(CNN) – El mayor robo en la historia legal inglesa… así es como los fiscales se refirieron al robo de Hatton Garden, donde más de 20 millones en joyas y objetos de valor fueron robados de una bóveda en el distrito joyero de Londres en abril del año pasado.
El jueves, tres hombres fueron declarados culpables por su participación en el mismo, junto a otros cuatro que se declararon culpables en septiembre.
Muchos de los criminales habían superado por mucho la edad de jubilación, pero llevaron a cabo un increíblemente ambicioso robo, cortando barras de metal y perforando una pared de concreto reforzado de 50 centímetros (20 pulgadas) para abrirse paso hacia la bóveda.
La travesura tuvo lugar durante el largo fin de semana de Pascua. Mientras los londinenses se preparaban para disfrutar un par de días libres, la banda estaba tramando el audaz robo que había sido tramado durante tres años.
Su objetivo era el Hatton Garden Safe Deposit Co., el cual se encuentra en el corazón del distrito de diamantes de la ciudad.
Disfrazados, a plena vista
La bóveda familiar en el sótano del edificio había sido usada por joyeros desde 1940 para almacenar oro, piedras preciosas y dinero.
Los saqueadores se hicieron pasar por reparadores de gas, completa con chalecos de alta visibilidad y cascos que no solo los hacía parecer inofensivos, sino que también ayudaron a ocultar su identidad de las innumerables cámaras de seguridad en la zona.
Los ladrones perforaron a través de una pared de concreto de más de 50 centímetros.
Una escalera de incendios al lado del edificio sirvió como su punto de entrada. Una vez dentro, los hombres usaron un hueco de ascensor para obtener acceso al sótano, donde cortaron los barrotes y perforaron la pared para abrirse paso hacia la bóveda.
Robaron docenas de cajas de seguridad y cargaron casi 22 millones de dólares en objetos de valor en contenedores con ruedas, los cuales subieron con toda tranquilidad y a plena vista en una camioneta de tránsito blanco que estaba esperando.
Sin embargo, el robo no salió tan bien como a la banda le hubiera gustado.
Durante un juicio de siete semanas en el Woolwich Crown Court de Londres, el jurado escuchó que los ladrones solo tuvieron parcialmente éxito para perforar el agujero en la primera noche y tuvieron que volver para terminar el trabajo.
En total, pasaron cuatro días llevando a cabo el robo.
Como medida de la experiencia de la banda y una planificación cuidadosa, la policía no pudo encontrar ningún rastro forense de los autores del crimen.
‘Criminales experimentados’
Al final, los datos de teléfonos móviles y de línea fija fueron los que llevaron a los investigadores a varios sospechosos, quienes posteriormente fueron puestos bajo vigilancia.
La policía llevó a cabo una redada luego de presenciar el traslado de algunos de los objetos robados, arrestando a nueve hombres en redadas en Londres y el condado vecino de Kent.
Los ladrones no dejaron rastros forenses que la policía pudiera encontrar.
Ocho de los sospechosos, de entre 42 y 76 años de edad, fueron acusados de conspiración para robar.
Los hombres identificados como los cabecillas —Brian Reader, de 76 años de edad, Terry Perkins, de 67 años, John “Kenny” Collins, de 75 años, y Dan Jones, de 60 años — se declararon culpables antes de que el caso fuera a juicio y ahora están a la espera de una sentencia.
Los fiscales dijeron que los cuatro hombres que se declararon culpables en septiembre eran “un grupo muy unido de delincuentes experimentados”.
“Eran criminales por profesión. Eran crueles”, dijo Craig Turner, detective superintendente de la Policía Metropolitana de Londres.
“No tenían ninguna consideración por las víctimas de la delincuencia en absoluto. Les pediría a los miembros del público que vean más allá de su edad real. Ellos eran individuos bien educados en relación con la actividad criminal y los miembros del público deben ver más allá de la glorificación de este crimen”.
El jueves, Carl Wood, de 58 años, y William “Billy” Lincoln, de 60 años, fueron declarados culpables de conspiración para robar y transferir bienes criminales. Hugh Doyle, de 48 años, fue declarado culpable de este último cargo.
Jon Harbinson, el sobrino de Lincoln, fue declarado inocente el jueves.
Pero ese no es el final del caso.
La policía solo ha recuperado alrededor de una tercera parte de los objetos robados.
Unos 14 millones de dólares en objetos de valor siguen desaparecidos, y un sospechoso pelirrojo misterioso a quien el tribunal llama “Basil” sigue prófugo.