(CNNMoney) – Las mujeres de Estados Unidos están comprando pistolas en cifras récord, especialmente las armas que son lo suficientemente pequeñas para poder ocultarlas.
Pero están frustradas por la falta de accesorios para su armamento. Así que algunas están creando sus compañías para ofrecer productos a otras mujeres.
“Pensé: ¿dónde están todos los accesorios para mujeres?”, dijo Lorelei Fay de Boise, Idaho.
Fay no podía encontrar una funda adecuada para su pistola de mano. Su madre le enseñó a coser, así que hizo su propia funda, apropiada para su pistola semiautomática Sig Sauer. El objeto también tiene bolsas en donde caben dos cartuchos de repuesto.
Cuando las amigas de Fay vieron su funda, quisieron una. Así que la mujer cosió otras y las comenzó a vender en 2014. Fay denominó a su compañía Miss Concealed.
“Cuando comencé a vender mi producto en eBay, llegaron los pedidos y vendí como si fueran pan caliente”, comentó Fay, que es dueña de una línea de fundas llamadas Hidden Heat, que las vende por un precio de entre 30 a 50 dólares.
“No podía mantener mi inventario. Tan pronto como las hacía, se iban”, dijo Fay.
La emprendedora contrató a siete personas para coser su producto, que le dejó unos 200.000 dólares en ganancias durante 2015. Más de la mitad de estas ganancias se registraron en el último trimestre de 2015.
Lorelei Fay dijo que las órdenes de su producto aumentaron tras el tiroteo masivo de San Bernardino, California, en donde 14 personas murieron asesinadas durante diciembre de 2015.
“Las mujeres quieren sentirse protegidas”, dijo la empresaria. “Hay mucha locura actualmente. Hombres y mujeres quieren estar seguros y no ser víctimas”.
En enero, cuando Fay estaba exhibiendo sus productos en Las Vegas durante el SHOT Show de la Fundación Nacional de Deportes de Tiro, la mujer tuvo que dejar de tomar órdenes porque sus trabajadores no podían cumplir con la demanda.
Fay no es la única mujer emprendedora que se presentó en el SHOT Show.
La auto-protección es un negocio serio para Leslie Deets, fundadora de una pequeña empresa de fundas para pistolas llamada Concealed Carrie. Tanto ella como su esposo también tienen una compañía de armas, Sharp Shooters USA, en Roswell, Georgia.
Pertenecer al negocio de las armas “es un tema muy cercano a casa”, dijo Deets, que sufrió un ataque a mano armada mientras cursaba su primer año de universidad. “Un hombre me secuestró, me acuchilló y me amenazó con un arma de fuego”.
Deets vende fundas para pequeñas armas, como su Walther PPK .380 semiautomática. La mujer diseña sus fundas para que sean de utilidad y fáciles para utilizar armas y spray de pimienta.
“Queremos que sea parte de la vestimenta de las mujeres, no una distracción”, dijo. “No queremos que todos sepan lo que traemos”.
Los precios de su producto alcanzan los 229 dólares, aunque Deets ofrece un reemplazo a las mujeres que así lo deseen.
Tessa Renaud, una ginecóloga de Baton Rouge, Louisiana, también ha incursionado en el negocio de la auto-protección. La mujer obtuvo un permiso para llevar un arma debido a los horarios propios de su trabajo, que la orillaban a salir del hospital en horas de la madrugada.
Pero no sabía cómo podía llevar consigo su Smith & Wesson 1911 semiautomática y su pistola revolver Ruger SP101.
“Busqué varias semanas y no podía encontrar lo adecuado”, dijo. “Me sentí tan frustrada que decidía crearlo”.
Renaud diseñó una línea de encaje de envolturas flexibles que se ajustan al cuerpo con clips de metal, como vendaje.
La emprendedora comenzó su compañía Lethal Lace hace dos años con su esposo, Mike, un exsheriff que se quedó en casa para cuidar a sus seis hijos. El matrimonio dijo que vendieron unos 1.000 productos en 2015, con ganancias de 25.000 dólares tan solo en diciembre pasado, que fue su mejor mes. Estos productos tienen un costo de 58 dólares.
Abigail Brooks contribuyó a este reporte.