(CNN) - El secretario de Defensa, Ash Carter, lo hizo oficial: ISIS ha rescatado a uno de sus más mortíferos enemigos, el A-10 Thunderbolt de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
El poco elegante pero bien armado y acorazado avión a reacción de ataque terrestre, apodado “Warthog” (jabalí), se enfrentaba a un rápido retiro luego de que la Fuerza Aérea dijera que necesitaba el dinero y las tripulaciones que se usaban para mantener a los A-10 en vuelo para los nuevos F-35 y otras misiones.
Entonces llegó la Operación Resolución Inherente (OIR, por sus siglas en inglés), la campaña de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico en Siria e Iraq.
“En diciembre pasado, cuando estuve en la Base Aérea de Incirlik en Turquía, ví algunos de los A-10 que vuelan en misiones de bombardeo contra ISIL (el término del Pentágono para ISIS), y necesitamos la capacidad de carga explosiva adicional que estos pueden sumar al combate”, dijo Carter, en su declaración sobre el presupuesto del Pentágono, para el año fiscal 2017 ante un subcomité de asignaciones de la Cámara de Representantes.
“Estamos posponiendo el retiro final de los A-10 hasta 2022, para que podamos mantener más aviones que puedan lanzar bombas inteligentes contra ISIL”, le dijo Carter al comité.
El responsable de Defensa dijo que hay planes para mantener al A-10 en el inventario de la Fuerza Aérea hasta 2022.
“A medida que se acerca el 2022, los aviones A-10 serán reemplazados por aviones F-35 solo en una base de escuadrón por escuadrón, a medida que haya disponibilidad, a fin de asegurarnos de que todas las unidades tengan suficiente carga y de que retendremos los suficientes aviones necesarios para librar los combates actuales”, dijo Carter.
El plan para mantener activos los A-10 aparecía en el presupuesto del Pentágono que se publicó a principios de este mes. La novedad, el jueves, fue que el principal funcionario de Defensa de la administración de Obama vinculó dicho plan con ISIS.
Durante meses, algunos senadores republicanos, como John McCain por Arizona, y Kelly Ayotte por Nuevo Hampshire, insistieron ante el departamento de Defensa para que mantuviese los A-10.
“Como aprendió ISIS de primera mano, el A-10 representa el avión de apoyo aéreo cerrado más eficaz y mortífero de nuestra nación”, dijo Ayotte en una declaración a principios de mes.
“Espero ver que nuestros pilotos de los A-10 sigan haciendo importantes progresos en la lucha contra ISIL en Oriente Medio mediante el fortalecimiento de los esfuerzos de la OTAN por disuadir a Rusia de su agresión en Europa Oriental y el apoyo de las misiones vitales para la seguridad nacional de Estados Unidos, dondequiera que se necesite”, decía el comunicado de McCain.
En noviembre se hizo hincapié en el papel de los A-10 en la lucha contra ISIS en la Operación Tidal Wave II, cuando estos, junto con aviones con armamento pesado de ataque AC-130, destruyeron 116 camiones cisterna de combustible de ISIS.
A diferencia de los F-35 multipropósito que los reemplazarán, los A-10 son los únicos aviones de la Fuerza Aérea diseñados específicamente para apoyo aéreo cerrado, una misión que se ha hecho urgente en la lucha contra ISIS.
El “Warthog” de alas rectas puede volar en círculos durante largos períodos alrededor de un objetivo y además es sumamente maniobrable a bajas velocidades y alturas.
Así que, cuando las tropas terrestres se encuentran en problemas –y demasiado cerca del enemigo como para que los cazas a reacción lancen bombas sin arriesgarse a provocar bajas por fuego amigo– los pilotos de los A-10 pueden volar por encima de las colinas día y noche, bajo cualquier condición meteorológica, y hacer contacto preciso y extenuante con los objetivos terrestres mediante su poderoso cañón Gatling de siete tubos de 30 mm, el cual dispara proyectiles de uranio empobrecido a razón de 3.900 rondas por minuto.