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(CNN) – Los principales candidatos Hillary Clinton y Donald Trump dominaron uno de los días más importantes de la carrera presidencial de 2016 hasta la fecha.

Trump superó la controversia acerca de las violentas manifestaciones que se han producido en sus mítines esta semana y Clinton silenció las críticas sobre sus acuerdos comerciales con grandes victorias en Ohio e Illinois sobre Bernie Sanders.

Sin embargo, el conteo de los delegados republicanos está a punto de convertirse en una obsesión nacional. La victoria del gobernador de Ohio, John Kasich, en su estado natal —y sus 66 delegados— hace que el camino hacia la nominación sea más difícil para Trump, y hará que todos en el mundo político saquen su calculadora.

Estas son cinco conclusiones de las elecciones del martes:

El eje central de Clinton, toma dos

Después de sus victorias en el supermartes de hace dos semanas, Clinton buscó enfocarse en las elecciones generales. Hizo a un lado sus ataques habituales contra Sanders y empezó a suavizar las cosas con sus partidarios jóvenes y más liberales.

Entonces Sanders frustró todo eso con su impactante victoria en Michigan la semana pasada.

Una campaña de Clinton más estable compensó esa pérdida, y algo más, al aplastar a Sanders en Florida, Carolina del Norte y Ohio el martes, lo que le impidió repetir lo que había logrado. Ella también ganó en Illinois y a las 2 a.m. luchaba contra Sanders en Missouri.

Y después, Clinton, quien sabe que Sanders no se saldrá de la contienda próximamente, volvió su mirada hacia noviembre y hacia Trump. El mensaje para los demócratas: las elecciones generales están aquí, y voy a hacerle frente al favorito del Partido Republicano.

Ella criticó a Trump repetidamente durante su discurso en West Palm Beach, Florida, solo a unos pocos minutos del complejo de Trump en ese lugar, y en un momento dado afirmó lo siguiente: “Cuando escuchamos que un candidato a la presidencia hace un llamado a deportar a 12 millones de inmigrantes, a prohibir que los musulmanes entren a Estados Unidos, cuando acepta la tortura, eso no lo hace fuerte, sino hace que esté equivocado”.

Otra gran noche para Trump

Trump ganó en grande: derrotó a Marco Rubio en Florida y acumuló puntos de sobra en Illinois y Carolina del Norte, mientras luchaba hasta el final con Cruz en Missouri.

Vimos un candidato desafiante. La violencia que estalló en su mitin en Chicago el pasado fin de semana no impidió que ganara en el estado. Las críticas de los medios solo lo llevaron a que le diera un golpe a los “reporteros desagradables” y saliera sin responder a una sola pregunta, aunque su campaña había promocionado su evento de la noche electoral como una “conferencia de prensa”.

Mientras el volumen y el temor sobre Trump ascendió a un nuevo nivel, una vez más el favorito del Partido Republicano puede decir: gané.

Esta quizá sea la mejor evidencia de la suprema confianza de Trump: el gerente de campaña Corey Lewandowski, quien se vio en problemas luego de ser acusado por una reportera del sitio Breitbar, que está a favor de Trump, por haberla tocado durante un mitin la semana pasada, se encontraba en el escenario al lado de Trump, quien lo mencionó.

“Corey… buen trabajo, Corey. Excelente trabajo”, dijo Trump.

El estrecho camino de Kasich hacia Cleveland

Así que Kasich ganó en su estado natal de Ohio, y se llevó a sus 66 delegados. Fue una victoria impresionante sobre Trump.

Pero ¿a dónde va a partir de aquí?

Esta es la primera vez que Kasich ha ganado un estado, y va muy por detrás de Trump y Cruz en el conteo de delegados. Él ha hecho grandes apuestas en otros dos estados: Nuevo Hampshire y Michigan, y perdió en ambos. Si no logró ganar ahí, no está claro dónde puede ganar… excepto como un candidato con posibilidades en la Convención Nacional Republicana que se llevará a cabo en Cleveland en julio.

Sin embargo, hay obstáculos en el camino para un candidato que ahora enfrentará un mayor escrutinio. Trump ha atacado implacablemente al gobernador de Ohio. Ted Cruz probablemente criticará su decisión de ampliar Medicaid bajo Obamacare. Y su imagen de alguien no tan agradable de sus días en el Capitolio podría afectarlo.

Kasich le apuesta a que tendrá buenos resultados en estados que otorgan delegados de manera proporcional, como Nueva York, Connecticut, Oregón y Washington, y las contiendas en las que el ganador se lo lleva todo como las de Wisconsin, Maryland, Pensilvania, Indiana y California.

En la convención, dijo la campaña de Kasich en un memorando, los delegados de Rubio probablemente se unirán al gobernador de Ohio, “lo que llevará a los tres candidatos muy cerca de la igualdad en una segunda votación”.

A partir de ahí, él podría presentar el argumento de que él es el candidato mejor equipado para enfrentar a Clinton.

El mensaje de Kasich ha sido abrumadoramente positivo, pero efectivamente empezó a generar algunos contrastes implícitos con Trump el martes por la noche.

“Lo importante es que nos unamos, no que nos separemos”, dijo.

En otra frase enfocada en Trump, Kasich dijo lo siguiente: “No tomaré el camino más bajo hacia el cargo más alto del país”.

Es más probable que haya una convención abierta

La victoria de Trump de anoche aún no fue suficiente para desestimar las probabilidades de que haya una convención abierta en Cleveland.

El hecho de que Kasich se haya llevado los 66 delegados de Ohio complica las cosas para Trump. Incluso después de ganar en 18 de los primeros 27 estados, cuando Missouri sigue con el conteo, Trump necesita ganar a tres de los cinco delegados en juego para llevarse los 1.237 que necesita a fin de ganar definitivamente la nominación del Partido Republicano.

Si Cruz y Kasich continúan, eso no será fácil.

Cruz, en particular, representa un molesto desafío. El martes en la noche argumentó —como lo ha hecho todos los martes anteriores— que él y Trump son los únicos candidatos que tienen posibilidades de ganar la nominación.

“Nadie más tiene una posibilidad matemática o de cualquier tipo”, dijo Cruz.

¿Acaso una convención abierta significa que a Trump le negarían la nominación? No necesariamente.

Las fuerzas que se oponen a Trump ahora están divididas en tres bandos: enojo, negociación y aceptación.

Algunos están convencidos de que permitirle que llegue a las elecciones generales le haría un daño permanente al partido. Algunos —particularmente quienes se han postulado a la presidencia o siguen en la contienda— siguen estando convencidos de que existe algún tipo de alternativa. Y otros creen que negar la voluntad de los votantes en el pleno de la convención destruiría al partido.

Debido a que está consciente de los desafíos que enfrenta, Trump habló sobre la unidad del partido desde su complejo Mar-A-Largo en Florida, y mencionó al presidente de la Cámara Paul Ryan y al líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell.

“Necesitamos unir a nuestro partido”, dijo Trump.

La jugada de Rubio para 2020

Rubio sabía que su camino hacia la nominación republicana era inexistente una vez Trump lo derrotara en Florida.

Así que él hizo una gran apuesta sobre su futuro político: sabía que probablemente fracasaría en contra de Trump, pero no se rindió, con la esperanza de que un cambio de equilibrio podría mover el péndulo republicano de nuevo en su dirección en el futuro.

“Le pido al pueblo estadounidense que no se rinda ante el temor. No se rindan ante la frustración”, dijo Rubio.

Respecto a su propia campaña, Rubio dijo “elegí un camino diferente y estoy orgulloso de ello”.

No se equivoquen: el hecho de que Rubio haya perdido en Florida no solo marca el final de su candidatura; es el momento decisivo en el completo rechazo del electorado hacia los esfuerzos del Partido Republicano por mostrar un reinicio —con un mensaje más incluyente y optimista destinado a las poblaciones minoritarias— luego de haber perdido en 2012.

Aun así, tan solo a los 44 años, la estrella política de Rubio podría ascender de nuevo.

Y aunque no se alejará del movimiento conservador —en su discurso de salida, él se pronunció en contra de las élites de Washington— su cálculo depende de que Trump fracase en última instancia, probablemente en las elecciones generales.

El agente republicano Rick Wilson lo dejó en claro en Twitter, cuando comparó la campaña de Rubio de 2016 con las infructuosas primarias de Ronald Reagan en contra del presidente Gerald Ford en 1976… cuatro años antes de que Reagan iniciara ocho años de gobierno republicano e influenciara a toda una generación de jóvenes conservadores.