Existen esfuerzos en curso para convertir el Ejército Popular de Liberación en una fuerza militar que integre mejor las fuerzas terrestres con la marina, la fuerza aérea y las unidades de misiles en operaciones de comando conjuntas.

Nota del editor: Yvonne Chiu es profesora asistente en la Universidad de Hong Kong especializada en fuerzas armadas y diplomacia de China. Las opiniones expresadas aquí son exclusivamente suyas.

(CNN) – El ejército chino está enviando fuertes señales de que se está preparando para competir con Estados Unidos como superpotencia mundial, dedicándose a una campaña de reforma polifacética para modernizar y profesionalizar su ejército.

Uno de los desarrollos más significativos es el plan que tiene China de establecer una base militar en el exterior —la cual sería la primera de la China contemporánea— en Yibuti. La construcción inició el mes pasado.

Ha habido algunas especulaciones de que China negoció un contrato a diez años, aunque China no confirmará detalles de lo que cuidadosamente llama “instalaciones de apoyo militar”.

El propósito declarado es proporcionar “una mejor logística y salvaguardar las fuerzas de preservación de la paz de China en el Golfo de Adén, en la litoral de Somalia y otras tareas de ayuda humanitaria de la ONU”, incluyendo las misiones de lucha contra la piratería, según el portavoz del Ministerio de Defensa Nacional, Wu Qian.

La nueva base de China estará cerca de la única base militar de Estados Unidos en África, también en Yibuti.

Se trata de una ubicación sumamente estratégica y ofrecería una mayor capacidad para proteger los embarques de petróleo y brindar mayor acceso a la Península Arábiga.

Recorte presupuestario; tropas reducidas

China anunció el sábado que su presupuesto militar aumentaría en un 7,6% en el 2016 —más lento que los aumentos de dos dígitos en años anteriores— pero el aumento real probablemente será mucho mayor.

Su anunciada reducción de 300.000 tropas en septiembre en un enorme desfile militar, inicialmente parecía tratarse de un recorte de un poco de peso muerto, ya que el Ejército de Liberación del Pueblo aún contaría con dos millones de personas, pero recientemente ha habido indicios de que los recortes estarán destinados a los cuerpos de oficiales… incluyendo funcionarios políticos.

Esto es parte de un programa de transformación más amplio durante los próximos dos años para reestructurar el ejército.

En febrero, las siete regiones de comando militar fueron racionalizadas a cinco (norte, sur, este, oeste, central); algunas agencias que regulan el armamento, la logística y la política han sido puestas directamente bajo la autoridad de la Comisión Militar Central de Partido Comunista de China.

Existen esfuerzos en curso para convertir el Ejército Popular de Liberación de una fuerza militar dominada por el ejército por una que integre mejor las fuerzas terrestres con la marina ahora periférica, la fuerza aérea y las unidades de misiles (Fuerza de Cohetes del EPL) en operaciones de comando conjuntas.

Estos son esfuerzos para mejorar no solo la eficacia de las fuerzas militares, sino también para aplicar un mayor control del Partido sobre el EPL, el cual ha sido más autónomo en el pasado.

Ventas de armas

Dado que hasta ahora casi duplica sus ventas de armas durante esta década, China se ha convertido en el tercer mayor exportador de armas del mundo detrás de Estados Unidos y Rusia, y el mes pasado, mostró su avión de combate más antiguo J-10 en la exposición aeronáutica de Singapur con el fin de venderlo.

(Los posibles compradores podrían incluir a Pakistán, Irán o Siria, aunque esta es una especulación).

Poder vender armas no solo es una fuente de ingresos, sino también una señal de influencia militar y liderazgo mundial, y puede ayudar a reafirmar las alianzas políticas.

China también adquirió su primer portaaviones al reacondicionar un antiguo portaviones soviético incompleto, y llevó a cabo su primer aterrizaje exitoso del avión de combate (J-15) en la base del portaviones en el 2012. Además, está tratando de construir su segundo portaaviones de forma autóctona.

Esto por lo general es considerado como una indicación de que desarrollará una marina para combate en alta mar (una capaz de operar a través de océanos abiertos), la cual al momento de comprar el portaaviones parecía menos plausible, pero ahora debe ser reconsiderada frente a la reestructuración institucional que hará posible un mando conjunto de las fuerzas.

Más allá de sus fronteras

Con cada uno de estos acontecimientos, China está tratando de satisfacer los criterios para tener las características requeridas de una superpotencia mundial. Esto marca un cambio histórico e ideológico significativo.

El EPL hasta hace poco tiempo se ha enfocado en la protección de fronteras de China, en parte porque, ideológicamente, China ha rechazado las actividades (en especial el mantenimiento de las bases militares en el extranjero) que considera fascistas o imperialistas.

Los esfuerzos para restaurar y recuperar la posición que China merece en el mundo también sirven a un propósito interno y también se ha convertido, sin saberlo, en uno de los puntos de referencia para la legitimidad del Partido, en tanto que es capaz de dictar las retóricas nacionalistas que aviva.

Tomados en conjunto, ¿acaso estos acontecimientos desmienten la afirmación de China de llevar a cabo un “ascenso pacífico?” Sí y no. Es evidente que China quiere competir con Estados Unidos y no solo en la región de Asia y el Pacífico.

Ha empezado a hacerlo regionalmente al reclamar el Mar Meridional de China y construir “islas” con el fin de comprobar las reacciones internacionales a sus intentos de extender su soberano territorio.

Sin embargo, las capacidades futuras de largo alcance que ofrecerán las fuerzas conjuntas de operaciones, los portaaviones y bases en el extranjero, sin lugar a dudas indican que China tiene la intención de ser una superpotencia mundial algún día.

Esto no significa que China quiere un conflicto, ya sea en el Meridional o el Mar de China Oriental. Es probable que perdería contra la mayoría de los enemigos significativos en un futuro próximo, especialmente contra Estados Unidos.

China no ha luchado una guerra desde 1979, y una guerra contemporánea requeriría prácticas muy diferentes a las utilizadas en Vietnam. Mientras tanto, una pérdida significativa militar pondría en tela de juicio la legitimidad del Partido y tendrá enormes consecuencias para su longevidad.

Un “ascenso pacífico” es claramente cautelar: el Partido desearía que China se convierta en una superpotencia mundial sin tener que luchar en una guerra, pero está caminando una línea peligrosa.