(CNN) – Michelle Payne podría tener el trofeo de la Copa de Melbourne guardada con llave en el gabinete, pero la verdadera lucha para llegar al final apenas está comenzando.
Ella es la primera mujer jockey en ganar 4,2 millones de dólares en “la carrera que detiene a toda una nación” y ha surgido de la nada para convertirse en una súper estrella mundial que ahora lidera el galope de sus compañeras jinetes.
Payne habló de manera franca después de la victoria en la carrera de caballos más importante de Australia en noviembre, donde sorprendió al mundo por guiar al caballo que no figuraba entre los favoritos Prince of Penzance con 100-1 en las apuestas.
Tan pronto como pasó la línea de meta, atacó a los que habían dudado de ella por no ser un hombre, al decirles a los machistas que “la dejaran en paz”.
¿Y por qué no? Este año ha sido un año estelar para las jinetes femeninas, ya que Lizzie Kelly fue la última en triunfar, convirtiéndose en la primer mujer jinete en ganar una carrera de saltos Grado Uno en Gran Bretaña, luego de guiar al Tea for Two en casa en el Kauto Star Novices’ Chase en Kempton.
La victoria de Kelly siguió el triunfo de la vencedora del Irish Grand National, Katie Walsh, y del equipo solo de mujeres de Hayley Turner, Sammy-Jo Bell y Emma-Jayne Wilson que ganó la Copa Shergar en Ascot en agosto.
“Ser una mujer jockey es complicado”, dice Payne en la serie ‘Human to Hero’ de CNN.
“En algunos casos podría ser más fácil, porque obtienes más publicidad si lo haces bien, porque eres una mujer en un deporte dominado por los hombres, pero siempre es una batalla.
“Muchos propietarios simplemente creen que no somos lo suficientemente fuertes y prefieren que Damien Oliver llegue a la meta por encima de mí”.
“Pero mi argumento es que no todo se trata de fuerza, tiene que ver con el equilibrio, serenidad y lograr que el caballo corra tan rápido como sea posible”.
“Simplemente espero que podamos lograr hacerlo bien y demostrarle a la gente que está equivocada”.
Tragedia familiar
La impresionante victoria de Payne fue aclamada como un gran avance para las jinetes mujeres en un deporte dominado por los hombres.
No solo tuvo que ver la forma en que ganó, sino que la forma en que había luchado contra todas las probabilidades de volver a escribir la historia.
La transición de Payne de ser la más joven de 10 hermanos a ser una de las mujeres más exitosas del mundo de las carreras de caballos es evidente debido a la dificultad que tuvo que soportar en sus primeros años.
Ella tenía apenas seis meses de edad cuando ocurrió la primera tragedia, su madre Mary murió en un accidente de auto, dejándole a su padre Paddy la responsabilidad de criar a todos sus hijos.
Mary estaba llevando a sus hijos a la escuela cuando otro vehículo impactó contra su auto, ella murió al instante.
En el 2007, la tragedia golpeó de nuevo cuando su hermana mayor Brigid murió luego de sufrir un ataque cardíaco y aneurisma ocho meses después de caer de su caballo, ella tenía 36 años de edad.
La segunda muerte representó aún más dolor y dificultades, pero Payne dice que la naturaleza tan unida de su familia aseguró que permanecieran fuertes.
“Siento que somos bastante resistentes a causa de mi padre”, cuenta ella.
“Él realmente nos ayudó a volvernos fuertes y tuvimos que trabajar muy duro mientras crecíamos siendo niños pequeños”.
“Desde que tengo memoria, todos tenían un trabajo y tareas que hacer, y en ese entonces creíamos que nos trataban injustamente”.
“Sin embargo, conforme me volvía mayor y me convertía más en una jockey, valoré mucho que mi papá nos enseñaba una gran ética de trabajo porque obviamente como jockey, tienes que trabajar muy duro”.
“Creo que mi papá nos condicionó bien para eso y para la vida, así que, a medida que me vuelvo mayor, valoro mucho eso y la forma en que fuimos criados”.
Influencia de su padre
Un entrenador de caballos y productor de lácteos, Paddy mantuvo a su familia unida con la ayuda de sus hijos mayores y su amor por los caballos.
De los 10 hijos, ocho se volvieron jockeys, aunque Paddy no los presionaba.
En cambio, él fue un hombre, según dice Payne, que nos ayudó a “todos a permanecer unidos y a seguir adelante con la vida”.
“Para él fue difícil al inicio”, añade ella. “Papá dijo que perdió alrededor de 6 kilos y no podía comer”.
“Fue un momento muy duro, pero él tiene una gran actitud y una gran visión de la vida. Él simplemente recobró las fuerzas y dijo que eso era una de esas cosas que pasan en la vida y que simplemente tenía que seguir adelante”.
“Él ha sido increíble. Él siempre tiene una actitud positiva ante la vida. Obviamente, pasas por momentos difíciles y ocurren cosas malas; ver lo que él tuvo que pasar y cómo lo manejó era algo increíble que podías observar a una edad temprana”.
“Esto demuestra que cada vez que algo malo ha pasado, puedes lograr superarlo, puedes tener fe en Dios y creer que pueden suceder cosas buenas”.
Es hora de montar
Luego de ver que sus hermanos mayores montaban, solo había una profesión que Payne quería lograr.
Ella comenzó a montar el pony de la familia a la edad de cinco años y comenzó a correr caballos a la edad de 15 años, la edad más joven permitida.
Payne comenzó a mostrar destellos del potencial que la transformaría en una de las estrellas emergentes de las carreras de Australia.
Eso no quiere decir que todo era color de rosa. Ella sufrió varias lesiones, por no mencionar una fractura en el cráneo, 10 vértebras fracturadas, costillas quebradas y un tobillo dislocado.
Aun cuando su familia le rogó que dejara de montar caballo, ella continuó, decidida a convertirse en la mejor jinete que le fuera posible.
“La primera vez que monté fue una victoria para mi papá, ya que fue algo totalmente inesperado”, recuerda.
“El caballo no era nada especial, pero ese día él aceleró el paso y ganó; fue un sueño hecho realidad ganar mi primera carrera, especialmente para mi papá en mi circuito de casa”.
“Creo que siempre iba a seguir adelante y seguir avanzando profesionalmente. Era mi pasión y es lo que me gusta; eso no sería un trabajo para mí, es algo que me encanta hacer”.
“Obviamente, hay cosas difíciles sobre el mismo, pero creo que tengo suerte de haber encontrado un trabajo que es una pasión, en lugar de sentir que voy a ir a trabajar”.
La sonrisa de Stevie
Una de las cosas más agradables del trabajo de Payne es poder trabajar con su hermano Stevie, quien tiene síndrome de Down.
Dado que eran los dos más jóvenes de la familia, ellos eran inseparables durante su juventud y Payne ayudaba a Stevie con el habla, lo cual por lo general se le dificultó.
“Stevie no recibía un trato diferente”, comenta ella.
“Era un poco difícil de entender lo que decía cuando era más joven, no hablaba con mucha claridad y yo fui su traductora durante gran parte de su vida, pero dado que fue tratado con normalidad, aprendió a hablar mucho más claro”.
“Tuvo que trabajar y él siempre fue muy bueno con los caballos; solía montar cuando podía y en realidad es un gran jinete, simplemente es genial con los caballos, muy natural y muy relajado y los caballos le responden bien”.
Stevie ha labrado su propia carrera en las carreras de caballos y ha pasado los últimos ocho años trabajando para el entrenador Darren Weir.
Como ‘strapper’ (cuidador de caballos de carreras), está a cargo de una serie de ganadores del Grupo Uno y fue una parte integral del equipo de su hermana en la Copa de Melbourne 2015.
“Stevie y yo siempre hemos estado juntos, así que no podía imaginar una vida sin él”, agrega Payne.
“Él juega un papel muy importante en la misma. Le digo a mucha gente que él es una bendición para nuestra familia, y solo tienes que pasar un rato con él para saber qué queremos decir con eso”.
“Solo ver su sonrisa, es contagiosa. No puedes evitar sonreír cuando lo ves”.
Esa sonrisa estaba en plena exhibición en Flemington el 3 de noviembre, cuando la hermana de Stevie sorprendió al mundo que la veía.
Payne había tenido la confianza de que su caballo era más que capaz de ser competitivo ese día, pero no había considerado la posibilidad de ganar.
Solo hasta que llegó a menos de 600 metros de la línea de meta que empezó a creer que esa podría ser su oportunidad.
Establecida en la mejor posición posible y viajando a una velocidad y ritmo que permitía que el caballo encontrara su nivel óptimo de respiración, de pronto comenzó a pensar: “Oh, Dios mío, este caballo podría ganar la Copa de Melbourne en este momento”.
“Simplemente no lo podía creer”, dice ella.
“Bajé mi cabeza y la sacudía, estaba impactada y no pude felicitarlo lo suficiente”.
“Simplemente estaba muy agradecida por lo que hizo por mí y por todo lo que dio, y por el increíble caballo que es”.
“No solo ha ganado la Copa de Melbourne, sino que también ha sido sometido a cuatro cirugías para llegar allí y él es tan resistente”.
La vida no ha sido la misma desde entonces.
El juego de la fama
Payne ahora es la chica de oro de las carreras de Australia, su rostro aparece en las pantallas de televisión de todo el mundo y adorna las revistas y sitios web.
Ella ha estado en programas de entrevistas por televisión, caminó por la alfombra roja y posó para miles de fotógrafos que esperaban conseguir la toma perfecta.
Esa línea de meta no solo era la meta, era el portal a una vida diferente y una que espera que muchas otras mujeres experimenten en su vida.
“Creo que lo están empezando a entender”, dice ella.
“Muchas personas se me acercan y es tan increíble porque dicen que se sienten inspiradas, no solo en los eventos deportivos, sino en todos los ámbitos de la vida”.
“Hay madres con niños pequeños, personas que están en la universidad y personas con sueños de seguir diferentes carreras, así que es tan increíble ser esa persona, servir de inspiración para la gente”.
“Me siento muy afortunada y, sí, me hace sentir muy feliz”.
La serie ‘Human to Hero’ de CNN homenajea la inspiración y logros en el deporte. Haz click aquí para ver tiempos, videos y artículos.