Nota del editor: Soner Cagaptay es director de Beyer Family Fellow y del Programa de Investigación Turco de The Washington Institute y autor de “The Rise of Turkey: The Twenty-First Century’s First Muslim Power” (El ascenso de Turquía: el primer poder musulmán del siglo XXI). Las opiniones expresadas son exclusivamente las del autor. Síguelo en @SonerCagaptay
(CNN) – Turquía está enfrentando la mayor ola de ataques terroristas de su historia…. solo en los últimos seis meses, el país ha sido golpeado por cinco ataques mortales.
El Estado Islámico ha atacado a Estambul dos veces y una vez a Ankara desde octubre del 2015, matando a por lo menos 120 personas, y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha atacado a la capital turca de Ankara dos veces, matando a por lo menos 65 personas.
La respuesta de Europa ante la crisis que enfrenta Turquía podría ser crucial para el futuro del país… así como de Europa.
El único aspecto positivo para Turquía en este momento es la reapertura de las negociaciones para la adhesión del país a la Unión Europea (UE).
Aunque Turquía y la UE lograron negociaciones de adhesión en el 2005, el proceso de adhesión del país fue interrumpido poco después.
Sin embargo, recientemente las relaciones entre Turquía y la UE se han renovado. En diciembre de 2015, Ankara y Bruselas abrieron un nuevo capítulo en las negociaciones de adhesión que cubren la política monetaria, y a principios de este mes, los dos llegaron a un acuerdo sobre un plan para el manejo de los refugiados.
Esto se debe a que Bruselas se da cuenta de que necesita la ayuda de Turquía con la crisis de refugiados que amenaza con superar la capacidad de la UE. Turquía es un estado en primera línea en la crisis de refugiados y la UE necesita la cooperación de Turquía.
En consecuencia, las conversaciones se han reiniciado y la UE está lista para negociar contra su voluntad con la administración autoritaria del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Beneficios para ambos
Turquía tiene sus propias razones para retomar las negociaciones con la UE.
En el 2005, poco después de que iniciaran las negociaciones de adhesión, el gobierno de Erdogan dejó de lado la adhesión a la UE, declarando el 2005 como el “año de África” en la política exterior en un evidente desaire a Bruselas, y luego girando la política exterior de Turquía a Oriente Medio.
Dado que Turquía se alejó de Europa y se volcó hacia el sueño de la política exterior de Erdogan de formar parte del Medio Oriente para convertirse en una estrella de la región en la última década, el público también se alejó de Europa con él.
Las encuestas de opinión llevadas a cabo por el German Marshall Fund (GMF) muestran que aunque el 73% de los turcos estaban a favor de unirse a la UE en el 2004, en el 2010, este número se había reducido a 38%.
Luego, la primavera árabe se arraigó en el umbral de Turquía y envalentonó a Ankara para apoyar a los rebeldes anti-Assad en Siria para derrocar al régimen de Assad por su propia cuenta.
Llegó tarde para unirse a Oriente Medio
Por desgracia para Erdogan, el poder meramente blando en el Medio Oriente no convierte a un país en una potencia regional. La participación de Turquía en la guerra civil Siria ha sido desafiada por Irán y Rusia, dos países que cuentan con activos significativos de gran potencia, incluyendo delegaciones y armas, lo cual sin duda no tiene Turquía.
Por desgracia para Turquía, la administración de Erdogan no ha recalibrado su visión de formar parte de Medio Oriente.
Sin embargo, el pueblo turco ciertamente lo ha hecho: las encuestas de GMF en el 2011 mostraron que el apoyo a la adhesión a la UE aumentó a 48%, hasta alcanzar un 53% en el 2014. Los turcos le están diciendo a su gobierno que se una a Europa.
Erdogan también está asumiendo una visión más positiva de la UE, por muy contractual que pueda ser. Su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha ganado las elecciones de forma consecutiva desde el 2002 en un escenario de crecimiento económico.
Dado que ha enfrentado múltiples crisis, la UE no está lista para aceptar por completo a Turquía.
Nueva esperanza
Sin embargo, un acuerdo firmado recientemente le brinda más esperanza al proceso de adhesión de Turquía… nuevos capítulos de conversaciones de adhesión tendrán lugar durante la presidencia holandesa de la UE en el 2016.
Posterior a la represión implacable de Erdogan contra el control democrático y equilibrio en Turquía, la cual arremetía contra todo, desde los medios de comunicación hasta los tribunales, formar parte de la UE es el último pilar de democracia liberal en el país.
La buena noticia es que la UE, una vez más, tiene un poder blando en Turquía.
La UE debe llegar a la sociedad civil de Turquía, al crear vínculos con ellos, al mismo tiempo que trabaja con Erdogan para mantener un acuerdo que alcanzaron recientemente de evitar que más flujos de refugiados desde Siria pasen a través de Turquía.
Dejar fuera a Turquía ahora sería un error histórico para la UE, ya que eso daría lugar a la extinción de la democracia turca. Una tiranía exportará inestabilidad y más refugiados sirios a Europa.