El papa Francisco se caracteriza por su gran sentido del humor y la cercanía con los fieles.

Nota del editor: Ismael Cala es conductor de Cala en CNN en Español. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor.

Una foto del papa Francisco recorrió hace poco las redes sociales, provocando innumerables comentarios. El líder de la Iglesia católica aparecía soltando una alegre carcajada, rompiendo una vez más la tradición y alejándose de formas almidonadas impuestas durante siglos.

Es evidente que el papa, con su risa contagiosa, diluye muchos esquemas. Como es de esperar, esto sucede con la aprobación de unos y la crítica de otros, una dicotomía común cuando se rompen paradigmas.

En su libro La estructura de las revoluciones científicas, el pensador y escritor norteamericano Thomas Kuhn apunta que “romper un paradigma sería proponer modos de ver las cosas en contra de la forma tradicional y buscar soluciones fuera de lo considerado normal”. Muchos no aceptan nuevas formas de ver y enfrentar el mundo, se resisten a renunciar a pensamientos y hábitos establecidos y temen al cambio, a pesar de lo negativo que el inmovilismo implica.

¡Romper paradigmas es cambiar lo que puede y debe ser cambiado! ¿Qué hay de malo en una buena carcajada, aunque provenga de la autoridad religiosa más importante del mundo? ¿Qué pensamiento ético o estético sustenta la costumbre de esconder la felicidad? ¡Ninguno! Cuando rompemos paradigmas, vencemos temores, definimos nuevos caminos y nos alejamos de la rutina personal, social o laboral. Para hacerlo, debemos confiar en nosotros mismos y ser apasionados.

Los seres humanos, por lo general, somos adictos a los hábitos; reverenciamos —en ocasiones, hasta lo irracional— costumbres y tradiciones que solo sirven para frenar la creatividad y obstaculizar el desarrollo. Lamentablemente, a veces creamos y promovemos algunas rutinas perjudiciales, y luego sufrimos sus secuelas negativas.

Una experiencia nada saludable —por ejemplo, un accidente de tránsito— puede provocar patrones de conducta guiados por el temor. Es muy probable que, en lo adelante, temamos subirnos de nuevo a un auto. Si no nos reponemos, alimentamos ese hábito nacido del miedo.

¿Cómo luchar contra los temores? ¿Hasta dónde respetar hábitos y tradiciones? ¿Cómo convertir experiencias negativas en positivas? ¿Cómo romper paradigmas? En todos esos temas he pensado al diseñar el nuevo curso online “Rompiendo paradigmas para elevar y transformar nuestra vida”, que impartiré próximamente en Atlantis University. ¡Tú también puedes!

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