El Deutsches Reinheistsgebot: mantiene una cerveza decente en Alemania desde 1516.

Nota del editor: Esta historia hace parte de la serie de entregas especiales de países y ciudades en todo el mundo. En esta oportunidad escrita por el alemán Marcel Krueger

(CNN) – Alemania es conocida en todo el mundo por destacarse en una variedad de cosas: Autos. Eficiencia. Pantalones cortos de cuero.

Los mismos alemanes son conocidos como personas amables y acogedoras, incluso si todos piensan que no tienen sentido del humor.

El país también cuenta con dos milenios de historia que, para bien y para mal, determinó al mundo como lo conocemos hoy.

Sin embargo, es mucho lo que encontrarás en este gran país ubicado en el centro de Europa, no solo estereotipos y bromas de guerra.

Estas son 11 cosas que hacen que Alemania sea especial.

1. La cerveza

El Deutsches Reinheistsgebot: mantiene una cerveza decente en Alemania desde 1516.

Los alemanes beben, respiran, comen y sueñan cerveza.

Está bien, principalmente bebemos la cerveza.

Hay más de 1.300 fábricas de cerveza y 5.000 marcas de cerveza distintas que nos ayudan a beber más cerveza por persona que cualquier otra nación europea, aparte de la República Checa.

Y, sí, sabemos que cualquier país ahora tiene una tonelada de nuevas cervezas artesanales.

No nos preocupa.

En Alemania, tenemos leyes especiales de cerveza: la llamada regulación Deutsches Reinheitsgebot que fue introducida por primera vez en 1516 y establece que solo se puede utilizar agua, cebada y lúpulos.

Y aún así tenemos una tonelada de nuevas cervezas artesanales.

2. El transporte

Debido a que hay tantos buenos productores de autos, te podríamos perdonar por pensar que todos conducimos un BMW, Audi o Mercedes.

Sin embargo, mientras el resto del mundo anhela tener nuestros autos de primera —o en el caso de los propietarios de un Volkswagen, están desconcertados por los niveles de emisiones— usualmente tomamos el tren.

La excelente red ferroviaria de Alemania sigue siendo en su mayoría propiedad del estado; el Deutsche Bahn, o DB, opera la mayoría de trenes tanto en rutas de pasajeros como de carga.

Alrededor de siete millones de pasajeros relativamente felices y 1’138.000 toneladas de carga hacen diariamente 26.000 viajes de tren en su red de 33.000 kilómetros.

A pesar de todo este tráfico, los trenes alemanes generalmente llegan a tiempo… o al menos con una diferencia de cinco minutos del horario.

Hay trenes de alta velocidad ICE que unen los principales pueblos y ciudades a velocidades de hasta 300 kilómetros por hora.

Puedes tratar de hacer esto en un BMW —algunas de nuestras autopistas no tienen límite de velocidad oficial— pero tendrás que tomar el tren de vuelta a casa cuando el motor se funda.

3. La vida acuática

Cuando los alemanes no se obsesionan por la cerveza, se obsesionan por el agua.

No para beberla, sino para navegar, surfear, practicar el esquí acuático, nadar, montar kayak, canoa y practicar windsurfing… sin importar el clima.

Y esto no es de sorprenderse.

El país tiene más de 12.200 lagos pintorescos, muchos de los cuales son accesibles para cualquier actividad a lo largo del año.

Algunos de los mejores paisajes alpinos pueden apreciarse desde las orillas de lagos bávaros, como el Konigssee o el Tegernsee.

Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Brandenburgo también albergan numerosos lagos; incluso hay un sendero para excursionismo que conecta los 66 lagos en Brandenburgo.

Una clasificación europea publicada en 2013 mostró que Alemania tiene uno de los más altos números de lagos y ríos “excelentes” para nadar.

Mejor todavía si todo ese ejercicio da sed y podemos tomar cerveza.

4. Quitarnos la ropa en público

Desnudez – Los alemanes tienen una reputación injusta de ser reservados. Cuando el sol brilla, nos alegra demostrar que todos están equivocados.

Esta no es la exportación alemana que primero se le viene a la mente a las personas.

Cuando se trata de desnudarse en la naturaleza, ninguna otra nacionalidad se asemeja a Alemania.

No podemos culparte por guardar distancia, simplemente no nos juzgues.

5. Hornear pan

Algunos expertos en vinos franceses pueden determinar simplemente al oler una botella descorchada no solo dónde se cultivaron las uvas, sino qué dirección enfrentaba la pendiente de la viña.

Lo mismo puede hacer un alemán con el pan.

El pan aquí es algo más que solo una parte de la comida diaria; es parte de la cultura.

Cada región tiene sus propias variaciones –hay más de 1.500– que van desde los panes de centeno oscuros y pesados en el norte hasta los panes de trigo más ligeros en el sur.

Los alemanes comen un promedio de 87 kilos de pan al año cada uno y hay una panadería por cada 2.100 personas.

Y sí, sabemos que toda esa carga de carbohidratos está teniendo efecto en nuestras cinturas.

Pero aun así nos desnudamos en la naturaleza.

6. Burocracia

En realidad no debería sorprendernos que Alemania tenga una gran cantidad de leyes que controlan casi todos los aspectos de la vida.

Y si bien esta cantidad de exceso de regulaciones puede hacer que parezcamos inflexibles, es lo que nos da nuestra reputación de ser eficientes.

Este amor por las reglas se manifiesta de muchas maneras.

Cruzar la calle como peatón en un semáforo rojo está mal visto y cualquiera que sea sorprendido por la policía puede recibir una multa.

También somos muy rigurosos en cuanto a la separación de residuos.

Todas las casas tienen al menos cuatro cubos de basura distintos: plástico, papel, residuos orgánicos y basura en general.

Si arrojas la basura en el cubo equivocado te arriesgas a que te multen.

Para mantener todo ese potencial para el caos social bajo control incluso hay una oficina gubernamental llamada Ordnungsamt, la cual literalmente se traduce como “oficina del orden”.

Ríete todo lo que quieras, pero eso es una manera en la que logramos algunos de los niveles de desempleo más bajos de Europa.

7. Sin muebles en la casa

Cuando se ofrecen para alquiler, las casas y los apartamentos alemanes nunca están amueblados.

Eso significa que ni siquiera el equipo de cocina o cuarto de baño es un elemento obligatorio

Así que cuando los alemanes se mudan, se mudan con todos sus muebles, incluso el horno, la nevera, las encimeras, los armarios y hasta el fregadero.

Los días de mudanza son algo así como un pasatiempo nacional, y a menudo involucran a amigos y familiares en lugar de profesionales.

Eso significa tener suficiente cerveza y comida como para asegurarse de que todos se queden hasta que vacíen el lugar.

Y, por supuesto, hasta que el último elemento de basura haya sido arrojado en el cubo correcto.

8. Castillos

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Hoy en día no se cuentan muchos cuentos de hadas en los hogares alemanes, probablemente porque estamos demasiado ocupados leyendo los horarios del tren y separando la basura.

Sin embargo, el país aún está salpicado de muchos castillos hermosos de los días de antaño.

Hay fortalezas medievales en colinas, castillos rodeados de un foso del Renacimiento y palacios romanescos del siglo XIX como el famoso Neuschwanstein en Baviera (supuestamente una inspiración para el castillo de Walt Disney).

Hay más de 25.000 castillos en Alemania hoy en día (sin contar los que están en ruinas y aún pueden ser visitados), y la mayoría albergan museos, restaurantes e incluso hoteles.

Estamos dispuestos a alquilar algunos a los turistas.

Puedes decir que estamos locos, pero incluso te daremos el fregadero de la cocina.

9. Paseos de fin de semana

Esta es otra razón para salir de la autopista y hacer a un lado el Audi: los bosques, las montañas, los ríos y las costas de Alemania albergan 200.000 kilómetros de rutas de senderismo.

Desde los pastos que dan flores hasta las altas montañas, ellos abarcan una variedad increíble de terreno.

Hay excursiones agradables y recreativas a lo largo de senderos sin escalones o esfuerzos físicos por caminos estrechos y serpenteantes.

Brandenburgo, Baviera, la Suiza sajona y la región alrededor de Rin y Mosela todos tienen los ingredientes adecuados para una gran excursión a pie o incluso para unas vacaciones adecuadas para caminar.

10. Divertirse

Karneval: cuando Alemania es decididamente genial.

El mejor carnaval es en Río de Janeiro, ¿verdad?

¡Nein! Es en Alemania.

En Brasil, donde de todos la pasan bien 364 días del año, organizar una gran fiesta en el día 365 no es gran cosa.

En Alemania, donde todos son serios 364 días del año, organizar una gran fiesta es algo sumamente importante.

La región de Renania al noroeste de Alemania lleva a cabo un carnaval anual a modo de su desfile del “Lunes de las rosas” en el que hasta dos millones de visitantes con disfraces recorren las calles de Colonia y Dusseldorf.

Al sur de Alemania, en las celebraciones conocidas como Fasching y Fastnacht las personas usan máscaras tradicionales o se disfrazan de demonios o bestias salvajes.

Dondequiera que las celebraciones se lleven a cabo, todo se termina el miércoles de ceniza cuando todos regresan a ser serios y eficientes, aunque a veces con una pequeña resaca.

11. Humor referencial

No es que los alemanes no sepan contar chistes, es solo que algunos de los mejores chistes tardan 50 años en contarse.

Considera nuestro amor por “Dinner for One”, un sketch de la televisión británica aparentemente sin nada de gracia que perdió popularidad en su país natal poco después de que fuera transmitido hace más de medio siglo.

La obra, acerca de una dama de edad avanzada y su mayordomo borracho, gira en torno a la repetición de la frase “el mismo procedimiento del año pasado”, y culmina con un remate en doble sentido que podría haber sido inesperado justo después de que se levantara el Muro de Berlín, pero que ahora es menos efectivo.

En realidad no importa si la obra es divertida o no.

El verdadero humor viene del hecho tranquilizador de que ha sido transmitida en Alemania, casi sin excepción, cada víspera de Año Nuevo desde 1963.

El mismo procedimiento que el año pasado.

Por este 2063 habrá llegado a ser tan divertido que la “oficina del orden” puede tener que legislar en contra de ella.