Nota del editor: Julian Zelizer es profesor de historia y asuntos públicos de la Universidad de Princeton y miembro de New America. Él es el autor de ‘Jimmy Carter’ y ‘The Fierce Urgency of Now: Lyndon Johnson, Congress, and the Battle for the Great Society’ (La feroz urgencia del ahora: Lyndon Johnson, el Congreso, y la batalla por la Gran Sociedad). Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.
(CNN)– Dentro de un año, un presidente recién electo estará dotando el personal para su administración y se estará preparando para asumir el poder. Los estadounidenses habrán tenido un año para ver si nuestros problemas de política nacional y extranjera han empeorado… o disminuido. Y la gente tendrá una idea si la larga y lenta recuperación de la Gran Recesión continuará o se quedara sin impulso.
¿Qué le dará forma a ese momento de diciembre del 2016? Estas son algunas de las grandes preguntas que necesitan ser contestadas:
1) ¿Los republicanos elegirán el camino del extremismo?
Donald Trump ha ido más allá de los límites de lo que es respetable y legítimo para decir en el discurso público. Ha atacado a todo tipo de grupos: inmigrantes, mujeres, musulmanes y más. Algunas de sus propuestas políticas, desde su promesa de construir un enorme muro alrededor de Estados Unidos hasta su llamado a prohibirle la entrada a todos los musulmanes al país, han conmocionado a una gran parte del electorado.
Algunos han argumentado que esto es fascismo estadounidense puro y simple. El problema para los opositores de Trump es que cada vez que hace este tipo de declaraciones sus índices en las encuestas suben. Aunque algunos republicanos han condenado sus declaraciones más draconianas, otros republicanos le han hecho eco a sus puntos de vista con versiones más suaves de lo que dice.
Pocas personas creían que Trump aún estaría firme en este punto de la contienda. Pero lo está. Lo que suceda cuando dé inicio la temporada del caucus y primarias será importante para el carácter del partido. Como muchos veteranos republicanos lo entienden, el estilo de política de Trump está creando la percepción de un partido que se ha desplazado bastante a la derecha.
La dinámica de la demagogia requiere que alguien en realidad le haga frente a la persona en el centro. Esto es lo que ocurrió en 1954 cuando el abogado del Ejército de Estados Unidos, Joseph Welch, finalmente enfrentó al senador Joseph McCarthy durante las audiencias televisadas y dijo: “¿No tiene sentido de la decencia, señor?”
En este momento se desconoce quién lo hará, a pesar de que ha habido más reacciones violentas hacia sus recientes declaraciones que lo que él esperaba. Tampoco es el único extremista del paquete. El senador Ted Cruz, de Texas, también con mucha inclinación hacia la derecha y un profesional líder del obstruccionismo político, también ha ido ganando fuerza.
Los números de la víspera de Año Nuevo llegan al Times Square el 15 de diciembre en la ciudad de Nueva York.
Cuando el republicano Barry Goldwater contendió en contra de Lyndon Johnson en 1964, insistió en que su partido tenía que desplazarse más hacia la derecha. “El extremismo en nombre de la libertad no es un vicio”.
Algunos comentaristas se preguntaron si una reacción de los blancos ante la Ley de Derechos Civiles de 1964 podría llevar a los votantes a las manos de los republicanos. Sin embargo, Johnson respondió que sucedería lo contrario. Habría un “frontlash”, con lo cual él se refería a que los votantes independientes y moderados decidirían alejarse de los republicanos para inclinarse por los demócratas debido a que Goldwater era un candidato tan extremo. Él tenía razón. En las elecciones, Johnson y los demócratas del Congreso ganaron con una victoria arrolladora, recogiendo muchos votos en las zonas tradicionalmente republicanas.
A medida que iniciamos el año nuevo, se desconoce si esto sucederá de nuevo o si la curva cerrada hacia la derecha será permanente. El resultado será importante, no solo en cuanto a definir al Partido Republicano, sino también en cuanto a determinar las normas de nuestro discurso político.
2) ¿Podrá Hillary Clinton lograr el ‘tercer período’ de los demócratas?
Si los republicanos no nominan a un candidato demasiado alejado de los extremos, la campaña de Clinton es consciente que la alternativa podría ser alguien que tenga el potencial para una apelación más fuerte, tal como Marco Rubio. Si los republicanos eligieran a una persona capaz de apelar a una amplia coalición y quien evitaría alienar a grandes porciones del electorado, a ella le podría esperar una dura campaña.
Históricamente, ha sido difícil para el partido del presidente ganar después de una estancia de ocho años en la Casa Blanca. George H.W. Bush fue una de las excepciones. A menudo, en este punto una parte significativa de la población está cansada y hay espacio electoral para una nueva dirección.
Clinton tiene una serie de factores a su favor: ella tiene un equipo de campaña calificado, una campaña histórica para elegir a la primera mujer presidente, las encuestas muestran que el público confía en ella en cuanto a muchas cuestiones clave como la lucha contra el terrorismo, el partido de la oposición está dividido y la economía estadounidense se está desempeñando bien.
3) ¿Se seguirá recuperando la economía?
Lo mejor que los demócratas podrían estar experimentando es que la economía se ha estado desplazando hacia una buena dirección en los últimos años. El desempleo está un poco arriba del 5% y la economía creció más rápido de lo que esperaban los expertos. Si Clinton puede presumir que los estadounidenses que votaron por Obama cuando la economía estaba en una situación desesperada están viendo un progreso considerable, ella estará en una buena posición para derrotar a su oponente.
Sin embargo, si la economía comienza a languidecer, como algunos expertos temen que podría suceder, los votantes podrían inquietarse aún más y dudarían sobre la elección de otro demócrata a la Casa Blanca.
4) ¿Qué tanto puede lograr el poder ejecutivo?
El presidente Obama ha estado recurriendo al poder ejecutivo para tratar de hacer todo lo que sea posible que no tenga que pasar a través del Congreso. Frustrado por la obstrucción partidista en cuanto a asuntos como el cambio climático y la inmigración, en los últimos años ha trabajado duro para utilizar el poder efectivo de la presidencia para avanzar en estos objetivos. Por ejemplo, ha emitido algunas regulaciones enérgicas sobre el cambio climático que de inmediato han dado lugar a un recurso judicial.
Durante el próximo año, el presidente podrá ver lo mucho que se puede lograr sin el poder legislativo, tanto en política interior como exterior. El control de armas es un área en la que debemos esperar que Obama haga un esfuerzo para actuar sin el Congreso. Hay un precedente para hacerlo.
Hemos visto cómo los presidentes suelen hacer mucho más de lo esperado, por ejemplo, cuando el presidente Bill Clinton emitió una serie de órdenes ejecutivas sobre el medio ambiente, asesorado por John Podesta, en sus últimos años en el cargo. Una gran diferencia es que en el 2016 los republicanos estarán más dispuestos a desafiar legalmente cada medida que tome el presidente.
Siendo realistas, el presidente está fuera de cualquier otra opción, por lo que esta es una lucha que necesitará si espera mejorar su legado.
5) ¿Cuál es la política de Estados Unidos hacia ISIS?
Muchos estadounidenses se han preguntado qué hará exactamente la administración para asegurarse de que ISIS no refuerce su presencia en Siria e Iraq, al mismo tiempo que plantea interrogantes sobre qué intentan hacer Estados Unidos y sus aliados para luchar contra el terrorismo dirigido a “objetivos blandos” en Estados Unidos. Los tiroteos en San Bernardino, California, destacaron cuán vulnerable son muchos objetivos.
Después de que Obama anunciara que Estados Unidos seguirá operando de la misma manera contra ISIS, hay muchas interrogantes en ambos lados del partido en relación a cuál es la estrategia a largo plazo. Aunque el presidente no pueda revelar todo, se requerirá más de una respuesta coherente. La ausencia de una clara estrategia ha ayudado a crear espacio para los republicanos a fin de ganar más atención por sus propias alternativas.
Lo más importante será qué hacer con el presidente sirio, Bachar al Asad, y que parte de la estrategia será el centro de la atención a medida que inicia el nuevo año. El mensaje será importante no solo para calmar la ansiedad de los votantes estadounidenses, sino también para enviar garantías a los alterados aliados en relación a cómo planeamos combatir esta amenaza. La administración también tendrá que dar mejores indicaciones sobre qué tipos de acciones se tomarán para proteger los sitios y civiles en la nación.
Uno de los trabajos de un presidente en tiempos de crisis nacional es calmar al electorado con un sentido de propósito y un plan de respuesta. El presidente tiene que intensificar este desafío.
6) ¿Puede Paul Ryan evitar convertirse en John Boehner?
Gran parte de la política estadounidense depende de lo que suceda en el Capitolio. La Cámara de Representantes ha sido una fuente de estancamiento durante los últimos años. El Freedom Caucus tiene suficientes votos para causar caos y bloquear a los republicanos. Cuando John Boehner trató de domesticarlos en los últimos años sobre temas como el presupuesto y elevar el techo de la deuda, a menudo terminó recurriendo a los demócratas para lograr salir de apuros.
Hasta ahora, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha tenido más éxito. Más importante aún, los republicanos y la administración llegaron a un acuerdo de un presupuesto a largo plazo que hizo que la crisis inmediata de elevar el techo de deuda fuera algo de lo que ellos no tenían que preocuparse. Pero las tensiones sobre el presupuesto a corto plazo ya están estallando. Las tensiones se intensificarán. Con la presión de las elecciones, los miembros de los distritos rojos enfrentarán una mayor presión para mantenerse a la derecha.
Se desconoce si Ryan podrá seguir manteniendo el orden dentro de la conferencia republicana. La situación es volátil. Los primeros meses del nuevo año nos darán una mejor idea de lo fuerte que puede ser.
7) ¿Se implementarán las reformas policiales y de justicia penal?
Con tanta atención centrada en Donald Trump e ISIS, uno de los mayores problemas que surgieron en los últimos años ha recibido mucha menos atención en los últimos meses: la reforma policial y de justicia penal.
El movimiento “La vida de los negros importa” ha sido uno de los movimientos de base más dramáticos de los últimos tiempos. En respuesta a la serie de afroamericanos que murieron a manos de la policía, captados en cámara, los activistas movilizaron una campaña nacional y atrajeron una inmensa atención, pidiendo una plataforma de cambios clave para prevenir que este tipo de incidentes vuelvan a ocurrir.
Al principio de la campaña presidencial estas cuestiones eran el centro de atención. Los manifestantes estaban interrumpiendo candidatos, incluyendo a Bernie Sanders, para obligarlos a abordar estas cuestiones. Hubo apoyo bipartidista y coaliciones inusuales solicitaron una reforma legislativa sobre este tema.
Pero, hasta ahora, el progreso real ha sido limitado. Será fundamental que en los próximos meses no disminuya la presión. Por desgracia, es probable que ocurran más incidentes y los activistas deben estar preparados para seguir adelante con las reformas cuando surja la oportunidad.
Listas de necesidades como esta solo incluyen un puñado de los problemas e interrogantes que le darán forma a Estados Unidos en el 2016. Sin embargo, los problemas que enfrentamos son importantes y cada decisión tendrá enormes consecuencias.