(CNN) – Todo empezó como una protesta por el duro trato a unos chicos golpeados por haber hecho unos grafitis, en una atmósfera de cambio y esperanza mientras que la Primavera Árabe se extendía por la región. Ahora, cinco años después, la guerra civil siria ha arrastrado gran parte de la región a su espiral de desesperación, y ha caído en las profundidades del salvajismo que nadie pensaba que eran posibles.
El Occidente ha ignorado las repetidas peticiones de intervención y, categóricamente, ha mantenido a la distancia, los ecos de la fallida intervención en Iraq que aún eran palpables. Pero son cinco las profundidades que sobresalen y en las que ha caído esta guerra.
1. El uso de armas químicas
Esa fue la infame “línea roja” de Barack Obama. Si el régimen sirio utilizaba armas químicas, Washington intervendría, de una manera no especificada. Según todos, el presidente sirio, Bashar al-Assad efectivamente usó armas químicas, a una escala masiva, en los suburbios de Guta cerca de Damasco. Incluso las pruebas de las Naciones Unidas que confirmaban el uso del gas sarín no provocaron una intervención militar de parte de Estados Unidos. Los críticos de Barack Obama aún hoy consideran la decisión de no atacar como un debilitamiento de la influencia de Estados Unidos en la región. Pero, al mismo tiempo, este efectivamente se aprovechó de una iniciativa rusa para negociar diplomáticamente que el régimen de Assad entregara prácticamente todas las armas químicas que siempre había negado que tenía. Independientemente del resultado, el mundo vio cómo el gas sarín arrebató la vida de más de 1.000 civiles, algunos de los cuales quedaron atrapados cuando el gas –más pesado que el aire– descendió a los sótanos donde habían buscado refugio.
2. El islam radical en el umbral de Europa.
Europa y Estados Unidos enviaron tropas a Afganistán para luchar contra los talibanes la década pasada. Pero cuando yihadistas extranjeros comenzaron a entrar, de manera regular y fuerte, al sur de Turquía y a través de la frontera para unirse al creciente movimiento yihadista, la OTAN no se movilizó. De hecho, vimos en un aeropuerto del sur de Turquía cuando hombres de Mauritania, Leicester en el Reino Unido, Egipto y Libia llegaron en vuelos, supuestamente para ayudar en trabajo benéfico. Un contrabandista de ISIS nos dijo que el comercio transfronterizo para unirse al movimiento yihadista estaba en auge. Sucedía a simple vista, sin mucha atención, y continuó hasta que era demasiado tarde… cuando ISIS tenía miles en sus filas.
3. La masacre de yazidíes: un ‘genocidio’
El Holocausto, Bosnia, Ruanda. La lista de masacres que Occidente juró que nunca sucederían de nuevo es larga. Pero cuando ISIS se aproximó hacia la población yazidí cerca del monte Sinyar en el vecino Iraq, tal parecía que un efecto secundario de la guerra de Siria podría haber sido la extinción sistemática de un grupo étnico. Las mujeres eran usadas como esclavas sexuales, los niños entrenados como soldados y los hombres simplemente asesinados en masa. Los oficiales estadounidenses anunciaron esta semana que ellos consideran que las acciones de ISIS eran un “genocidio”.
4. La crisis de refugiados más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial
Tomó cuatro años de desesperación y miseria acumuladas antes de que un enorme número de sirios finalmente tuviera claro que su patria no sería un lugar al que podría volver a llamar hogar en los años venideros y que decidiera mudarse. Cientos de miles huyeron en botes, a pie, a través del continente europeo, en un tránsito de almas humanas que ni siquiera la caída de la Unión Soviética logró inspirar. Este ha tenido un impacto catastrófico en la opinión pública hacia los inmigrantes en muchos países europeos, y ha sacado a relucir los peores prejuicios mientras las poblaciones luchan por aceptar a los recién llegados en una escala que no habían visto antes. Esto también causó que los vecinos de Europa se llenaran de francotiradores y alambre con cuchillas a medida que cerraban las fronteras. Esto también ha sido catastrófico para Oriente Medio: aquellos que huían a menudo han sido los que tienen recursos y los de la clase media adinerada. Puede ser que nunca regresen. Así que a la destrucción y devastación, ahora podemos añadirles la ausencia de una clase profesional en Siria para ayudar a reconstruirla: para ser los dentistas, arquitectos y pequeños empresarios del futuro.
Qué es lo que los sirios quieren que sepas
5. No sabemos cuántas personas han muerto.
Debería ser el hecho disponible más sencillo; la única dignidad irrefutable que los muertos de una guerra pueden tener, es ser contados. Pero, en este punto, no está claro cuántos sirios han muerto en el conflicto. La ferocidad de la guerra es la culpable y lo que pone limitaciones para que el horripilante recuento se pueda realizar. Esto también se resume en la clandestinidad con la que el régimen y otras facciones mantienen sus tasas de víctimas. Pero en agosto de 2014, las Naciones Unidas se dieron por vencidas en la tarea de cuantificar a los muertos, cuando su último recuento ascendía a 191.369. Desde entonces, han sugerido que quizá 250.000 han muerto, mientras que otros recuentos no oficiales estiman 470.000. Esto sucede, incluso en la guerra más grabada y detallada en las redes sociales de la historia. Y no queda claro aún hasta cuánto ascenderá la estimación del número de víctimas.