Familiares de los 43 estudiantes de la escuela de maestros de Ayotzinapa durante la conferencia en la que se dieron a conocer las primeras conclusiones de un grupo independiente de expertos de la CIDH sobre la desaparición de los jóvenes normalistas.

(CNN Español) – La Procuraduría General de México (PGR) anunció un nuevo peritaje en el basurero de Cocula en el que se cree que fueron incinerados los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en septiembre de 2014.

A través de un comunicado, la PGR indicó que el grupo el GIEI, un grupo de especialistas internacionales y de México “con una reconocida trayectoria académica y profesional deberá analizar el evento del fuego en el basurero municipal en Cocula, Guerrero”.

El informe será entregado el 31 de marzo y según la institución, “toda la información que se encuentre en el expediente por parte de los distintos peritos e instancias será puesta a consideración de los expertos, será analizada y contrastada antes de emitir su propio informe”.

En septiembre de 2015, un grupo de especialistas de la CIDH descartó la llamada “verdad histórica” del entonces procurador Jesús Murillo Karam quien aseguró que los jóvenes fueron detenidos por policías corruptos —asociados con un grupo de narcotraficantes—, luego ejecutados, sus cuerpos incinerados en un basurero y los restos arrojados a un río.

En días pasados, otro grupo de científicos argentinos constató que en efecto no existe evidencia científica que indique que los estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula.

La Procuraduría señaló que continuará avanzando de manera paralela en las averiguaciones para esclarecer los hechos que llevaron a la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero.

Los 43 estudiantes de una escuela para maestros en la población de Ayotzinapa, estado de Guerrero, desaparecieron el 26 de septiembre de 2014. Según las autoridades mexicanas, los estudiantes iban a manifestarse cuando fueron atacados por oficiales de policía corruptos —asociados con un grupo de narcotraficantes—, luego ejecutados, sus cuerpos incinerados en un basurero y los restos arrojados a un río.

Los padres no han parado de buscar a sus hijos y tampoco han dejado de protestar en todo México. Dicen que seguirán protestando hasta que ocurra una de estas dos cosas: que sean encontrados vivos o que se demuestre científicamente que fueron asesinados.