(CNN) – Dani, de 15 años, entra a la biblioteca de Serendipity Center en Portland, Oregón.
Tranquila y reservada, su rostro se ilumina cuando ve que los visitantes la están esperando: “Siento como si fueran mis amigos”, dice Dani. “Siempre solía hablar con ellos y me hacían sentir feliz”.
Los visitantes de Dani en realidad son dos animales. Suaves, esponjosos, amables, tolerantes… estos dos no son los habituales perros de terapia.
De hecho, no son perros en lo absoluto. Rojo, la llama, y Napoleón, la alpaca, están cambiando el rostro de los animales de terapia al noroeste del Pacífico.
Principios humildes
“Todos simplemente necesitan un poco de felicidad y alegría en los lugares más inesperados”, dijo Lori Gregory.
Unas horas antes, ella y su hija Shannon estaban paseando a Rojo y Napoleón por el centro de Portland. De cierto modo eran el espectáculo. Incluso en esta ciudad, conocida por tener una personalidad peculiar, este grupo atrajo a una multitud.
Fotos, abrazos, selfies y muchas risas… eso es lo que Rojo y Napoleón pueden hacer. Eso es lo que Lori y Shannon han compartido con el área de Portland durante 8 años y lo siguen haciendo.
“Nunca soñamos con trabajar con llamas y alpacas”, dijo Lori. “Llegamos a Oregón hace 20 años y compramos un poco más de una hectárea. Básicamente, nos cansamos de cortar el césped, así que fuimos a la feria en busca de algunos animales para que se lo comieran y lo mantuvieran recortado”.
Las llamas de bajo mantenimiento les llamaron la atención. Así que fueron a comprar llamas a una granja local. Una llama de color rojo, llamada Rojo, se convirtió en su primera llama.
“Rojo simplemente destacaba de entre todas las otras llamas que estaban allí”, dijo Lori. “Todas las otras llamas estaban afuera jugando con sus amigos en el pasto, y Rojo solo tenía cuatro meses en ese entonces; él simplemente seguía a su dueña alrededor del patio mientras ella hacía las tareas domésticas”.
Eso fue hace 13 años. Desde entonces, Rojo sin duda ha crecido —ahora pesa más de 180 kilos—, pero su personalidad nunca ha cambiado.
“Su temperamento siempre se ha mantenido igual”, dijo Lori. “Es muy amable con la gente, se deja acariciar con mucha facilidad y le gusta estar en nuevos entornos. Simplemente estamos tan agradecidas de tenerlo y llevarlo a pasear, porque todo el mundo se enamora de él”.
Eso es lo que atrajo más a Lori y Shannon. Rojo le brinda alegría a todos los que lo conocen, independientemente de la edad, el género, o casi cualquier otra clasificación que se pueda imaginar; Rojo logró llegar a todos ellos. Así que cuando alguien sugirió que lo certificaran como un animal de terapia, fue una decisión fácil.
Besos de zanahoria
Hace ocho años, tuvieron que pasar por un largo proceso para obtener la certificación de Rojo. Desde entonces, Lori dice que han hecho más de 1.000 visitas, y agregaron a otras cuatro llamas y tres alpacas. Ahora salen casi todos los días de la semana, como parte de la organización sin fines de lucro que iniciaron, llamada Mountain Peaks Therapy Llamas and Alpacas.
“Realmente es genial llevar a un animal gigante de 181 kilos a todas partes”, dijo Shannon. “Muchas veces, al principio te ven con una mirada de asombro. Y luego obtienes esta intriga. ‘Quiero sentir lo suave que es. Se ve genial’. Y luego cuando ponen una zanahoria en sus labios, y él les da un beso, de inmediato transmite una alegría pura”.
Estos “besos de zanahoria” son populares… pegan una zanahoria entre sus labios y Rojo, o Napoleón, la tomarán. Las llamas no tienen dientes superiores, solo dientes inferiores, por lo que no muerden. Shannon y Lori cortan bolsas de zanahorias todos los días para llevar con ellas. Desde el Serendipity Center hasta Innovative Services —para personas con necesidades especiales— los besos de zanahoria son lo más destacado.
“Siempre me encanta ver el entusiasmo de la gente cuando reciben el primer beso de la llama”, dijo Shannon. “Quiero decir, sucede cientos de veces durante cada visita. El solo ver a la gente tan aturdida y ser esa fuente de alegría, realmente… me motiva”.
La Clínica Mayo dice que la terapia asistida con animales puede reducir el dolor, la depresión, la ansiedad y la fatiga. La sonrisa y la risa también son buenos para tu salud y la longevidad. Se ha demostrado que el simple hecho de sonreír activa los centros de felicidad en el cerebro, lo que afecta el estado de ánimo. Incluso una sonrisa forzada lo hará.
Pero no te equivoques… con Rojo y Napoleón alrededor, nadie es obligado a sonreír. Esta es una alegría pura y genuina.
“Cuando recibimos la primera certificación de terapia para Rojo, pensé ‘oh, esto va a ser divertido’”, dijo Lori. “La primera visita que hicimos, Shannon iba a la delantera y lo llevaba a un centro de rehabilitación. Y yo de cierto modo iba atrás de él con todas las enfermeras, y cuando ella lo llevaba a lo largo de las cabeceras, oía que se emocionaban mucho. Decían: ‘guau, Herald no ha hablado en un mes y ¡lo oí decir que es lindo! O bien, ‘mira, Helen está tratando de sentarse y ella no se ha movido durante semanas’. Cada habitación a la que íbamos, era como ver que ocurrían milagros”.
Rojo se está convirtiendo un tanto en celebridad por aquí. Shannon ha escrito incluso un libro para niños sobre él. Para este equipo de madre e hija, es otra forma de compartir a Rojo con los que lo necesitan o que simplemente necesitan una sonrisa.