(CNN) – Más de 219 millones de espectadores se han conectado para ver un videoclip de 16 segundos en el que un bebé panda que estornuda asusta a su mamá. Como mínimo, son 58 millones de minutos, o 111 años, invertidos para ver esta sensación viral.
Hay todo un canal en YouTube dedicado a las aventuras de pequeños hámsteres comiendo diminuta comida, celebrando diminutos cumpleaños y celebrando una fiesta tiki. El canal tiene más de 29 millones de visualizaciones.
Lil Bub, un gatito huérfano rescatado con un caso extremo de enanismo, es una sensación en Internet. Lo que empezó con una foto en Tumblr llamada “BuBlog” ha generado una gran cantidad de publicaciones en BuzzFeed y Reddit, una aparición en televisión en “Good Morning America”, un documental y una línea de mercancías.
Ternura: una cuestión de supervivencia
Nuestra historia de amor con nuestros pequeños amigos peludos podría ser una cuestión de supervivencia. Los científicos han descubierto que los humanos son instintivamente atraídos a algo que tiene características similares a las de un bebé. Ojos grandes, mejillas regordetes, frentes grandes y, por lo general, las características redondeadas son las que atraen a los humanos. “Estas características están tan arraigadas en nosotros por lo que respondemos a ellas”, dijo Oriana Aragón, una psicóloga de Yale.
Muchos científicos creen que hemos desarrollado esta atracción con el fin de sobrevivir. “Nuestra supervivencia depende de que cuidemos a nuestros pequeños. Es parte de nuestra especie humana responder a estas características”, explicó Aragón.
Entonces, cuando vemos ese tipo de características en animales —ojos grandes, con cabezas grandes y cuerpos pequeños— reaccionamos de la misma forma que lo haríamos con los bebés. De hecho, los comerciantes y diseñadores incluso han aplicado esos tipos de características a vehículos para llamar nuestra atención. Por ejemplo, el Volkswagen Beetle o el Mini Cooper.
Obteniendo tu dosis de ternura
Sin embargo, no estamos desmesuradamente cegados por los animales tiernos. De hecho, los estudios han encontrado que los centros de placer de nuestro cerebro se activan cuando vemos algo tierno porque existe un flujo de dopamina hacia el cerebro. Es una respuesta similar a lo que sucede cuando comemos azúcar o tenemos sexo.
“Es un tipo de vicio. Queremos nuestra dosis de ternura. Hay una gran cantidad de cosas dedicadas a lo tierno”, dijo Aragón.
“Es algo que nos da placer y nos hace volver. Comer esas comidas altas en calorías era esencial para nuestra supervivencia en los primeros años”, dijo Aragón. Así que, ver y cuidar algo lindo actúa de una manera similar en nuestro cerebro; vemos a un bebé lindo e instintivamente tratamos de abrazarlo, nuestro cerebro recibe un aumento de dopamina para recompensarnos y boom… ¡estamos felices!
Emociones versus expresiones
¿Te ha sucedido alguna vez que quieres pellizcar a un cachorro o comerte las mejillas de un bebé porque son tan tiernos? Si piensas en la supervivencia, eso de hecho parece contrario a cuidar a un niño. ¿Por qué alguien querría comerse a su bebé?
Sin embargo, como humanos tenemos una enorme cantidad de expresiones en nuestro rostro que no coinciden con nuestras emociones internas. Piensa en las lágrimas de alegría o en los gritos de excitación al ver a tu banda favorita, o querer pellizcar las mejillas de un bebé.
Estas expresiones que parecen contrarias a nuestras emociones se llaman “expresiones dimorfas” y los científicos creen que esto puede ser un mecanismo de autorregulación que nos permite contener nuestras emociones. ¿Te sientes muy feliz? Equilíbralo con algunas lágrimas. ¿Acaso siempre estás muy frustrado con una situación que terminas riéndote porque no sabes qué hacer? De nuevo, puede ser un mecanismo que ayuda a contenerse para evitar abrumarse con la emoción inicial.
“Las expresiones faciales envían información a tu cerebro y eso ayuda a cifrar esa emoción primaria. Ahora la persona que estaba abrumada se tranquiliza y vuelve a la homeóstasis. Ayuda a la gente a contenerse”, dijo Aragón.
Agresión debido a la ternura
Aragón ha estudiado específicamente la agresión debido a las cosas tiernas… cuando las cosas son tan lindas, no puedes evitarlo y muestras un comportamiento agresivo. De hecho, una serie de lenguajes tienen palabras específicas para describir esta sensación. Los filipinos dicen “gigil”, que describe el impulso a apretar los dientes o pellizcar las mejillas. Los franceses dicen “mignon a croquer”, que literalmente se traduce como “es tan lindo que quieres morderlo”.
Para probarlo, Aragón y su equipo le presentaron fotos de animales adultos y bebés como elefantes, patos y gatos a un grupo de personas. Noventa participantes vieron estas imágenes mientras sostenían al mismo tiempo envolturas de burbujas. Cuando vieron a los animales bebés, los participantes reventaron más burbujas que cuando vieron a los animales adultos.
Creando un enfoque con lo tierno
Un estudio similar llevado a cabo en Japón encontró que los participantes tuvieron un mejor desempeño en estas tareas de alta concentración cuando vieron imágenes de animales tiernos frente a las imágenes de alimentos u otras fotos no lindas.
Así que la próxima vez que te atrapen viendo videos de animales tiernos en el trabajo, le puedes decir a tu jefe que no estás posponiendo las cosas. Estás aumentando tu productividad.