Si bien Muggsy era el jugador más pequeño de la historia de la NBA, él poseía uno de los mayores saltos de todos los tiempos.

(CNN) – A medida que se acercaba a la cancha, la multitud levantaba las cejas y luchaba por contener la risa: “Este tipo debe estar bromeando…”

¿Quién podría culparlos? Con tan solo 1,61 metros de altura, Tyrone “Muggsy” Bogues es el jugador más bajo de la historia de la NBA.

Si la cancha de la NBA es el reino de Goliath, Bogues era su David.

Es una prueba viva que el tamaño no importa, en su caso fue un ascenso que lo llevó de los proyectos de Baltimore a la escena mundial, mientras que el base combinó eso con los grandes chicos de la NBA, en una excepcional carrera de 14 años, marcando más de 6.800 puntos antes de retirarse en el 2001.

Al inicio, Bogues no albergaba tales sueños de alcanzar tales alturas. “Solo estaba tratando de jugar, divertirme”, le dijo a CNN. “Siempre fue un pasatiempo para mí”.

Cajas de leche con el fondo abierto eran las canastas de Bogues y las calles eran su cancha.

“Jugaba y tenía mucho éxito, pero también sentí muchas críticas detrás de ello. No sabía por qué”, encoge sus hombros.

No le llevó mucho tiempo descubrirlo. “La gente había estado hablando sobre mi tamaño, sobre cuán bajo era… decían algunas cosas crueles”.

Eso no quiere decir que dejara que los escépticos lo desanimaran: “Simplemente quería seguir jugando y lo seguí haciendo”.

La tenacidad acompañada de un implacable sentido de defensa le permitieron “asaltar” (mug, en inglés) a sus opositores vecinos… de ahí su sobrenombre. Él persiguió a los hombres más grandes como una sombra del mediodía no deseada.

“Le estaba robando la pelota a todos los tipos. Cada vez que dribleaban el balón solía tomarlo y solía ir por la cancha, ya sea que yo tirara la pelota o se la pasaba a uno de mis compañeros de equipo. Me entusiasmaba mucho eso; me sentí bien al hacerlo”.

Aun así, las miradas despectivas y susurros burlones nunca faltaron.

Él imita las declaraciones desdeñosas de sus antiguos escépticos: “‘Eres demasiado bajo; nunca podrás jugar en la escuela secundaria o en la NBA o en la universidad’”… con el tono despreocupado de un hombre que sabe que llegó a la cima.

Él recordó pensando para sí mismo “simplemente seguiré jugando sin mirar atrás”.

Y lo hizo.

No hay nada mejor que la conexión entre compañeros de equipo. Estoy muy agradecido de haber podido jugar con algunos de los mejores.

Bogues pasó de ser nombrado el “Jugador más valioso” de las ligas recreativas a ser el “Jugador más valioso” del equipo que podría decirse era el mejor de la escuela secundaria de todos los tiempos: el afamado equipo Dumbar High School de 1983, en el que jugaban las futuras estrellas de la NBA, David Wingate, Reggie Williams y Reggie Lewis.

“Cada año, sigues subiendo el nivel”, dice Bogues, quien siguió jugando baloncesto universitario para Wake Forest, en la robusta Atlantic Coast Conference (ACC), rompiendo récords de asistencias y robos en su carrera.

Sin embargo, cuando los Washington Wizards (en ese entonces conocidos como Washington Bullets) lo seleccionaron como el Nº 12 en la selección general en la primera ronda del Draft de la NBA 1987 —por encima de los destacados Mark Jackson y su excompañero de Dunbar, Reggie Lewis— los escépticos comenzaron a ver su potencial.

La frustración de Muggsy ya no era tanto el enfoque en su estatura, sino más bien en la sombra que esos comentarios tenían sobre su talento. “Nunca fue sobre mis habilidades”, dice Bogues.

“La gente veía mi tamaño como una desventaja, pero yo lo consideré como una ventaja. Tenía que usar todo lo que tuviera en mi arsenal”.

Su arsenal incluía una capacidad prodigiosa para cambiar. “La velocidad era uno de los criterios para mí… uno de mis puntos fuertes. Pero tenía que usarlos todos… todo lo que tenía”, dice.

Además de su velocidad a lo largo de la cancha, Bogues tenía otro activo de valor incalculable. “Mi nivel de coeficiente intelectual (CI) era muy alto… veía las cosas antes de que sucedieran”.

“Los chicos que estaban a mi alrededor… sabía cómo hacer que fueran mejores. Esa es una forma de liderazgo”, dice entusiasmado.

Después de solo un año en Washington —donde como todos bien saben se asoció con el jugador más alto que alguna vez haya tenido la NBA, Manute Bol, quien mide 2,35 metros— Bogues terminó dirigiendo a los recién formados Charlotte Hornets.

Junto con sus compañeros de equipo Larry Johnson y Alonzo Mourning, Bogues hizo que los Hornets resonaran… a tal grado que sigue siendo el líder de asistencias No. 18 de todos los tiempos en la NBA.

Bogues era un jugador que apreciaba el baloncesto; de hecho, también proporcionó más de 6.000 asistencias, la relación asistencias y perdidas de Bogues era constantemente a la altura de los mejores de la liga.

Si bien Muggsy era el jugador más pequeño de la historia de la NBA, él poseía uno de los mayores saltos de todos los tiempos.

“¡Yo podía hacer una clavada!” insiste… aunque nunca pudo hacerlo en el flujo de un partido de la NBA, principalmente debido a sus pequeñas manos.

Ver a Bogues en pleno vuelo es algo para maravillarse en uno de los espectáculos más inverosímiles del deporte.

“Tenía una vertical de 1,11 metros, por lo que podía llegar hasta allí… pero comprendí que se trataba de solo dos puntos”.

Nunca se dejó llevar por la alegría de anotar, Bogues estaba cumpliendo con su función, haciendo el trabajo sucio que todo deporte demanda.

“Una clavada solo eran dos puntos. Es emocionante, haces que la multitud se levante, pero solo son dos puntos”.

Además, dice: “Eso no era parte de mi juego; esa no era mi fortaleza. Dios no me dio ese tipo de talento para hacerlo. Me dio otro medio para resolver esto… para maniobrar, para ser parte de ello”.

“Si no sabías quién era yo, tu forma de pensar era: ‘Simplemente dominaré a este pequeño chico, anotaré por encima de él, no hay manera de que pueda afectar mi lanzamiento’”, reflexiona Bogues.

Ese tipo de pensamiento hacía que el balón fuera directo a las manos de Bogues.

“Entendía lo que sucedía en el juego”, dice. “Y, comprender eso me permitió jugar mi juego muy agresivo, ya sabes, y cambiar el juego”.

“He cambiado el juego defensivamente como un hombre pequeño, al igual que el impacto que tendría alguien de 2 metros como Patrick Ewing, Dikembe Mutombo o Hakeem Olajuwon”, añade.

“Lo tenía en una versión más pequeña al proteger el balón, por lo que es difícil para los chicos [grandes]”.

Los talentos de Bogues no solo se detienen en la cancha de baloncesto… su legado es garantizado aún más por su cameo en la película de culto, “Space Jam: El juego del siglo”.

Él aparece no solo junto a Bugs Bunny, sino junto a Michael Jordan, Ewing, Charles Barkley, Shawn Bradley y Larry Johnson… muy buena compañía para una de las personas más reconocidas que alguna vez haya jugado dicho deporte.

Un hombre de 1,61 metros en la liga de gigantes… simplemente es imposible hasta que sucede.