigían al norte, principalmente provenientes de Eritrea y Sudán.

Estos migrantes buscaban asilo. El número de migrantes alcanzó un punto máximo en 2011, cuando 17.300 migrantes entraron al país, según el Ministerio del Interior.

En respuesta, Israel construyó un muro que abarcaba la longitud de la frontera entre la península y el desierto del Negev al sur de Israel.

La valla fronteriza prácticamente le puso fin al flujo de migrantes. Solo 44 cruzaron a Israel en 2014. Sin embargo, en lugar de los migrantes enfrentaron dos amenazas distintas: el contrabando y el terrorismo.

Violencia en aumento

Mientras Egipto destruía los túneles de contrabando entre Gaza y el Sinaí, el mercado del contrabando se trasladó más al sur, tratando de cruzar la frontera a través de Israel.

“Ellos obviamente están tratando de evolucionar”, dice el teniente Amit Colton de las Fuerzas de Defensa de Israel sobre los contrabandistas. “Por lo tanto, se está convirtiendo en un contrabando de drogas más violento. Es una frontera más violenta”.

“El dinero sigue estando ahí, así que están tratando de encontrar formas para resolver estas barreras físicas”, dice Daniel Nisman, un analista de seguridad con Levantine Group.

Si el contrabando es la amenaza más inmediata, el terrorismo es la preocupación más seria.

Los beduinos en el Sinaí describen a ISIS en el Sinaí como un “cóctel” de algunos beduinos, egipcios del valle del Nilo, palestinos de Gaza y otros combatientes. Los distintos grupos que trabajan juntos han ganado un punto de apoyo en el norte del Sinaí, y Egipto no ha podido desplazarlos.

Los militantes en el Sinaí no han llevado a cabo ningún ataque significativo transfronterizo, pero a principios de julio, ellos lanzaron dos cohetes Grad de corto alcance al sur de Israel. Los cohetes aterrizaron en campos abiertos, y no hubo informes de daños o lesiones. La frontera ha permanecido relativamente tranquila, pero Israel está al tanto de la continua presencia de ISIS en el Sinaí.

“Es una calma estruendosa. Siempre está ocurriendo algo”, dice el teniente Colton, quien está emplazado a lo largo de la frontera. Desafortunadamente, no podemos verlo todo. Ese es un gran problema, así que tenemos que estar listos para enfrentar cualquier cosa. Existe una amenaza terrorista en el Sinaí”.

En el agua, el capitán Matan hace eco de sus preocupaciones: “Hoy en día, ISIS es nuestra mayor amenaza, así que estamos haciendo ejercicios así una vez a la semana, a veces dos, a veces en el día, a veces en la noche, a fin de preparar a los soldados para todo lo que pueda venir”.