(CNN) – El presidente sudafricano Jacob Zuma ya quería que fuera viernes.
Cuando Zuma, de 73 años, se levantó de la cama el jueves por la mañana debió haberse sentido como el niño en el clásico libro de Judith Viorst, “Alexander y el día terrible, horrible, espantoso, horroroso”.
Este podría calificar como el peor día de su presidencia de siete años, la cual se ha visto aquejada de problemas.
El alto tribunal de la nación le dio un golpe humillante, al dictaminar que Zuma violó la constitución cuando usó 15 millones de dólares de los fondos del estado para renovar su casa privada.
“La constitución, el estado de derecho y la responsabilidad es la poderosa y afilada espada que está lista para cortarle la cabeza a la impunidad”, dijo el tribunal.
Se trata de un político que es detestado por muchos por la arrogancia y corrupción de su gobierno, y su día tan solo empeoraría:
Llegó el momento de enfrentar las consecuencias de sus acciones… y al estado
Zuma tiene que devolver el dinero que gastó en renovaciones que no estaban relacionadas con la seguridad, dijo la Corte Constitucional.
El Tesoro Nacional determinará la cantidad.
Los sudafricanos ya han andado por este camino antes.
La controversia data de hace casi siete años atrás, cuando Zuma asumió el cargo.
En un momento, el Protector Público, un organismo de control independiente, le ordenó a Zuma que pagara “un porcentaje razonable del costo” de las mejoras que no estaban relacionadas con la seguridad.
La oficina dejó que fuera el Tesoro Nacional el que determinara la cantidad adecuada.
Jacob Zuma dice que él tiene que reflexionar en la sentencia que le ordena que reponga los fondos públicos que gastó en las mejoras hechas a su casa.
Zuma nunca devolvió el dinero. Insistió que las conclusiones de la oficina encargada de investigar la mala conducta oficial eran simplemente recomendaciones y no órdenes judiciales legales.
Zuma, después de todo, es el presidente.
Además, una investigación policial más adelante determinó que no había cometido nada malo. Esta estableció que las mejoras —entre ellas una piscina y un gallinero— fueron hechas pensando en la seguridad del presidente.
Sin embargo, la orden más reciente llevaba el peso del tribunal superior.
La Tesorería tiene 60 días para presentar un informe que detalle la cantidad que debe pagar por las mejoras hechas a la casa y que no están relacionadas con la seguridad.
Zuma tiene entonces 45 días para cumplir.
‘Zumaville’ siempre será muy ridiculizada
Las mejoras hechas a la enorme casa presidencial en Nkandla, a más o menos 241 kilómetros al norte de la ciudad de Durbán, nunca serán las mismas.
Una investigación realizada en marzo de 2014 por el Protector del Pueblo constató que Zuma había gastado 246 millones de rands, o 15 millones de dólares, para renovar su vivienda poco después de asumir el cargo.
Las mejoras hechas a la casa a la que algunas personas despectivamente se refieren como “Zumaville” incluyen una piscina, un corral para el ganado, un centro para visitantes, un anfiteatro y un gallinero.
La casa del presidente Jacob Zuma en Nkandla, a la que algunos se refieren despectivamente como Zumaville.
Zuma nació y pasó la mayor parte de su vida en la casa. Por supuesto, no era tan espléndida como lo es hoy.
Su padre murió a finales de la Segunda Guerra Mundial y su madre más adelante fue una empleada doméstica en Durbán, según el sitio web del Congreso Nacional Africano.
“Debido a su infancia en la que tuvo muchas carencias, Jacob Zuma no recibió una educación formal”, indicaba el sitio. “Al estar fuertemente influenciado por un familiar que era miembro de un sindicato, él se involucró en la política a una edad temprana y se unió al Congreso Nacional Africano en 1959”.
Para Zuma y la Asamblea Nacional: un tiempo para reflexionar
El jueves, una declaración del gobierno indicó que Zuma “notó y respeta” la sentencia.
Pero el presidente aún necesita un poco de tiempo para averiguar cuál es la mejor forma de proceder.
“El presidente reflexionará en la sentencia y su impacto en el estado y el gobierno, y consultará con otras instituciones del estado para determinar la acción apropiada”, según la declaración.
El público está cansado
Para muchos sudafricanos, ya pasó el tiempo para reflexionar.
En un país donde hay una pobreza generalizada, el escándalo de larga trayectoria se ha sumado al descontento que el público siente hacia Zuma.
Siempre que Zuma aparece en los titulares, es por las razones equivocadas.
Considera el despido del ministerio de finanzas, Nhlanhla Nene.
El despido de Nene en diciembre se produjo después de que la Tesorería Nacional se negara a aprobar varios acuerdos controvertidos. La acción fue interpretada por muchos como la inclinación del presidente por eliminar a cualquier persona que se encuentre en su camino.
Los acuerdos rechazados incluyeron uno entre South African Airways y Airbus, y otro que habría financiado un acuerdo nuclear de 1 billón de rand (50.000 millones de dólares) con Rusia.
La oposición también ha aguantado suficiente
Zuma, el cuarto presidente del país luego del apartheid, fue juramentado para un segundo período en mayo del año pasado.
En un país que lucha contra la creciente desigualdad, él prometió enfocarse en la economía.
El Congreso Nacional Africano ganó las elecciones generales del año pasado y se mantuvo en el poder a pesar de los problemas económicos, las protestas mineras y las acusaciones de corrupción.
Después de un turbulento primer período, Zuma prometió un mejor gobierno y rendición de cuentas para los puntos débiles.
Aun así, sigue teniendo problemas
La decisión del jueves se produjo luego de dos casos distintos de mal uso de fondos estatales que fueron presentados ante el alto tribunal por parte de los partidos de la oposición, la Alianza Democrática y los Combatientes por la Libertad Económica.
El mes pasado, una gran cantidad de partidarios de la oposición se congregaron afuera del tribunal. Ellos gritaron consignas y llevaron carteles que decían “Devuelve el dinero”, una etiqueta popular en redes sociales.
Miembros del partido de los Combatientes por la Libertad Económica salen del Parlamento mientras el presidente Jacob Zuma pronunciaba su discurso del estado de la nación en febrero.
Al enfrentar la amenaza de un fallo negativo del tribunal, Zuma recientemente dio un cambio radical. Él ofreció devolver parte de la cantidad que gastó en las remodelaciones.
La oposición siguió adelante con sus demandas.
“Zuma debe caer”, dijo Julius Malema, líder de los Combatientes por la Libertad Económica, uno de los partidos que lo llevó a la corte.
Los problemas de Zuma finalmente le pidieron cuentas esta semana, en lo que es el inicio de quizá muchos días terribles, horribles, espantosos, horrorosos.