El ATR 500 de la DEA fue adquirido para la lucha contra el narcotráfico en Afganistán.

(CNN) – La Agencia de Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Defensa de Estados Unidos (DOD) gastaron más de 86 millones de dólares en un avión para la lucha contra el narcotráfico en Afganistán que “en realidad nunca ha volado en Afganistán”, según un informe del Departamento de Justicia.

El avión, un ATR 42-500, fue adquirido para un programa llamado “Global Discovery”. En los últimos siete años le colocaron equipamiento de vigilancia y fue modificado para operaciones en una zona de combate, lo que le costó al Pentágono cuatro veces más que los 22 millones de dólares que había anticipado. Y hasta marzo, el avión era inoperable y descansaba en una base, según el informe publicado el miércoles.

Aunque la DEA otorgó un contrato para la compra del avión por un costo de 3 millones de dólares más de lo estimado, la mayoría de los fondos malversados se emplearon en actualizar y reparar el avión. Por ejemplo, para octubre de 2014, se habían invertido más de 65 millones de dólares en las modificaciones del avión. Sin embargo, esas modificaciones requerían de otros 6 millones adicionales para reparar los daños ocasionados cuando se colocaba un equipo de vigilancia y comunicaciones.

La DEA ya no opera en Afganistán

El informe también descubrió que se gastaron casi 2 millones de dólares en modificar un hangar para el avión, también conocido como ATR 500, pero la aeronave nunca lo utilizó, ni lo hará, porque la DEA cesó sus operaciones aéreas en Afganistán en julio de 2015.

Los registros de vuelos revelaron que solo el 14% de las misiones de la DEA en Afganistán entre octubre de 2011 y febrero de 2015 fueron de reconocimiento, vigilancia o inteligencia, según el inspector general. El resto de misiones de vuelo fue para “transportar personal y equipamiento”.

Esto dio lugar a que más de 1.000 solicitudes de misiones para la DEA no se cumplieran, y para compensarlo, el Departamento de Estado voló más de 1.200 misiones a fin de apoyar las operaciones de aviación de la DEA.

En respuesta al informe, la DEA declaró que las “críticas por parte de la oficina del inspector general son necesarias e importantes, y la DEA acoge las recomendaciones que nos hagan mejorar. La DEA está de acuerdo en que puede y debe supervisar mejor la financiación de sus operaciones. Revisaremos las políticas y procedimientos para asegurar que los recursos limitados que se asignan a la DEA se utilicen del modo más responsable y efectivo posible”.

La auditoría que llevó a estas conclusiones fue motivada por una queja de una fuente anónima en julio de 2014, la cual reclamaba que la DEA había “utilizado mal los fondos del Departamento de Defensa al malversarlos, desviarlos y gastarlos en áreas no relacionadas con las operaciones de aviación de la DEA en Afganistán”.

En una carta al inspector general, la DEA se mostró en desacuerdo con algunas de las conclusiones de la auditoría, pero admitió que el dinero podría haberse gastado de manera más eficiente. Mencionan al acuerdo de financiación conjunta con el DOD como una de las razones por las que los costos se salieron de control.

“La diferencia notable entre las modificaciones previas al avión y el programa Global Discovery era que en las modificaciones previas, la DEA utilizó su propio financiamiento y, por lo tanto, tuvo la latitud para estar más involucrada en el proceso de modificación. Con base en la experiencia previa, la DEA no tuvo indicios de que la modificación a Global Discovery acarrearían retrasos y problemas que terminaron sucediendo”.

Aunque el programa Global Discovery ha incumplido con cuatro plazos, carece de fondos y los funcionarios de la DEA y de Defensa han concluido que todas las modificaciones que inicialmente se solicitaron no serán posibles, “las labores de modificación continúan, y la fecha de entrega más reciente de uno de estos ATR 500 es junio de 2016”, indicó el informe.