Los usuarios que necesiten servicios de la belleza y la salud pueden hacer reservaciones en la aplicación Miora, que está en cuatro mercados de América Latina.

(CNNExpansión) – En la Ciudad de México existen más de 17.000 establecimientos dedicados al negocio de la belleza.

Salones, clínicas y peluquerías se disputan la clientela de la capital de México. Dependiendo de las recomendaciones de quienes las han visitado o si cuentan con más recursos, atraen clientes potenciales por medio de estrategias básicas de marketing; sin embargo, la mayor parte de estos negocios se da en un ambiente offline que muchas veces no les permite llenar sus horas de trabajo al 100%.

Para Diego Ballesteros, pasar frente a estéticas y verlas semi vacías, no tenía sentido con la demanda de este tipo de servicios que percibió en la Ciudad de México.

“En los tres años que he vivido aquí he visto que la cultura de la belleza e ir al salón y demás eran muy superiores aquí a lo que es en España. Hay un gran mercado pero la gente va a donde le recomiendan siempre”, dijo en entrevista el emprendedor de origen español.

Para Ballesteros, una forma de unir oferta y demanda en este sector era a través de una plataforma de marketplace que los usuarios pudieran reservar sus citas de servicios de belleza, en su computadora o smartphone, y los salones registrados podrían maximizar su alcance y gestionar sus citas y promociones en línea. La startup se llamó Miora.

El nombre alude al tiempo que una persona se dedica a sí mismo y el cual fue idea de su esposa. Ballesteros creó Miora con la intención de digitalizar en México el sector de la belleza, así como lo hizo en su momento con su anterior proyecto, Sin Delantal, una de las primeras startups mexicanas en digitalizar el mercado de pedidos de comida en línea de los restauranteros mexicanos.

Justo después de que él y su socio, Evaristo Babé, vendieron Sin Delantal a la cadena de online delivery más grande del mundo, Just Eat, Ballesteros decidió echar a andar Miora, pues dice que había que aprovechar que ya había hackeado el mercado.

“Dije, si se cumplen tres requisitos, lo hago. Uno era conseguir un equipo de primer nivel de co founders; que pudiera hacer el proyecto a nivel internacional de inicio y conseguir el capital de forma muy rápida”, dijo el emprendedor.

En una semana levantó 4,25 millones de dólares en capital de Seaya Ventures- que antes invirtieron en Sin Delantal- y consiguió socios para empezar operaciones en el país.

En seis meses, Miora ha acumulado poco más de 20.000 usuarios registrados en la plataforma con 1.500 reservas mensuales en 1.000 negocios afiliados, de los cuales 350 están en México. La mayor parte micro y pequeñas empresas, los cuales representan la oferta local pero de más calidad.

La proyección del emprendedor es que para diciembre 2016 Miora cuente con 15.000 reservas mensuales en todos los mercados y 100.000 registrados.

Actualmente, la startup opera en cuatro mercados de América Latina —México, Colombia, Chile y Perú— y planea abrir dos más a los largo de 2016.

Si bien Miora no es la única opción de este tipo en el mercado, es la primera startup de este corte en México; otros ejemplos como Soothe, de origen estadounidense, lograron consolidar su mercado en ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Austin y Miami. Su última ronda de inversión en agosto de 2015 fue por 10,6 millones de dólares.

Tijeras evangelistas

Además de acercar servicios de belleza a los clientes citadinos, uno de los objetivos de Ballesteros es digitalizar a los pequeños negocios.

“Buscamos a los que tienen más demanda y los que pueden ofrecer los mejores servicios. Es un trabajo muy puerta a puerta”, dijo Ballesteros.

Al subir a las estéticas a la plataforma también les implementan el software de gestión desarrollado por la empresa, MioraPro, por medio del que los dueños y trabajadores pueden recibir las citas que caen a través de la plataforma, emitir facturas, gestionar horarios y ofrecer promociones.

El primer año de uso del software y la asesoría técnica para usarlo son gratuitos pero, a partir del mes 13, este también se convierte en la base del modelo de negocio de la startup. El costo del uso mensual del software es de 30 dólares, además de los pagos que reciben por comisión de servicios realizados.

“La comisión es de 20% por cada servicio realizado y el salón se queda con el 80%”, dijo.

Ballesteros comenta que una vez pasado el año de inicio, los negocios deciden si quieren seguir usando o no el software; aunque pueden seguir en la plataforma sin echar mano de este. Por ahora, la app opera con establecimientos ubicados en zonas de la ciudad como Polanco, Condesa, Roma, Del Valle y Narvarte, Juárez, Santa fe y Nápoles.

Hacia los próximos años, el emprendedor proyecta que este modelo de negocio, basado en unir oferta y demanda y también llamado “uberizar”, seguirá en crecimiento en regiones en las que la mayor parte de las unidades económicas son Pymes y luchan por migrar al mundo offline. Sin embargo, Ballesteros afirma que trabajar con negocios que transitan del analógico al digital puede generar conflicto.

“En América Latina muchas cosas son por el celular y no es tan complicado que ahora hagan la estética así. El reto es que los salones entiendan las ventajas de estar en estas plataformas, porque al final es un sector analógico que sigue funcionando con agendas en papel”, dijo.