(CNNMoney) – Hay una muy buena razón por la que el mercado de valores ha aumentado casi 10% en el último mes: la economía de Estados Unidos se parece un poco al conejito de Energizer.
Eso es especialmente cierto cuando se compara con muchas otras partes del mundo (especialmente con China).
Las empresas estadounidenses están contratando, la gasolina está barata, las ventas de automóviles están en auge e incluso el déficit público se está reduciendo.
En febrero, Estados Unidos añadió 242.000 empleos. Eso superó por mucho las expectativas de apenas 190.000 puestos de trabajo y tranquilizó a muchos sobre la salud de la economía.
“La probabilidad de una recesión este año en mi mente es cercana a cero”, dice Bob Doll, director de estrategia de renta variable de Nuveen Asset Management.
Sin embargo, pocos fuera de la Casa Blanca están dispuestos a llamar a esto una victoria. La mayoría de los expertos dicen que es una sólida calificación de B o B+ economía: buena, pero no excelente.
La economía de Estados Unidos tiene tres grandes moretones ahora mismo que están recibiendo mucha atención en la campaña presidencial de 2016: los salarios se han estancado, el crecimiento es mediocre y el sector manufacturero es débil.
1. “Es una economía rezagada”, dice Stuart Hoffman, economista en jefe de PNC. La economía está avanzando con dificultad a un crecimiento de alrededor del 2%. Eso es decente, pero mucho más lento que el promedio de 3% que Estados Unidos experimentó desde la década de 1960 a 2006.
Además de eso, la familia típica de clase media se está llevando a casa aproximadamente la misma cantidad de ingresos que ganaba hace 20 años (una vez que las cifras se ajustan a la inflación).
La noticia de que grandes minoristas como Walmart y Costco elevarían sus salarios para los trabajadores de nivel básico despertó la esperanza de que los estadounidenses en todo el espectro de las clases sociales finalmente obtendrían un verdadero impulso a sus ingresos.
2. Pero el crecimiento del salario fue decepcionante en febrero. Con un desempleo tan bajo, los mejores modelos económicos dicen que los salarios deberían estar subiendo mucho ahora, pero el rebote ha sido más como una sacudida en la cabeza que un salto real.
“Esto fue un paso hacia atrás”, escribió Michael O’Rourke de Jones Trading en una nota. “La debilidad en las ganancias por hora promedio plantea preguntas acerca de la calidad de los empleos creados, lo cual ha sido un tema recurrente a lo largo de la recuperación y la expansión”.
La economía B+ podría durar algún tiempo
Los optimistas argumentan que Estados Unidos probablemente podrá arreglárselas con una economía en modo B+ durante algún tiempo. Las expansiones económicas suelen durar 56 meses antes de que golpee una recesión. Estados Unidos ya está en el mes 80 del ciclo actual, y pocos están hablando de una recesión en el corto plazo.
Pero lo preocupante es si Estados Unidos podrá alguna vez salir de este fuego lento. ¿Podrá volver a la calificación de A? ¿O incluso evitar caer en la calificación C cuando el siguiente impacto global se produzca?
3. El próximo presidente seguramente se enfrentará a un país con una población en envejecimiento. Para ponerlo de otra manera, la mano de obra estadounidense —y su base fiscal— se está reduciendo. Eso dificulta el crecimiento. Algunos se preguntan si Estados Unidos será capaz de volver a un crecimiento promedio anual del 3%.
Hay dos partes en la fórmula de crecimiento: se necesita más gente que trabaje (lo cual parece poco probable a menos que haya una gran ola de inmigración) o se necesita que los trabajadores actuales sean más productivos.
Jeb Bush fue criticado por su sugerencia del verano pasado de que los estadounidenses tienen que trabajar más horas.
No fue una gran línea de campaña, pero en teoría, tiene razón. El aumento de la productividad conlleva más horas de trabajo o, si no, mejor tecnología. Pero como el New York Times escribió recientemente, hasta el momento, Silicon Valley no nos ha “salvado” de una caída en la productividad.
La tecnología no está ayudando lo suficiente como para contrarrestar todas las otras fuerzas operativas que están frenando la economía.
El demócrata Bernie Sanders, y en cierta medida Hillary Clinton, abogan por un mayor gasto gubernamental para impulsar el crecimiento. Economistas como Larry Summers han estado diciendo esto durante algún tiempo.
Republicanos como Donald Trump, Ted Cruz y Marco Rubio dicen que la cura es recortar el gobierno. Estados Unidos tiene que dejar de gastar en exceso y acumular deudas, y necesita recortar las regulaciones que están frenando los negocios.
El pueblo estadounidense votará por su medicina preferida. Pero será algo muy improbable esperar que cualquiera de estas políticas recargue la economía de vuelta a los días de antaño.
Los temores de una recesión se están desvaneciendo, pero nadie está hablando de un auge.
“Hay una gran diferencia entre una recesión y un crecimiento lento”, dice el estratega de Nuveen Asset Management Doll. “Al igual que hay una gran diferencia entre un crecimiento lento y un gran crecimiento”.