Sin importar cuán severos sean los críticos de Donald Trump, esto nunca parece perjudicar las cifras del favorito en las encuestas.
Hernández: Querámoslo o no, Trump es el gran 'showman'
06:41 - Fuente: CNN

(CNN)– Llámalo el escenario de pesadilla de la clase dirigente republicana.

La clase dirigente del Partido Republicano, la cual se enfrenta a un reacio electorado que se niega a dejar a Donald Trump, se ve obligada a reconsiderar a Ted Cruz, un hombre con una fortaleza clave en los estados que celebran elecciones primarias iniciales y con algunos amigos en Washington.

De pronto, la mejor esperanza del Partido Republicano podría ser un hombre totalmente a favor de transformarlo: un senador que abiertamente discute con sus colegas del Partido Republicano y que ha llevado a cabo su campaña al pintar a sus líderes como débiles y poco convincentes.

Listos para el debate presidencial republicano que se llevará a cabo el martes en CNN, Cruz y Trump han convertido a Iowa en una contienda de dos hombres, en la que el líder tejano encabeza dos nuevas encuestas. Cruz alcanzó hasta un 31%, comparado con Trump con un 21% entre los republicanos que posiblemente participarán en el caucus, según la encuesta de Bloomberg Politics-Des Moines Register publicada el sábado. En una encuesta llevada a cabo por Fox News el domingo, Cruz supera a Trump, con un 28% frente a un 26%.

Un pequeño y creciente número de republicanos que se aliaron con la clase dirigente —la fuerza que desde hace mucho tiempo se creía que se consolidaría rápidamente contra el auge de Cruz— está llegando a un acuerdo con la idea de que él podría ser aceptable en un ciclo electoral donde Trump ha ido más allá de los límites de lo que ellos consideraban aceptable.

“Oh Dios, sí”, dijo Ed Rogers, un miembro importante de un grupo de presión republicano, cuando se le preguntó si él preferiría a Cruz. “Comparado con Trump, él está bien”.

La clase dirigente del Partido Republicano enfrento varias dificultades cuando Trump alcanzó la cima en las encuestas nacionales impulsado por su movimiento populista, donde ha permanecido obstinadamente durante cinco meses. Sin embargo, el aumento constante de Cruz significa que incluso si Trump queda fuera por una campaña negativa bien financiada, aún tendrían que hacerle frente a un Cruz más fortalecido, quien está más pulido políticamente que el más improvisado Trump.

“Si hablas con mis compañeros alrededor de la ciudad, de manera colectiva la apreciación es que el tipo es realmente inteligente”, explicó un republicano de alto nivel de Washington que respalda a otro candidato. “Él podría ser una alternativa más aceptable que Trump, si se trata de eso”.

No han dejado pasar por alto la ironía. El republicano dijo: “Es una vida interesante… y todo es relativo”.

La mayoría de la clase dirigente republicana ha sido atraída a la media docena de candidatos que vienen de esa ala del partido, sobre todo el senador por Florida, Marco Rubio, quien se ha mantenido entre un 12% y 17% en la mayoría de las encuestas, y el exgobernador de Florida, Jeb Bush, quien ha bajado a nivel nacional a un 3%. Sin embargo, frente al creciente aumento de Cruz en las encuestas y la extraordinaria permanencia política de Trump, algunos se preguntan si Cruz podría ser quien se perfila como el candidato de compromiso.

“En el instante en que empiece a verse como un ganador en Washington”, dijo Rogers, “tendrá un montón de nuevos amigos”.

Es un dilema que se evita en el Capitolio… tal vez con optimismo.

Cuando se le preguntó si elegiría a Trump o Cruz, el senador nominado del 2008, John McCain, solamente dijo que son “personas inteligentes”. La partidaria de Bush, la senadora Susan Collins, hace poco solo dijo “obviamente no son mi elección”.

Además, no existe garantía de que alguno de ellos pueda derrotar a Hillary Clinton.

“Él no es tan extravagante como Trump, pero no sé si es más elegible que Trump”, dijo Charlie Black, quien ha sido asesor senior de campañas presidenciales republicanas durante más de dos décadas.

Brian Walsh, un asesor de campaña del Senado desde hace mucho tiempo, dijo que el mayor atractivo del tejano se debe a un Trump fuera de control… no tanto por un Cruz en control.

“Trump ha ido tan lejos que de cierto modo ha enmascarado cuán problemático también sería Cruz como el candidato nominado”, dijo.

A pesar de sus antecedentes como abogado educado en la Ivy League y el tiempo que se desempeñó en la administración de Bush, Cruz ganó notoriedad como uno de los favoritos del Tea Party cuando se convirtió en el rostro nacional del cierre del gobierno en el 2013. Desde ese entonces, Cruz ha pasado dos años trabajando para salvar su relación con algunos potenciales inversionistas de su campaña, pero ha deleitado con una imagen del chico malo de Washington, el único senador dispuesto a hacer en el Congreso lo que prometió en su campaña en su tierra natal.

Es algo que le ha creado enemigos en Washington, donde no ha convencido a un solo colega del Senado para que apoye su campaña. Cruz ayudó a presionar a los republicanos para que llevaran a cabo el cierre de gobierno en un pleito de alto nivel relacionado con el Obamacare, una estrategia que no tuvo resultados, pero no causó una debacle electoral prevista.

A lo largo del camino, él no ha mostrado disposición para moderar sus posiciones, ya que se jacta de su pureza conservadora y de su reputación demagógica en el Capitolio.

Sin embargo, incluso en comparación con la retórica desgastada de Cruz, la campaña de Trump ha sido más incendiaria y preocupante para los miembros del concejo del partido decididos a vencer a la probable candidata demócrata, Hillary Clinton. El magnate ha dicho cosas duras contra los hispanos, los prisioneros de guerra, las mujeres en los medios de comunicación, los discapacitados, y más recientemente, los musulmanes, a quienes cree que se les debería impedir temporalmente la entrada a Estados Unidos.

Más preocupante aún para los líderes del Partido Republicano, Trump con frecuencia ha sacado a colación que podría abandonar el Partido Republicano por completo para montar una candidatura independiente, lo que aumentaría significativamente las posibilidades de Clinton de ganar la Casa Blanca.

El dúo parece estarse dirigiendo hacia un enfrentamiento que Cruz, al menos, trató de retrasar durante mucho tiempo. El viernes por la noche, unas 24 horas después del audio que se filtró en el que Cruz cuestionaba la opinión de Trump en una recaudación de fondos privados, el magnate de bienes raíces lanzó sus primeros ataques contra Cruz.

Cruz había intentado evitar eso al afirmar que los principales republicanos estaban tratando de sembrar discordia.

“La única esperanza de la clase dirigente: Trump y yo en un encuentro dentro de una jaula”, tuiteó el viernes por la mañana. “Siento decepcionarlos… @realdonaldtrump es fenomenal. #Háganle frente”.

Cruz ha hecho muy poco para atraer a los republicanos que utilizó como su coco: él ha recaudado la mayor parte de su dinero lejos del corredor de Nueva York a Washington, corrió hacia el flanco derecho del partido en cada tema del día, e hizo campaña abiertamente sobre los temas polémicos sociales que, según un republicano bien posicionado dijo, alejaría de manera permanente a algunos contribuyentes.

Cruz, en teoría, no debería ser tan repelente para la clase política del Partido Republicano como lo es. Apoyado por la red de George W. Bush en Texas, él se desempeñó como procurador general antes de ganar una sorpresiva contienda en las primarias republicanas del 2012 para ocupar un escaño en el Senado estadounidense.

Para Stuart Stevens, el principal estratega de la campaña de Mitt Romney del 2012, ese curriculum vitae en teoría debería hacerlo atractivo para la élite del partido.

“En el centro de la candidatura de Cruz hay algo muy engañoso”, dijo Stevens al referirse al insurgente auto-estilizado. “Puede usar todas las camisas a cuadros y disparar todas las armas automáticas que desees, pero eres una persona con información privilegiada”.

Algunas de sus posiciones, como en relación a la seguridad nacional, de hecho encaja bastante con la idea central del partido. Como Cruz se expresó la semana pasada en “Morning Joe” de MSNBC, “podrías haber jurado que trabajaba para George Herbert Walker Bush en su política exterior”, dijo un republicano.

Sin embargo, un líder republicano en contacto frecuente con los donantes de alto nivel, dijo que a pesar de que los contribuyentes podrían despreciar a Cruz, que están aprendiendo a vivir con él. “Si eso es lo que tenemos que hacer para vencer a Trump”, dijo el republicano, “entonces lo debes aceptar”.