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Nota del editor: Felix Sanchez es el presidente y cofundador de la Fundación Nacional Hispana para las Artes. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.

(CNN) – Donald Trump, toma nota: si quieres construir un muro para dejar a los latinos afuera, mira cómo lo ha hecho Hollywood.

La falta de diversidad en los premios Óscar de 2016 no es ninguna sorpresa para los latinos. Si bien acudimos a la taquilla y servimos como la base del negocio de Hollywood, rara vez eligen a latinos en papeles protagónicos, tanto frente a la cámara como detrás de ella.

Felix Sanchez.

En las 87 ediciones anteriores de los Premios de la Academia, solo unos cuantos hispanos han ganado el premio. Entre ellos están Anthony Quinn, Rita Moreno, Mercedes Ruehl, Néstor Almendros, Gustavo Santaolalla, Penélope Cruz, Benicio del Toro, Lupita Nyong’o, Alejandro González Iñárritu y Emmanuel Lubezki.

Este año, tanto Iñárritu como Lubezki recibieron otra vez nominaciones al Óscar por mejor director y director de fotografía, respectivamente, por “El renacido”.

La intranquilidad racial y étnica experimentada por la temporada de premiaciones de Hollywood en 2016 se parece a lo que Greg Braxton expresó en su informe de 1999 “Fall TV Lacks Diversity”, para el Los Angeles Times. En aquel momento, el presidente de la NAACP, Kweisi Mfume dijo que las cuatro cadenas en inglés más importantes de la época perpetuaban un “encubrimiento virtual en la programación”. Ese año fue el debut de 26 nuevas comedias y dramas sin que un solo programa incluyera a una minoría en un papel protagónico.

Diecisiete años después, la Academia, los estudios y las agencias de talentos deberían sentir vergüenza de sí mismos por encontrarse en el mismo aprieto en cuanto a la selección de personajes. A pesar de todas las pasantías de diversidad, los programas de escritores y las exhibiciones, Hollywood dice mucho, pero hace poco.

Anthony Quinn ganó un premio de la Academia en 1957.

Creo que son tres las fuentes principales por las que Hollywood tiene un muro que deja fuera a los latinos y a otras minorías.

Primero, la diversidad como se discute actualmente se basa en un anticuado paradigma blanco/negro. El asunto de la diversidad tiene que ser triangulado para incluir a los latinos, a los asiáticos e isleños del Pacífico y a los nativos estadounidenses, quienes son marginados en la industria del cine y la televisión a pesar del cambio en las cifras demográficas. Los afroamericanos componen el 13% de las poblaciones nacionales, los hispanos conforman el 17% de la población de Estados Unidos y los asiáticos representan el 5% del país. En conjunto, estas comunidades raciales y étnicas representan el 35% del país.

Según un informe estadístico realizado por la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, “los hispanos son más propensos que cualquier otro grupo a adquirir entradas para el cine (23%) en relación con su participación en la población y con la cantidad de personas que van al cine (17%)”.

El informe también señala que “los afroamericanos y los hispanos reportaron la asistencia anual más alta por cápita por primera vez desde 2014, al asistir en promedio 5,2 veces al año, en un aumento frente a las 4,3 veces al año de 2013”. De igual forma, los asiáticos e isleños del Pacífico aumentaron su asistencia y hubo una muestra adicional de ellos proporcional a su sector demográfico nacional en 2014, en comparación con 2013.

En segundo lugar, la transmisión de los premios Óscar no es el problema, sino lo es la forma en la que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés) determina la membresía. Sabiendo que los miembros votantes del año pasado solo eligieron a personas de raza blanca entre los candidatos en la categoría de actuación, ¿por qué la presidenta de la AMPAS no tomó acciones prontas para reformar las reglas de la votación de los miembros?

Las membresías de por vida deberían ser cambiadas a membresías con tiempo limitado que puedan ser renovadas como una licencia de conducir si los miembros cumplen con ciertos criterios básicos.

Esto no excluye crear una membresía honoraria sin derecho a voto, pero independientemente, la Academia no puede enfocarse únicamente en el reclutamiento como una forma de abordar el problema.

Tercero, enfoquémonos en los estudios y en los agentes de Hollywood.

Un estudio de 2015 de la Universidad de Columbia, llamado “The Latino Media Gap”, encargado en conjunto por la NHFA, encontró que “de 2000 a 2013, entre las 10 películas que más dinero recaudaron por año, la participación de latinos en los papeles protagónicos disminuyó de 2,8% en la década de 2000 al 1,4% en la década de 2010. Al mismo tiempo, el porcentaje de actores latinos en papeles protagónicos bajó a menos del 2%. “Los escritores y productores latinos conformaban el 2%, y los escritores, el 6%”.

Un estudio de 2016 de la Universidad de Columbia que será publicado próximamente, también encargado en conjunto por la NHFA, encontró que de 2008 a 2014, “solo un latino interpretó un papel protagónico en una película, y fue Benicio del Toro en ‘El hombre lobo’ (2010), lo cual representó el 1,2% del total de papeles protagónicos durante este período”.

A la franquicia de “Rápidos y Furiosos” se le atribuye el aumento general en la presencia de latinos en la pantalla grande; se calcula que ha recaudado más de 3.900 millones de dólares alrededor del mundo.

Se espera que el poder adquisitivo de los hispanos alcance 1,5 billones de dólares. Y si los latinos fueran una nación, su economía sería la catorceava economía más grande del mundo.

A pesar de las razones económicas y del nexo político entre el consumo de los medios y la comunidad latina, los estudios constantemente fracasan en contratar, retener y promover a los latinos y a otras minorías en sus filas de gerencia ejecutiva.

Un estudio de 2014 realizado por UCLA, “The Hollywood Diversity Report”, establece que las agencias de talento —los guardianes de Hollywood— “tienen una influencia enorme” y también se han convertido en los agentes de los paquetes de cine y televisión. En 2011, de las 172 películas que fueron examinadas, las películas dominantes representaron a un 9,2% de directores que eran parte de una minoría, 6,3% de escritores parte de minorías y 7,3% de actores principales de alguna minoría.

La falta de diversidad no es un asunto de descuido. Esto se ha estado desarrollando durante mucho tiempo. Los defensores de los medios han estado presionando a los negocios de todos los ángulos para que sean más incluyentes y para que respondan más a sus audiencias principales, pero esto en general ha caído en oídos sordos.

Es refrescante escuchar que figuras como George Clooney dijeron que los premios Óscar “estaban avanzando en la dirección incorrecta”. Sin embargo, recuerdo que George Clooney fue el productor ejecutivo de “Argo”, una película sobre Tony Mendez, un operativo de la vida real de la CIA. Ningún latino fue considerado para el papel. Ben Affleck se eligió a sí mismo para el papel principal. La película ganó un Óscar en 2013 como mejor película y mejor guion adaptado.

Donald Trump habla de construir un gran muro a lo largo de nuestra frontera sur para impedir que los mexicanos y latinoamericanos entren a nuestro país, un muro por el que México pagará, según dice. ¿No es irónico que Hollywood ya haya construido un muro digital que excluye a los latinos, un muro que los latinos pagaron para construir?