(CNN Español) – Una investigación a cargo de Carmen Aristegui y la revista Proceso presenta documentos que presuntamente confirman una línea de irregularidades de acuerdo con el derecho canónico en el proceder de un sacerdote que participó en una de las ceremonias anteriores a la boda de la ahora primera dama Angélica Rivera y Alberto Castro, hermano de la actriz Verónica Castro.
Años después de esa ceremonia, la Arquidiócesis de México decidió sancionar al sacerdote que la realizó por presuntamente haber ejercido fuera de sus capacidades no solo en el acto religioso de Angélica Rivera sino también en diferentes misas en la empresa Televisa. De hecho el sacerdote en cuestión, José Luis Salinas Aranda, era conocido como “el padre de las estrellas”.
Debido al castigo y la participación del padre Salinas en la primera boda de Angélica Rivera, se ha generado una controversia sobre la anulación de su matrimonio para casarse con el actual presidente de Méexico Enrique Peña Nieto.
Carmen Aristegui es periodista de CNN en Español y tiene una programa de lunes a viernes para nuestra señal en México.
Las irregularidades
La investigación habla sobre las características del proceso de anulación del primer matrimonio de Angélica Rivera con el productor de televisión mexicano, Alberto Castro, en 2004 bajo la bendición de la Iglesia católica.
Se expone que Rivera, tras comenzar una relación sentimental con el ahora presidente Enrique Peña Nieto, pidió formalmente la anulación de su boda católica. Además se expone que el matrimonio no fue anulado, sino invalidado porque hubo faltas de forma canónica.
Esta invalidación fue luego ratificada por el Vaticano.
Cabe aclarar que la boda religiosa en realidad fue llevada a cabo por el padre Ramón García López, quien aún se encuentra en funciones y quien ha dicho a medios mexicanos que este matrimonio se llevó a cabo en completa legalidad.
Así que lo que parece ser la gota que derramó el vaso con el “padre de las estrellas” José Luis Salinas al oficiar una misa para Angélica Rivera y Alberto Castro 9 días después de su matrimonio religioso, el 11 de diciembre de 2004, en una playa de Acapulco, México —ceremonia diferente a una boda—, fue utilizado también como parte del argumento para facilitar la anulación del primer matrimonio de la ahora primera dama de México.
Aunque el padre Salinas ya falleció, en vida fue castigado por autoridades canónicas por, entre otros casos, supuestamente “simular” la boda Rivera-Castro.
Según documentos consignados en la investigación de Carmen Aristegui y la revista Proceso, Salinas no estaba autorizado para llevar a cabo tal ceremonia.
El otro punto que surge en esta historia es que según documentos, cartas, testimonios entre el padre salinas y la Arquidiócesis de México, presentados por Aristegui y Proceso, Salinas habría sido destituido, castigado, juzgado y suspendido de su ministerio presuntamente por este caso, según él mismo lo interpreta en sus comunicaciones con los prelados y en una carta dirigida al mismo papa Francisco.
Aunque la Arquidiócesis de México detalla que nada tiene que ver una cosa con la otra: es decir, que la anulación del matrimonio Rivera-Castro es ajena al caso del padre Salinas, ya que aseguran que el sacerdote cometió irregularidades durante años, pero pese a las sanciones que recibió el sacerdote, en 2012, el máximo tribunal eclesiástico con sede en el Vaticano revirtió el juicio y señaló que Salinas había sido víctima de “un simulacro de justicia”.
La investigación agrega que el juicio contra el sacerdote fue “construido confusamente” y que nunca se le fue otorgado un abogado para su legitima defensa.
El equipo de CNN en Español en la Ciudad de México ha hecho varias llamadas a la presidencia de México para obtener reacciones, aún sin éxito.
Conclusiones se puso en contacto con la Arquidiócesis de México, donde dijeron que en el caso del padre Salinas y los castigos sostenidos, “fue un simulacro de justicia y que no se cuidaron las formas en como se llevaron a cabo los procedimientos de castigo en su contra”. En el caso de la anulación del matrimonio de la primera dama con su primer esposo, Alberto Castro, la Arquidiócesis dice “que ratifican el proceso de anulación y que todo fue conforme a la ley”.
¿Maquinación indebida?
Aristegui explicó en Conclusiones que al padre Salinas se le atribuyeron un conjunto de cosas “que no corresponden con la realidad” y que esa circunstancia irregular le costó al padre Salinas pagar algo que no cometió.
Según Aristegui, la ceremonia de Acapulco de Rivera y Castro que ofició Salinas fue una misa de acción de gracias, mas no una boda.
“Llama la atención que todo se le carga a Salinas y al sacerdote de boda en Fátima no se le llama a cuentas”, dijo la periodista.
Aristegui dijo que auqnue la investigación no lo señala de forma directa, la evidencia suguera que hubo un maquinación indebida desde la Arquidiócesis de México para “anular un matrimonio válido” y “dar pie a boda” a la posterior boda de Rivera con Enrique Peña Nieto.
Por su parte, el exsacerdote Alberto Athié aseguró que el castigo al sacerdote Salinas “está unido intrínsecamente a la nulidad matrimonial de (Rivera y Castro)”, para a su vez permitir la posterior boda de Rivera con el que entonces era gobernador del estado de México, Peña Nieto.
“Se construyó un delito; se requirieron expertos en derecho canónico para castigar a Salinas”, dijo Athié, porque, explicó, el matrimonio Rivera-Castro “se realizó perfectamente de forma y fondo”.
Para Athié, “haber armado el delito de esa manera implica un dolo clarísimo; fue un acto criminal”.
Con información de Fernando del Rincón, Kay Guerrero y Tatiana Arias