Brasil es uno de los países en los que más casos de Zika se han registrado.

Nota del editor: Ford Vox es médico especialista en medicina de rehabilitación y periodista. Él es analista médico para la estación WABE-FM 90.1 de NPR en Atlanta y escribe frecuentemente para CNN Opinion. Síguelo en Twitter @FordVox. Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente las del autor.

(CNN) – Cuando pienso en las recomendaciones de salud pública, pienso en lo que me gustaría para mi propia familia y, en este caso, para mi propia esposa. No pienso en términos de gestión de población y racionamiento como un oficial de control de enfermedades debería hacerlo.

¿Qué hacer con el virus zika?

A medida que esta –otra enfermedad viral– surge, nos enfrentamos nuevamente a una amenaza primordial que nos recuerda que somos animales dentro de un ecosistema. Este es un ecosistema que está cambiando con nosotros y debido a nosotros. Combatir el zika requerirá de la apertura a la innovación en la tecnología y las políticas.

La especie principal de mosquitos que transmiten el virus zika a lo largo de varios países de América, el Aedes aegypti, en realidad evolucionó junto a los humanos para hacer de nosotros su objetivo específico, a diferencia de otros animales.

Ahora este está extendiendo su dominio, debido al calentamiento del clima y su predilección por nuestro medio ambiente construido. Los mosquitos ya han alterado antes la historia humana y causaron millones de muertes a través de la propagación de la fiebre amarilla y el dengue, dos virus que están estrechamente relacionados con el zika.

Las autoridades de Colombia recomendaron a las mujeres embarazadas no ir a zonas donde se propaga el virus del Zika en ese país.

Unos 3.893 casos de microcefalia en bebés (y abortos involuntarios incalculables) tan solo en Brasil parecen estar vinculados con el virus zika.

Si bien nos falta una prueba definitiva de que el virus causó las deformidades cerebrales y craneales severas que estos recién nacidos sufren, la evidencia con la que contamos exige una acción decisiva. Los médicos han descubierto el virus zika en el líquido amniótico de los fetos afectados y en las placentas y los cerebros de los fetos abortados con microcefalia.

Sabemos por los brotes anteriores de zika en el Pacífico Sur que el virus puede atacar el sistema nervioso y causar una parálisis llamada síndrome de Guillain-Barré.

Es bien conocido que los virus relacionados como el del Nilo Occidental infectan el cerebro. Pero el brote de Brasil es el primero en el que el zika está correlacionado con esta deformidad congénita de la microcefalia. Las cifras por sí solas son una evidencia cruda: sin otra nueva variable aparente mas que el virus zika de rápida propagación, Brasil registró un aumento de 20 veces en los casos de microcefalia en 2015 por encima de 2014.

Es posible una vacuna contra el zika, y eso es un paso que los líderes de los Institutos Nacionales de Salud seguramente facilitarán.

Pero si se tiene en cuenta el ritmo de las infecciones de zika en América del Sur, el largo plazo que implica el desarrollo de la vacuna deja una brecha muy amplia de sufrimiento. Si podemos hacerlo, tenemos que tomar otras medidas.

La mayoría de países de América Latina han registrado casos de Zika.

Otro enfoque está en marcha y ha demostrado éxito en algunos países de América del Sur y del Caribe; este está bajo la revisión de la Agencia de Alimentos y Medicamentos. Esta estrategia se dirige a los propios mosquitos.

Una empresa de biotecnología británica, Oxitec, ha modificado genéticamente mosquitos Aedes aegypti mediante la inserción de dos genes, uno que hace que sus huevos se iluminen bajo la luz ultravioleta, a fin de ayudar a su identificación, y otra que provoca que sus crías mueran.

Esto da resultado a través de la denominada técnica del insecto estéril, lo que hace que la población de mosquitos naturales y que posiblemente portan las enfermedades, disminuya dramáticamente al mantener a sus hembras ocupadas en apareamiento con los machos genéticamente modificados en lugar de hacerlo con los machos naturales.

Esta es una versión más elegante de la misma técnica que fue utilizada con éxito para erradicar al gusano barrenador como una plaga para la agricultura estadounidense, y es una que la visionaria ambiental, Rachel Carson, alabó en 1962 en la “Primavera silenciosa”:

“Algunos de los nuevos métodos más fascinantes son los que buscan hacer que la fuerza de una especie se vuelva contra sí misma… utilizar la potencia de la fuerza de vida de un insecto para destruirlo. El más espectacular de estos enfoques es la técnica de ‘esterilización masculina’ desarrollada por el jefe de la Agencia de Investigación de Entomología del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Dr. Edward Knipling, y sus asociados”.

Carson prefería dichas técnicas frente a los pesticidas indiscriminados. A pesar de su historia confiable y la ciencia sólida, la desinformación acerca de la técnica del insecto estéril abunda.

No existe ningún mecanismo biológico por el cual las piezas de ADN modificadas del insecto de Oxitec puedan hacer alguna transferencia al ADN humano o a otros mamíferos e insectos. Pero el miedo del público frente a cualquier cosa genéticamente modificada es una fuerza poderosa.

La FDA recibió primero la propuesta de Oxitec para comenzar a usar su mosquito en los Cayos de la Florida en 2011. La propuesta original se produjo en respuesta a un brote de dengue allí. Ahora con el zika en el horizonte, tengo la esperanza de que la actitud del público cambie y que la FDA finalmente apruebe el proyecto.

Un hombre fumiga parte del cementerio de la Nueva Esperanza , en la zona metropolitana de Lima, como medida de prevención contra enfermedades como Chikunguya y Zika, que afectan varios países de América Latina. En otras regiones del mundo, ya se reportan casos de la enfermedad del Zika.

Sin un desarrollo médico como una vacuna, o un novedoso control de plagas como el mosquito Oxitec, el zika parece destinado a empezar a extenderse en el sur de Estados Unidos, primeramente en Florida y el sur de Texas. Hasta ahora, los únicos casos reportados en Estados Unidos fueron infectados en América del Sur o el Caribe, pero Estados Unidos no solo tiene el mosquito Aedes aegypti, sino también la especie más difundida, Aedes albopictus (mosquito tigre), el cual también puede portar el virus.

El dominio del mosquito tigre se extiende por todo el sureste y hacia arriba en el estado de Nueva York durante el verano.

Esto nos deja tan solo con las recomendaciones de salud pública para protegernos. Deben ser francos y realistas. La recomendación que viene de El Salvador, de que las mujeres deberían postergar el embarazo hasta el año 2018, es un ejemplo de una recomendación de salud pública poco realista.

Las autoridades de El Salvador hacen esa recomendación porque el aborto es ilegal en su país y, además, el acceso al control prenatal adecuado es escaso. No están siendo francos con la población acerca de las limitaciones que los llevan a dar la recomendación. El país también carece de la aceptación generalizada del control de la natalidad, lo cual condena la recomendación al fracaso.

En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) están publicando recomendaciones que promueven que las mujeres embarazadas y las que piensan quedar embarazadas no viajen a países donde el zika se está propagando. La agencia también aconseja supervisión adicional para las mujeres embarazadas que regresan de los países que aparecen en la lista del zika. Eso es inteligente. Pero una mirada cercana a la recomendación revela algún racionamiento del cuidado en el que creo que las agencias gubernamentales deberían ser más explícitas.

No existe ninguna prueba comercial para el zika, y los dos métodos que tenemos, la tecnología de reacción en cadena de la polimerasa y la inmunoglobulina, se deben realizar en el CDC o por algunos de los departamentos de salud estatales mejor equipados.

Estas agencias carecen de la dotación de personal necesaria para efectuar pruebas a todas las mujeres que han viajado a países que están en la lista del zika durante sus embarazos, así que las directrices de los CDC indican que únicamente aquellas mujeres que han mostrado dos o más síntomas de una posible infección se hagan las pruebas. Desafortunadamente, los síntomas son muy vagos (fiebre, erupción cutánea, artritis e inflamación de los ojos) y no se evidencian en el 80% de las personas infectadas.

Deberíamos estar haciéndole pruebas a todas las mujeres embarazadas que han estado expuestas, no solo realizar ecografías, las que en muchos casos no demostrarán microcefalia hasta finales del segundo trimestre, lo que sería demasiado tarde para los abortos en algunos estados.

La conclusión de la respuesta al zika es la siguiente: a menos que nos veamos confrontados por nuestras limitaciones, no trabajaremos de manera eficaz a fin de superarlas.

El sistema de salud de Estados Unidos fue confrontado con sus limitaciones durante el brote del Ébola, cuando los CDC le informaron a los hospitales que aplicaran las precauciones de contacto de rutina cuando sospecharan de casos de Ébola. Esta recomendación dio lugar a que dos enfermeras se vieran infectadas con Ébola.

Creo que los CDC deberían haber advertido a los estadounidenses que no todos los hospitales estaban listos para tratar el Ébola. Eso le habría dado a los proveedores una pausa adecuada. Una calibración correcta de confianza habría llevado a que el triaje de pacientes hacia los centros de nivel superior se realizara antes.

En este caso, los CDC deberían advertir que no tenemos la capacidad para hacerle las pruebas adecuadas a todas las mujeres. Este hecho debe ser algo que las mujeres que están pensando en viajar a las zonas afectadas por el zika consideren con seriedad. Esto debería afectar las decisiones de planificación familiar, sobre todo en las regiones más meridionales de Estados Unidos con el mosquito Aedes aegypti.

En tanto que muchos de nosotros nos desenterramos después de una tormenta de nieve, podría parecer prematuro preocuparnos mucho sobre una plaga transmitida por los mosquitos, pero el verano se acerca.