(CNNMoney) – Consulta: Actualmente tengo una inversión en acciones, pero ahora estoy pensando que también debería comprar algo de oro, solo por la razón de cubrir todas las bases. ¿Crees que esto es una buena idea ? J.H, Pensilvania.
No veo el oro como un activo que los inversores individuales “deban tener”. En mi opinión, si tienes una cartera ampliamente diversificada de acciones y bonos que realmente refleje tu tolerancia al riesgo, puedes funcionar perfectamente bien sin el oro (por no hablar del abanico de otras inversiones “alternativas” que los asesores promocionan tanto en estos días).
Pero si realmente tienes la intención de invertir en un poco de oro como una forma de diversificar más allá de una cartera equilibrada de acciones y bonos —o cubrir todas las bases, como dices— supongo que eso puede ser un movimiento bastante razonable, siempre y cuando lo hagas de la manera correcta. Para mí, eso significa dedicar, por ejemplo, entre 5% y 10% de tu cartera total a alguna forma de oro (lingotes, monedas o, más probablemente un ETF que invierta en oro físico) y luego reequilibrar periódicamente y/o comprar o vender oro para que el valor de tu apuesta en oro se mantenga más o menos con el mismo porcentaje de tus activos independientemente de si los precios del oro han estado subiendo o bajando.
La razón detrás de esta estrategia es que el oro a largo plazo puede proporcionar una cobertura decente contra la inflación y ofrecer cierta protección para tu cartera en tiempos económicos y políticos turbulentos.
Además, debido a que los precios del oro no siempre se mueven en sincronía con precios de las acciones —el precio del metal subió 26% desde el máximo del mercado de valores de fines de 2007 previo a la crisis financiera hasta su punto mínimo a principios de 2009, mientras que precios de las acciones se desplomaron más de un 55%—, poseer un poco de oro podría mitigar los altibajos de una cartera tradicional de valores y bonos.
Asignación de activos: determina tu mezcla
Pero no creo que la mayoría de los inversores individuales tomen un enfoque disciplinado y metódico para poseer oro. Por el contrario, las personas tienden a emocionarse por poseer oro (y muchos asesores comienzan a promocionarlo) cuando los inversores están preocupados por una crisis en el mercado de valores (como ha sido el caso en estos días) o cuando hay alguna crisis económica o política potencialmente calamitosa en gestación en algún lugar del mundo.
El resultado es que muchos inversores terminan añadiendo oro a su cartera cuando todo el drama, la ansiedad y el bombo ha impulsado el oro a niveles reaccionarios desde los que puede caer precipitadamente y luego languidecer durante años.
Por ejemplo, la última vez que el clamor por el oro se puso al rojo vivo fue en el otoño de 2011, cuando los problemas de deuda de Grecia, Italia y España y las preocupaciones sobre la deuda de la zona euro dominaban en general los titulares. Y, de hecho, el oro parecía lleno de promesas en aquel entonces, al avanzar desde poco menos de 1.400 dólares por onza a principios de 2011 a cerca de 1.900 dólares por onza a principios de septiembre, para registrar una ganancia de más de 36% en menos de nueve meses.
Pero a medida que las preocupaciones de una crisis de deuda del euro se desvanecían, también lo hizo el precio del oro, que eventualmente retrocedió a menos de 1.100 dólares por onza a finales del año pasado.
Este año, la agitación social y las preocupaciones sobre el crecimiento global mediocre han impulsado el precio del oro otra vez, en aproximadamente 15% en lo que va de año. No obstante, en este punto, al menos, los inversores que invirtieron en oro hace casi cuatro años y medio en busca de una percibida seguridad, por una oportunidad de ganancias potenciales o por la razón que sea, mantienen pérdidas de alrededor del 30%.
Si la turbulencia actual del mercado continúa y las perspectivas de crecimiento mundial siguen siendo inciertas, supongo que el oro podría ampliar las ganancias que ha acumulado en lo que va del año y posiblemente incluso vuelva o supere su pico de 2011 de casi 1.900 dólares por onza. Por otra parte, si las acciones reviven y los temores de una desaceleración económica se calman, el encanto de los inversores con el oro podría desvanecerse y su precio podría estancarse o disminuir.
No pretendo saber qué pasará con el oro en el futuro, y no creo que nadie más lo sepa tampoco. Pero te puedo decir que si estás pensando en invertir en oro, debes saber que es extremadamente volátil y, después de picos periódicos en su precio, puede caer y permanecer a precios muy bajos durante un largo tiempo. (Después de caer desde un máximo de 850 dólares por onza en 1980, tardó 28 años en recuperar y luego superar ese pico).
Puedes hacer que la volatilidad trabaje a tu favor de alguna manera al adoptar el enfoque que describí anteriormente: es decir, poner un cierto porcentaje de tu cartera en oro y mantener ese porcentaje, independientemente de lo que esté sucediendo con el precio del oro.
Sin embargo, debes saber que seguir esa estrategia requiere de disciplina y de llevar un poco la contraria, ya que podrías estar comprando menos oro (o incluso vendiendo) cuando todo el mundo está emocionado por el oro y su precio se ha disparado, y podrías estar comprando más oro cuando el metal es impopular y su precio se ha desplomado.
Apegarse a un régimen de este tipo es difícil para muchas personas. La mayoría de los inversores prefieren ir con la multitud. El enfoque más popular es lo que estamos empezando a ver ahora: la gente salta hacia el oro cuando el miedo es muy abundante y la gente busca seguridad. Pero no considero eso una estrategia. Básicamente se trata de una reacción emocional y potencialmente peligrosa, ya que se corre el riesgo de comprar solo después de que los inversores ansiosos ya han impulsado significativamente el precio.
En pocas palabras: te sugiero que pienses mucho acerca de la razón por la que quieres comprar oro. Si es principalmente por diversificación, como sugeriste —y estás dispuesto a adoptar el enfoque sistemático que he descrito—, bien (aunque también debes tener en cuenta algunos detalles tributarios respecto a los fondos indizados en Bolsa de oro y sobre el oro depositado en cuentas, y las regulaciones para inversiones en las cuentas individuales de retiro).
Pero si la verdadera razón por la que te atrae el oro es el hecho de que se ha convertido en la inversión de moda debido a la ansiedad actual de los inversores o porque (erróneamente) imaginas el oro como una protección contra las pérdidas, entonces te recomiendo que lo dejes pasar.