Curtain Wall House, Itabashi, Tokio, Japón, 1994-1995 – Una cortina transforma, de abierta a cerrada, una esquina transparente de esta casa. "El objetivo de la casa es que sea un reflejo del estilo de vida del propietario. Está abierta al exterior y utiliza materiales contemporáneos en nuevas interpretaciones de los tradicionales estilos japoneses", dice su descripción.

(CNN) – Ha pasado casi dos años desde que el arquitecto japonés Shigeru Ban ganó el premio más importante de la arquitectura. Ahora, el cuerpo de trabajo de Ban, de 58 años de edad, se formula una pregunta peculiar: ¿cuánto pueden durar las casas de papel?

Los característicos edificios humanitarios de Ban —construidos con tubos de cartón, diseñados y construidos rápidamente en respuesta a catástrofes naturales, y a menudo no diseñados para darles un uso indefinido— han superado continuamente su período de necesidad.

Las casas “temporales” de papel, construidas en respuesta a los terremotos en Turquía y Haití, permanecieron habitadas durante meses y años, incluso después de que los esfuerzos de reconstrucción brindaran residencias más permanentes.

En Chengdu, China, una escuela primaria que fue construida como opción provisional después de un terremoto en 2008 aún se encuentra en uso diario. Y su iglesia de cartón en Kobe, Japón, construida para la comunidad católica de la ciudad en las secuelas del terremoto de 1995, fue enviada a Taiwán en 2008, donde aún sigue en pie.

Esta es una catedral de cartón en Christchurch, Nueva Zelanda diseñada por Ban.

Pero desde que recibió el Premio de Arquitectura Pritzker 2014 –algo que lo hizo parte de una prestigiosa élite que incluye los nombres de Oscar Niemeyer, Frank Gehry y Norman Foster— Ban dice que ha notado un nuevo interés en su trabajo.

Hace poco recibió un torrente de ofertas de desarrolladores de propiedades comerciales para diseñar complejos de lujo. Sus interiores en el edificio Cast Iron House de Nueva York han demostrado sus capacidades cuando cuenta con un presupuesto más elevado; los apartamentos se vendieron en 2014 pasado a un precio de entre 5 y 12 millones de dólares.

En Londres, el diseño de Ban encargado para el millonario empresario inmobiliario John Curran, a la sombra del Tower Bridge, probablemente se convertirá en la casa de madera más impresionante de la capital.

Pero muchas personas menos acaudaladas alrededor del mundo —desde Nepal hasta Filipinas— ya viven en estructuras diseñadas por el arquitecto japonés.

Para esas casas de bajo costo, las cuales ahora son parte del floreciente legado cultural de alguien que fue galardonado con un Pritzker, el futuro a menudo es incierto. La aclamación no es garantía de protección, incluso en los ambientes menos volátiles, y los conservacionistas arquitectónicos condenan la pérdida de decenas de casas de Frank Lloyd Wright y de muchos de los monumentos más importantes del pionero de los rascacielos, Louis Sullivan.

Shigeru Ban en Paris

Para Ban, la construcción es la parte fácil. En las zonas de desastres, lo liberan de la responsabilidad de buscar la aprobación del gobierno para construir las estructuras, siempre que pueda dar fe de su seguridad según sus propios cálculos, y siempre que trabaje con un ingeniero estructural.

Ban dice que no hay peligro de que sus estructuras de papel se desmoronen. “No hay diferencia entre el papel y la madera”, dice, explicando que la madera, si se usa incorrectamente, tampoco durará mucho tiempo.

“La impermeabilización y el tratamiento ignífugo es un problema técnico que puede resolverse, ya que es un material industrial”.

Desde su punto de vista, “No hay diferencia entre algo temporal y permanente”. En cambio, la fecha de caducidad de sus edificios —como su reciente vivienda con pared de escombros, diseñada este verano luego del catastrófico terremoto en Nepal— la determina el cliente, que normalmente es la autoridad local del gobierno que tiene a su cargo los esfuerzos de respuesta a desastres.

Estos órganos determinan durante cuánto tiempo estará en pie una estructura de emergencia luego de un evento.

Pero, como ocurrió con la escuela en Chengdu, los gobiernos se muestran reacios a desalojar a los ocupantes de edificios perfectamente funcionales. Como el arquitecto lo dejó claro en junio de este año en un discurso que dio a estudiantes en su alma mater, la facultad de arquitectura de Cooper Union en Nueva York, la construcción con hormigón no es garantía de tener una larga vida, y los edificios mal diseñados y poco queridos están siendo demolidos alrededor del mundo.

Aquí, el diseño elegante y minimalista de Ban podría ser la gracia salvadora de su creación: “Incluso si un edificio está hecho de papel, si a las personas les gusta, se convertirá en algo permanente”, dijo.

La vida después del Pritzker

Al hablar durante un viaje a París, Ban dice que el premio ha traído cambios. Ahora existe una nueva carga de responsabilidad que viene con asumir un lugar entre las principales figuras de la arquitectura, admite, pero también tiene cierta libertad de dedicarse a los proyectos que quiere y decirle que no a otros.

Ban está familiarizado con los edificios culturales y corporativos: está trabajando en una nueva sede para los fabricantes de relojes suizos Swatch y Omega; ha diseñado una terminal inspirada en una plantación de té para un aeropuerto a los pies del monte Fuji; y su museo de arte con exterior de madera en Aspen fue inaugurado el verano pasado, ante una recepción variada de multimillonarios locales.

Ben dice que en el pasado, él ha tratado de “equilibrar” su trabajo ad honorem en causas humanitarias con su trabajo necesario e interesante en otras áreas. Sin embargo, ahora siente que las dos son una sola. “Es solo que este es un tipo de requisito distinto: ya sea para el cliente rico, o para la víctima de un terremoto. La única diferencia es si me pagan o no; de otra forma, el proyecto es un proyecto”.

Él dice que es difícil determinar si los proyectos que involucran mucho dinero conforman directamente su trabajo por los desposeídos. Pero en ambos, él mantiene una prioridad sobre la sostenibilidad y un gusto por formas geométricas en la carpintería de madera y en los tubos de papel.

El creciente interés por parte de los desarrolladores adinerados no ha cambiado su perspectiva, dice, y su intención no es empezar a producir “grandes edificios comerciales”.

“No quiero agrandar mi oficina”, dice Bn. Muchos consideraron que el hecho de que recibiera el Pritzker fue una promesa sobre el compromiso de la industria con un futuro en el que la consciencia social es valorada junto al glamoroso espectáculo.

“No quiero estar demasiado ocupado. Necesito suficiente tiempo para diseñar todo por mí mismo, para controlar la calidad y para trabajar en áreas de desastre”.

Ban dice que sus prioridades personales son las mismas. “Incluso antes del premio, la importancia de mis proyectos no tiene nada que ver con la escala del proyecto, nada que ver con el presupuesto del proyecto. Los proyectos desafiantes me interesan, no el hecho de que el presupuesto sea alto o que el proyecto sea grande”.