Donald Trump durante un evento de campaña en Greenville, Carolina del Sur.

(CNN) – Bienvenido a Kallstadt, al sur de Alemania. Población: 1.200. Este es un pintoresco pueblo cuyas calles medievales de piedra están cubiertas por casas de hace siglos, cubiertas con vertiginosos tejados de dos aguas.

Kallstadt saltó a la fama por sus delicias locales, Saumagen, panza de cerdo rellena —la comida favorita del excanciller alemán Helmut Kohl— y su vino local, un fino vino seco Riesling, a menudo servido en los banquetes reales de toda Europa.

También tiene dos hijos famosos: Henry Heinz, el “rey de la salsa de tomate”. Y Donald Trump.

Kallstadt es el hogar ancestral del multimillonario… y aspirante a la presidencia de Estados Unidos.

“Mi abuelo Friedrich Trump llegó a Estados Unidos en 1885”, dice Trump en su próximo documental “Los reyes de Kallstadt”. “Él se unió a la gran fiebre del oro, en la que le fue fantásticamente bien, él amó este país”.

“¿Pero sabes qué?, también amo a Kallstadt. Ellos se criaron muy bien en Kallstadt… muy bien. Créeme, es una buena estirpe”.

Eso es lo que Trump asume, al menos. Pero otras historias sugieren que el abuelo de Trump no se fue de Kallstadt en los mejores términos.

Él se mudó cuando era adolescente, justo antes de la edad requerida para cumplir con el servicio militar obligatorio y se fue a amasar su fortuna en Alaska, durante la fiebre del oro.

Según el libro “The Trumps: Three Generations That Built an Empire” (Los Trump: tres generaciones que construyeron un imperio), Friedrich Trump se dedicó a establecer varios bares y hoteles que también funcionaban como prostíbulos.

El anunciaba los servicios de su hotel Arctic Hotel con el siguiente señuelo: “Para los hombres solteros, el Arctic ofrece excelente alojamiento, así como también el mejor restaurante en Bennett, pero no recomendaría que las mujeres respetables se alojen allí, ya que podrían estar sujetas a escuchar cosas que serían repugnantes para ellas… y también podrían sentirse desconcertadas por las depravadas de su propio género”.

Tan mancillada era la reputación de Friedrich Trump que cuando regresó a Kallstadt varios años después para establecerse y casarse con su vecina, Eva Christ, su petición de residencia fue rotundamente rechazada.

El abuelo de Trump fue obligado a regresar a Estados Unidos, donde continuó construyendo la dinastía Trump.

Kallstad, Alemania.

Quedaron pocos rastros de Friedrich Trump en Kallstadt, aunque la casa donde vivió cuando era niño aún sigue en pie, y la lápida que señala la tumba de su padre sigue en el cementerio local.

Pero el alcalde Thomas Jaworek dice que el “efecto Trump” ha atraído mucha atención hacia Kallstadt… “¡tal vez demasiada atención!”

En un recorrido por los viñedos de Kallstadt y las estrechas calles empedradas, estamos especulando sobre cómo muchos parientes de Trump aún viven en Kallstadt, cuando un auto acelera y un hombre con el cabello gris se asoma.

“¡Servimos vino de Kallstadt en la coronación de la reina Isabel! ¡Quizás también habrá vino de Kallstadt en la inauguración presidencial de Estados Unidos!”, exclama, antes de alejarse sin dar su nombre.

“Ese sería un pariente de Trump”, dice el alcalde, “uno de muchos”.

Simone Wendel también es pariente lejano de Trump… por matrimonio al menos: la prima de su madre estaba casada con el nieto del gran tío de Donald Trump.

Wendel estaba tan intrigado por la conexión de Trump con Kallstadt por lo que pasó cinco años haciendo un documental sobre él.

“The Donald” aparece en la película, a pesar de que no ha venido a Kallstadt para ello.

Simone recuerda que a pesar de que aún no había anunciado su candidatura cuando ella lo entrevistó: “No me sorprendió que decidiera postularse a la presidencia”, y agregó, “creo que siempre supe que iba a hacer algo como esto”.

Entonces, ¿qué opinan los residentes de Kallstadt sobre la posibilidad de que Trump llegue a ser presidente? La mayoría de los residentes con los que hablamos no quisieron hacer comentarios sobre la política de Estados Unidos.

“Es un sistema político completamente diferente y diferentes preocupaciones políticas”, dijo el productor de vino local, Alex Messer, vertiendo un vaso de su vino Riesling “Kallstadt Saumagen” de 2010. “Estados Unidos debe decidir”.

La familia de Messer es más Heinz que Trump; ha estado produciendo vino en Kallstadt desde antes de que la ciudad comenzara a llevar registros en la década de 1600.

Al recorrer su bodega centenaria, Messer dice que hay una cualidad que Trump definitivamente heredó de su hogar ancestral: “Los residentes de Kallstadt ciertamente tienen confianza en sí mismos”, dice Messer. “¡Y a él no le falta confianza!”

Veronika Schramm, mesonera local y una de los miembros principales de la asociación Country Ladies Association de Kallstadt, no cree que al empresario le guste mucho Kallstadt hoy en día.

“En lo personal, creo que es demasiado radical”, nos dijo mientras picaba cebollas verdes para ensalada de arenque. “¡Este es un lugar muy agradable! Nos gusta todo tipo de personas, y les damos la bienvenida a todos”.

Trump ha sido menos amable con la canciller de Alemania, Angela Merkel. Cuando Merkel fue anunciada como “Personaje del Año” de TIME en el 2015 en reconocimiento a su decisión de recibir a cientos de miles de refugiados en el país, se refirió a ella como la “persona que está arruinando a Alemania”.

“Tendrán disturbios en Alemania”, le dijo a CBS en ese momento. “Siempre pensé que Merkel era, de cierto modo, una gran líder. Lo que ha hecho en Alemania es una locura. Es una locura recibir a muchas personas”.

El lanzamiento de “Reyes de Kallstadt” está previsto en Estados Unidos este verano. La directora de cine Wendell dice que la ciudad ya ha atraído a más visitantes desde que salió la película en Alemania.

Sin embargo, dice, incluso la gran personalidad de Trump no cambiará a Kallstadt.

“Es ese tipo de lugar”, dice ella. “La gente disfruta lo que importa: comida, el vino y la familia. Algo que realmente espero que nunca cambie”.

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“Si Trump viene aquí un día, ¡espero que realmente se toma el tiempo para disfrutar la forma de vida de Kallstadt!”