El joven australiano Oliver Bridgeman.

(CNN) – Un adolescente australiano quedó varado en Siria después de que su pasaporte fue cancelado “injustamente” por el gobierno australiano, dijo su abogado.

Alex Jones apeló la decisión de Canberra de cancelar el pasaporte de Oliver Bridgeman, de 19 años. Bridgeman no puede regresar a su casa a menos que viaje con el documento anulado, un crimen que bajo la ley australiana se castiga hasta con 10 años de prisión.

“Para irse de Siria, tiene que cometer un delito y es su única forma de salir”, dijo Jones a CNN. “Lo están forzando efectivamente a cometer un delito (con el fin de volver a casa). No le han ofrecido ninguna inmunidad o indemnización por ello”.

Jones dice que el gobierno no ha estado en contacto con la familia o equipo legal del joven, excepto cuando la Policía Federal Australiana (AFP) llevó una orden de arresto Bridgeman a sus padres.

La AFP se negó a hacer más comentarios sobre el caso al ser contactada por CNN.

Bridgeman, quien se convirtió al Islam, está acusado de entrar al país en guerra “con la intención de participar en actividades hostiles”. Pero él sostiene que no es un combatiente extranjero y nunca tuvo la intención de serlo. Dice que simplemente estuvo trabajando en entrega de ayuda.

La política de cancelación del pasaporte está dirigida a disuadir a más australianos que pretenden convertirse en combatientes extranjeros.

Más de 120 australianos se fueron a Siria e Iraq desde que comenzó la guerra hace cinco años, según un informe del gobierno de Australia del año pasado.

Al menos 30 han regresado. Entre ellos Ashley Dyball, que llegó a su casa en diciembre después de luchar con las fuerzas kurdas en Siria.

Otros jóvenes australianos, como Reece Harding, quien murió por una mina terrestre cuando se unió a un grupo de resistencia kurda, nunca regresaron.

“Solo estoy ayudando”

El domingo, Bridgeman apareció en 60 minutos Australia a través de Skype para contar su versión de los hechos. Negó haber ido a Siria por cualquier otra razón que no fuera ofrecer ayuda humanitaria.

“Soy inocente. He estado haciendo trabajo de asistencia desde el primer día. Yo he dicho claramente el trabajo que estoy haciendo aquí”, dijo.

“No he tomado ningún arma. No he estado en ningún campo de entrenamiento. No quiero tener nada que ver con ellos. No tengo vínculos con estas organizaciones terroristas ni participo en la lucha ni nada de eso”.

Sus padres, que también hablaron en 60 Minutos, dijeron que no supieron que su hijo se había ido a Siria hasta después del hecho y que se asustaron.

El padre dijo que su hijo está siendo injustamente castigado por el gobierno.

“No hemos hecho nada malo”, dijo Andy Bridgeman. “Somos una familia buena. Hemos sido respetuosos. Obedecemos la ley. Probablemente es solo un joven que solo quería cambiar el mundo. Si el gobierno piensa que eso es un crimen, entonces no queda nada, de verdad”.

Por ahora, Oliver y su familia solo pueden esperar que el gobierno les dé más indicaciones.

“Para ser honesto, no estoy realmente seguro (de cuáles son los próximos pasos)”, dijo el abogado.”En algún momento esperamos que el gobierno contacte con nosotros y nos indique qué quieren que hagamos. Hasta el momento no han ofrecido una explicación. Nadie nos ha contactado”.

“Nadie nos ha dicho qué quieren que hagamos”.