Una mujer con un bebé en brazos sale de un consultorio en un hospital de Nairobi. Kenya ha sido afectada por brotes de cólera en los últimos meses.

(CNN) - Un brote de cólera ha alcanzado al campo de refugiados más grande del mundo y los médicos están preocupados porque podría extenderse aún más.

Siete personas han muerto en Dadaab, en el norte de Kenya, cerca de la frontera con Somalia, tras la declaración del brote en noviembre, dijo la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) en un comunicado.

En las últimas tres semanas, más de 300 pacientes han sido admitidos en los centros de tratamiento y el 30% de los pacientes eran niños menores de 12 años, según MSF.

“Todavía estamos tratando de controlar su propagación”, dijo a CNN el vocero de la oficina para los refugiados de Naciones Unidas en Kenya, Duke Mwancha.

La falta de saneamiento adecuado y de educación entre la población afectada son algunos de los principales retos para detener infecciones, dijo Mwancha.

No hay suficientes fosas sépticas en el campo para el número de refugiados que viven ahí. La gente a menudo permite que sus hijos jueguen en el barro o en las aguas residuales que inundan el campamento.

Cobertura sanitaria deficiente

Se han establecido centros de tratamiento médico en el campo de refugiados, pero se necesitan más recursos y financiación, dijo Mwancha.

“La situación actual nos permite tener una cobertura de letrinas para solo el 50% de la población del refugio”, agregó el funcionario de ACNUR.

La infección se disemina a través de agua o alimentos contaminados y se acelera por la falta de higiene y saneamiento inadecuado.

“El hecho de que este brote se haya producido destaca aún más la higiene extrema necesaria y las condiciones de vida en el campo y la falta de inversión adecuada a largo plazo en los servicios de saneamiento”, dijo Charles Gaudry, jefe de la misión de MSF en Kenya.

Con la temporada de lluvias, las condiciones de vida empeorarán a pesar de que médicos y voluntarios enfrenten la epidemia, que podría seguir extendiéndose.

“Las lluvias están exacerbando una situación de higiene ya precaria”, dijo Gaudry.

“Si bien ahora se están implementando medidas inmediatas para enfrentar el brote de cólera, es crucial también que se hagan inversiones adecuadas a largo plazo, para mejorar las condiciones de vida de los refugiados y prevenir futuras epidemias”, advirtió.

Dadaab es el hogar de más de 330.000 refugiados, la mayoría de ellos huyen de la violencia y la inseguridad en la vecina Somalia, según los últimos datos del ACNUR.