(CNN) – Su modus operandi es uno probado y aterrador: lanzar un ataque, separar a los cristianos y luego rociarlos con balas.
Sin embargo, cuando los militantes de Al-Shabaab le tendieron una emboscada a un autobús el lunes, las cosas no salieron según lo planificado.
Un grupo de musulmanes kenianos protegieron a los pasajeros cristianos y les dijeron a los agresores que estaban preparados para morir junto a ellos.
Los pasajeros musulmanes, quienes en su mayoría eran mujeres, les dijeron a los militantes islámicos que los “mataran juntos o que los dejaran solos”, le dijo un testigo a NTV, afiliada de CNN.
Al menos dos personas murieron en el ataque al autobús, dijo NTV. Se desconoce si eran musulmanes o cristianos.
La escolta policial se averió
El autobús se dirigía a la capital, Nairobi, desde la ciudad de Mandera, cerca de la frontera con Somalia y Etiopía.
El viaje es un riesgo de seguridad tal que la mayoría de autobuses viajan con una escolta policial.
En este caso, sin embargo, la autopatrulla se averió y el autobús continuó su viaje, dijo Joseph Nkaissery, secretario del gabinete del Ministerio de Interior de Kenia.
Unas horas más tarde, los militantes atacaron.
Actos brutales
Al-Shabaab, un grupo somalí declarado por Estados Unidos como una organización terrorista extranjera, quiere convertir a Somalia en un estado islámico fundamentalista. Ha lanzado una serie de ataques en Kenia, desde que las fuerzas kenianas entraron en Somalia para combatir a los extremistas en el 2011.
Su meta: sembrar división en las regiones fronterizas de Kenia y Somalia, donde muchas de las personas son étnicamente somalíes, dicen los analistas.
Entre los actos más brutales de Al-Shabaab estuvo el ataque a la Universidad de Garissa en abril, el cual dejó casi 150 muertos. Los testigos describieron cómo los pistoleros les pedían a los estudiantes que recitaran versículos del Corán. Si no podían hacerlo, eran asesinados.
El grupo ataca con frecuencia autobuses, sobre todo en esta época del año… una de las temporadas de viaje más ajetreadas de la nación. Una multitud se abre paso para ir a las casas de familiares para las fiestas, por lo que los autobuses y otros medios de transporte público van abarrotados.
En uno de esos ataques el año pasado, atacaron un autobús y mataron a tiros a 28 personas que no pudieron recitar versos del Corán.
‘Nosotros no estamos separados por religión’
En el ataque del lunes, los pistoleros les ordenaron a los pasajeros musulmanes que salieran del autobús y que se separaran de los cristianos.
Los pasajeros musulmanes se negaron.
“Incluso les dimos a algunos no musulmanes nuestros atuendos religiosos para que los vistieran en el autobús y no fueran identificados fácilmente. Permanecimos fuertemente unidos”, según Abdi Mohamud Abdi, un pasajero musulmán, le dijo a Reuters.
Un pasajero fue asesinado a tiros mientras trataba de huir, dijo Nkaissery, el secretario del gobierno del Ministerio de Interior. No dio más detalles sobre la segunda muerte.
Los pistoleros se marcharon, pero advirtieron que regresarían.
Nkaissery, el secretario del gabinete del Ministerio de Interior, les dijo a los reporteros que las fuerzas de seguridad estaban en una “persecución implacable de los criminales”.
Luego elogió las acciones de los pasajeros musulmanes.
“Todos somos kenianos, no estamos separados por religión”, dijo. “Somos un pueblo como nación. Este es un mensaje muy bueno de mis hermanos y hermanas de la comunidad musulmana”.